Hungría, Rumanía, Italia
Al igual que en Estados Unidos, Elon Musk es una figura cada vez más popular entre los jóvenes británicos, según el instituto de encuestas Savanta.
"Las percepciones de éxito y riqueza, por un lado, y la política, por otro, están cada vez más entrelazadas", declaró a la AFP el director de investigación política de Savanta, Chris Hopkins.
"Musk ya no es sólo un comentarista muy crítico de la vida política británica, sino un actor destacado", escribió el viernes el columnista Patrick Maguire en el Times.
Elon Musk se reunió con el primer ministro húngaro, Viktor Orban, una figura clave de la derecha radical, cuando este último visitó a Donald Trump en Florida a principios de diciembre.
El gobierno alemán también acusa al hiperactivo empresario de injerencia debido a su apoyo al partido de extrema derecha AfD antes de las elecciones legislativas.
Musk hablará el 9 de enero con la líder de este grupo, Alice Weidel, en X.
El empresario de 53 años, que no desempeña ningún papel oficial en el futuro gobierno de Trump pero a quien el magnate ha encargado reducir el gasto público, calificó de "dictadores" a los jueces constitucionales que anularon las elecciones presidenciales en Rumanía, en medio de sospechas de injerencia rusa a favor de un candidato nacionalista.
Además Musk respalda a la jefa del gobierno italiano, Giorgia Meloni, la líder más derechista del país desde 1945, que lo considera un "genio".
Política y negocios
Las iniciativas políticas del hombre más rico del mundo están estrechamente ligadas a sus intereses económicos, subrayan los expertos.
Musk y Trump creen que "la democracia, el debate, el desacuerdo y los sistemas de bienestar estatal se interponen en el camino de los negocios", estima Ilan Kapoor, profesor de la Universidad de York en Toronto, conocido por sus investigaciones críticas sobre el neoliberalismo.
"Por eso ven con buenos ojos formas de gobierno más autoritarias, que creen que pueden funcionar de manera más eficiente, eliminando la oposición política y reduciendo el papel del gobierno", añade.
La contradicción, según él, "es que necesitan mucha intervención estatal cuando se trata de su agenda de 'ley y orden'".
El empresario también criticó a la Comisión Europea, por considerar que su funcionamiento es "antidemocrático", y pidió más protagonismo para el Parlamento Europeo.
El ejecutivo europeo ha puesto en el punto de mira a la red social X.
La empresa se expone a multas. La acusan de "engañar" a los usuarios con la marca de verificación azul que supuestamente garantiza fuentes de información fiables.
Una excomisaria europea, Vera Jourova, llegó incluso a describir a Elon Musk como un "promotor del mal" en una entrevista con Politico en octubre pasado.
En un artículo publicado el 17 de diciembre, dos investigadores del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), José Ignacio Torreblanca y Giorgios Verdi, predijeron que Elon Musk "podría utilizar su plataforma para movilizar a ciudadanos y partidos de extrema derecha" para perjudicar a los líderes europeos "determinados a continuar la ofensiva" contra X.