A su vez, el jefe del gobierno de Alemania, Olaf Scholz, apuntó que si hubiera tensiones por aranceles comerciales, esto sería "malo para Estados Unidos y malo también para Europa".
Según Scholz, "el requisito básico para un acuerdo [con el presidente estadounidense, Donald Trump] es reconocer nuestro propio poder. Europa puede actuar”.
Sin embargo, la UE tampoco cuenta con un gran espacio para negociar, ya que aunque tiene cierta independencia económica, no puede decir lo mismo en otros puntos.
“La Unión Europea si bien es una de las principales economías a nivel internacional, tiene una dependencia muy fuerte de Estados Unidos, quizá no tanto en términos económicos, pero si en términos de seguridad colectiva en gran parte de Estados Unidos y desde luego, de la OTAN”, indicó el profesor de la UNAM.
En caso de que la administración del presidente de Donald Trump avance con estas amenazas y algunos funcionarios sugieran que la UE adopte medidas de reciprocidad se generará un choque.
En este enfrentamiento, ambos actores perderán, pero más las industrias europeas, especialmente de países que realizan importantes exportaciones a Estados Unidos, como Alemania.
Trump ha vinculado la política comercial con otras cuestiones, como el incremento de las compras de energía estadounidense, especialmente gas y petróleo, recuerda el académico.
Otro punto importante será justo la defensa. Desde su primer mandato, Trump ha empujado a los miembros europeos de la OTAN para que aumenten su gasto militar, ya que los culpa de aprovecharse de Estados Unidos. También, el mandatario estadounidense ha buscado que los países europeos le compren más armas.
En caso de llegar a negociaciones, las voces más afines a Trump dentro de la UE, como la primera ministra italiana Giorgia Meloni y su par húngaro, Viktor Orban, serán claves para que Bruselas pueda ceder en algunas de las exigencias del republicano.