Este acuerdo, mediado por Francia y Estados Unidos, representa un esfuerzo diplomático significativo para evitar una escalada regional, aunque no garantiza el desarme de Hezbolá ni el fin de las tensiones.
Israel procederá a una retirada por fases, pero sin dejar un vacío que pueda ser aprovechado por Hezbolá, añadió. Este punto ha sido crucial para Israel, que busca evitar repetir los errores del pasado, como ocurrió en 2000 cuando su retirada del sur del Líbano permitió a Hezbolá consolidar su presencia militar en la región.
Hezbolá, aunque no participó directamente en las negociaciones de la propuesta de tregua presentada por Francia y Estados Unidos, declaró el miércoles que había conseguido la "victoria" en la guerra contra Israel.
La formación político-militar, predominante en la mayoría musulmana chiita del país, es el único grupo que no se desarmó tras la guerra civil de 1975-1990. Cuenta con un arsenal suministrado por Irán, considerado incluso más potente que el del ejército libanés.
Sin embargo, Israel ha diezmado en gran parte sus capacidades y ha desmantelado su cúpula, empezando por el asesinato, en septiembre, de su influyente líder Hasán Nasralá.
El diputado de Hezbolá Hasán Fadlalá indicó a AFP que el grupo coopera "plenamente" con el despliegue del ejército libanés y aseguró que ya no tiene "bases o armas visibles" en el sur.
Escepticismo
El camino a la recuperación será largo para Líbano, que ya antes del conflicto enfrentaba años de una grave crisis política y económica.
En un primer paso hacia la normalidad, la agencia oficial de noticias NNA informó que el Parlamento se reunirá el 9 de enero para elegir un nuevo presidente tras dos años de vacío en el cargo.
En el norte de Israel, donde decenas de miles de personas fueron evacuadas a causa de los enfrentamientos, reina el escepticismo ante la tregua.
"Todavía no nos sentimos seguros y no estamos contentos con ello", dijo Nissim Ravivo, un hombre de 70 años, en la ciudad costera de Nahariya, a 10 kilómetros de Líbano.
"Es una vergüenza, deberíamos haber continuado por al menos otros dos meses y terminar el trabajo", protestó.
El conflicto ha causado al menos 3,961 muertos en Líbano desde octubre de 2023, la mayoría en las últimas semanas, según el Ministerio de Salud. Del lado israelí, las hostilidades con Hezbolá han matado al menos a 82 soldados y 47 civiles, de acuerdo con las autoridades israelíes.