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Trump pone a “Estados Unidos al último” con el fin de la ayuda humanitaria

La suspensión de la entrega de fondos de cooperación para el desarrollo puede afectar los objetivos de Donald Trump, como la reducción de la migración irregular a su país.
jue 06 febrero 2025 05:05 AM
Partidarios de los EE. UU. Mitin de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAid) en los terrenos de los EE. UU. Capitolio el 5 de febrero de 2025 en Washington, DC. Los empleados y partidarios de USAid protestaron contra el cierre repentino de USAid por parte de la Administración Trump, lo que resultó en la cancelación del trabajo de ayuda, la prevención de conflictos y el trabajo de política exterior en todo el mundo, así como en el posible despido de miles de empleados. C
El gobierno de Trump ha puesto en licencia a todo el personal de USAID.

La suspensión de la ayuda humanitaria de Estados Unidos por 90 días, anunciada por el presidente Donald Trump el 20 de enero, puede ser contraproducente para los intereses del país, ya que al desatender asuntos prioritarios como el desarrollo de Centroamérica, puede aumentar la migración irregular con la que busca terminar.

Estados Unidos brinda ayuda humanitaria por 40,000 millones de dólares anuales. La mayoría de esta ayuda, más de un 60%, era administrada por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), una oficina que está en la mira del magnate Elon Musk, convertido en un influyente asesor de Trump, y que ha puesto de licencia a todo su personal.

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Hay varias crisis internacionales que podrían desatarse o agravarse gracias a esta pausa de la ayuda humanitaria estadounidense.

El secretario de Estado, Marco Rubio, anunció algunas excepciones como Egipto, Israel y la ayuda alimentaria de emergencia. Sin embargo, ante la indignación de organizaciones humanitarias y gobiernos extranjeros, amplió la lista para incluir asistencia humanitaria esencial.

En el caso de Egipto, comenta Francisco Gil Villegas, profesor del Centro de Estudios Internacionales, la suspensión de los fondos estadounidenses habría significado la caída del gobierno de Abdelfatah El-Sisi, uno de los principales aliados de Estados Unidos en Oriente Medio.

“Un gobierno como el de Egipto caía en una semana o menos debido a la dependencia que tiene

Estados Unidos también tuvo que reactivar los fondos para una misión de seguridad desplegada en Haití, un país que vive una crisis de seguridad desde hace por lo menos cuatro años y que ha expulsado a miles de migrantes.

El jefe de la diplomacia estadounidense dio luz verde a 40.7 millones de dólares en asistencia para la Policía Nacional de Haití y a la misión multinacional, dijo un portavoz del Departamento de Estado.

Sin embargo, aún la mayoría de los programas de ayuda para el desarrollo en América Latina siguen en pausa, lo que podría afectar los intereses de Estados Unidos, en la región, como la reducción de la migración irregular hacia su país y una mayor influencia de China, su rival estratégico.

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¿Poner a Estados Unidos Primero?

El lema del presidente es poner a “Estados Unidos primero”, lo que se demuestra en algunas política como sus agresivas negociaciones comerciales, que lo llevaron a imponer aranceles de 25% a México y Canadá el fin de semana, una amenaza que quedó desactiva por 30 días.

Otra manera fue la suspensión de la ayuda para el desarrollo que proporciona Estados Unidos.

El objetivo es revisarla completamente y eliminar programas que promuevan la diversidad o el acceso al aborto, temas que no son afines con la agenda de su gobierno.

El fin de estas medidas, no obstante, puede tener un efecto contrario al esperado y poner los intereses de Estados Unidos al último.

La Oficina de Washington para America Latina (WOLA), indica en un informe que la ayuda brinda en países de la región, como México, Colombia y Centroamérica ha terminado siendo de beneficio para Estados Unidos en objetivos como la seguridad, la lucha contra el narcotráfico y la reducción de los flujos migratorios.

Un ejemplo es la cooperación con México, su vecino al que amenaza con aranceles si no disminuye el tráfico de fentanilo y reduce los cruces de migrantes irregulares a Estados Unidos a través de la frontera común. Pero sin la cooperación estadounidense, será complicado que se cumplan estos objetivos.

De acuerdo con el informe de WOLA, gran parte de la asistencia reciente de los Estados Unidos a México se ha centrado en fortalecer el Estado de derecho y abordar el crimen, con la Oficina de Asuntos Internacionales de Estupefacientes y Aplicación de la Ley (INL) del Departamento de Estado trabajando para desarrollar la capacidad en las instituciones de seguridad y justicia mexicanas.

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“A medida que la actual pausa de la financiación detiene los programas del Departamento de Estado para combatir la delincuencia transnacional, paradójicamente se congela y amenaza con desfinanciar el compromiso de los Estados Unidos en algunas de las mismas cuestiones que la administración actual identifica como clave para mejorar no solo la seguridad de México, sino la de los Estados Unidos”, señala WOLA.

La USAID brindaba apoyo de las instituciones mexicanas para abordar la crisis de desapariciones forzadas del país, y daba asistencia que buscaba mejorar y proteger a los periodistas y defensores de los derechos humanos y apoyar el desarrollo económico y las instituciones de justicia a nivel estatal.

“Cortar tales programas no solo perjudicaría a personas y grupos en México, sino que podría socavar el enfoque de la administración actual en la migración, debilitando los esfuerzos para abordar las causas fundamentales de por qué las personas migran, como el crimen y la inseguridad”, señala la organización.

Algo parecido pasa en Centroamérica, donde la USAID atendía programas con las organizaciones de la sociedad civil, las organizaciones internacionales y otros que trabajan con instituciones gubernamentales para abordar la inseguridad económica; combatir la corrupción, fortalecer la gobernanza democrática, promover el Estado de derecho y el respeto por los derechos humanos, laborales y una prensa libre.

Los países del triángulo norte de Centroamérica —Guatemala. El Salvador y Honduras— eran parte de las prioridades de la asistencia para el desarrollo de Estados Unidos. La suspensión de este tipo de apoyo puede tener resultados parecidos a los de México.

El actual presidente ya ha vivido con las consecuencias de retirar fondos de cooperación a estos países. En 2019, cuando el presidente Trump decidió congelar y reprogramar 450 millones de dólares en ayuda extranjera de Estados Unidos a Guatemala, Honduras y El Salvador, los efectos sociales y humanitarios dañaron los intereses de su país.

De acuerdo con la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de Estados Unidos, los recortes afectaron a "65 de los 168 proyectos del Departamento de Estado, y 92 de los 114 proyectos de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos”.

En Honduras, por ejemplo, USAID tuvo que cancelar un proyecto de 8 millones de dólares que estaba reduciendo la reincidencia penal entre los jóvenes en riesgo.

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