En este foro, celebrado al margen de la Asamblea General de la ONU, el presidente estadounidense se erigió como el líder de la lucha contra el cambio climático en contraste con el escepticismo del magnate republicano.
Se esforzó en subrayar sus diferencias cuando faltan seis semanas para las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre, muy presentes en su agenda neoyorquina.
Biden presumió de que, junto con la vicepresidenta Kamala Harris, rival electoral de Trump, aplicó "un nuevo manual económico" basado en el crecimiento que permitió crear "casi 16 millones de empleos en cuatro años".
Cuando "pienso en el clima, pienso en empleos", dijo, consciente de que el poder adquisitivo es la principal preocupación de los votantes estadounidenses, según las encuestas.
"Nos reincorporamos al Acuerdo de París (sobre el clima) inmediatamente después de que mi predecesor se retirara", afirmó el líder octogenario.
"Estados Unidos ha reafirmado su posición como líder mundial en materia climática", para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, aseguró.
El legado medioambiental del demócrata pasa asimismo por la aprobación de varias leyes que conceden ayudas millonarias en créditos fiscales y miles de millones de dólares en inversiones e incentivos para energías renovables, vehículos eléctricos y nuevas tecnologías de energía verde.
En un discurso salpicado de bromas el presidente se mostró muy optimista sobre el futuro.
"Es un momento perfecto para apostar a lo grande" porque "el mercado de la energía limpia está en auge, la inflación ha bajado mucho" en Estados Unidos y "la reserva federal acaba de anunciar una reducción de la tasa de interés", resumió.