WASHINGTON- La elección se acabó, los votos no le dieron la presidencia, y aunque Kamala Harris aseguró en su discurso de concesión que reconoce la derrota en las urnas, la lucha que inició e impulsó en campaña continúa.
Con una sonrisa, la vicepresidenta y excandidata demócrata subió al podio en la Universidad de Howard que originalmente sería el escenario de una celebración anoche, pero que acabó como los rostros largos y lágrimas de una dura derrota que puso a Donald Trump de vuelta en la Casa Blanca.
“El resultado no es el que queríamos”, dijo ante sus seguidores. “Iniciaremos el proceso de transición con él (Trump) y su equipo y haremos un proceso pacífico de transición de poder.
Harris enfatizó, ante un fuerte aplauso, que “uno de los principios básicos de una democracia es que cuando se pierde una elección, se acepta el resultado”.
Anoche, la gente se arrebataba las banderas, hoy le costó trabajo al staff repartirlas. Ayer costaba trabajo caminar entre la multitud, esta tarde se podía colocar una manta y asumir el lamento como un picnic político. Aún así, el ánimo de quienes asistieron al último mensaje de Harris cómo aspirante presidencial fue alto.
La vicepresidente repito en varias ocasiones que no es el final del camino, y aunque muchos sienten que se aproximan tiempos oscuros, es vital continuarlo con la lucha en temas como el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo o el control de armas.
“Aunque concedo la elección, no concedo la lucha que impulsó esta campaña”, aseguró. “La lucha por los ideales de la nación, los ideales que construyeron este país, esa es una lucha que jamás cederé”.
Está bien sentirse tristes, afirmó ante una audiencia conformada mayoritariamente por jóvenes, incluso decepcionados.
“Pero todo estará bien”, recalcó. “A veces la lucha toma mucho tiempo, pero eso no significa que no ganaremos.