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Europa transforma su política energética obligada por la guerra en Ucrania

Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, la Unión Europea ha tratado de diversificar sus fuentes de energía, acudiendo a otras alternativas.
mié 05 marzo 2025 10:29 AM
El vapor se eleva desde las torres de refrigeración de los nuevos bloques de energía de carbón F/G (en L) y de las centrales eléctricas de RWE Power, una de las mayores compañías de electricidad y gas de Europa en Neurath, al noroeste de Colonia, Alemania, en esta imagen tomada el 4 de marzo de 2016.
La energía nuclear fue la segunda fuente más grande de la Unión Europea.

La Unión Europea (UE) ha sido históricamente una importadora neta de energía. De acuerdo con información de Eurostat, el 63% de la energía disponible en la UE se generaba fuera del bloque en 2022

La tasa de dependencia de la Unión Europea, es decir, qué tanto requiere de las importaciones para satisfacer sus necesidades energéticas, era de 57.6% en el dato más reciente.

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La dependencia de la UE en conjunto se situaba en el 57.5% en 2020. La situación variaba enormemente entre Estados miembros: la tasa de dependencia se situaba en el 10.5% en Estonia, en el 63.7% en Alemania, en el 81.4% en Grecia y en el 97% en Malta.

En ese momento, Rusia era el principal proveedor de combustibles fósiles de la UE, ya que el 43% del gas de natural importado, provenía de este país. Además, estaba a punto de entrar en operación un nuevo gasoducto, el Nord Stream 2, que levantó mucha polémica.

Sin embargo, la invasión de Rusia a Ucrania, el 24 de febrero de 2024, obligó a Bruselas a cambiar su política energética. Unos días después del inicio del conflicto, los dirigentes europeos acordaron reducir progresivamente la dependencia del bloque de los combustibles fósiles rusos.

Una mayor diversidad de energía

“Lo que ha hecho Europa es acelerar las las fuentes alternativas de de energía como particularmente los renovables”, dice Luis Miguel Labardini-Deveaux, socio de Marcos y Asociados consultora energética, en entrevista con Expansión.

Por ejemplo, Francia ha hecho una gran apuesta a la energía nuclear desde hace décadas, e incluso ha anunciado recientemente la construcción de nuevos reactores.

Alemania, que cerró su último reactor nuclear en abril de 2023, considera revivir este tipo de energía. El próximo canciller alemán, Friedrich Merz, ha dicho que el país debería reactivar las últimas tres centrales eléctricas que fueron cerradas, citando la protección del clima y el aumento de los precios del petróleo y el gas.

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Otros países, como España, han hecho una gran apuesta por las energías renovables, como la energía eólica y la energía solar.

“La producción de energía en la UE se extiende a través de una gama de diferentes fuentes de energía: combustibles sólidos, gas natural, petróleo crudo, energía nuclear y energía renovable (como la energía hidroeléctrica, eólica y solar)”, indica la Comisión Europea en el reporte Arrojar luz sobre la energía en la Unión Europea.

Labardani-Deveaux explica que en materia de hidrocarburos, países con costa en el Mar del Norte, como Noruega, también tienen una importante producción. En el sur del continente, Rumania cuenta con reservas de gas natural.

En 2022, un 43% de la energía producida en la Unión europea procedía de fuentes renovables. La energía nuclear fue la segunda fuente más grande, seguida de los combustibles sólidos, el gas natural y el petróleo crudo.

En 2022, la energía renovable fue la fuente exclusiva de producción de energía en Malta (en otras palabras, este país no produjo ningún otro tipo de energía) y representó al menos la mitad en otros 15 países de la UE.

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La producción de energía nuclear fue bastante significativa en Francia (71% de la producción total de energía nacional), Bélgica (67%) y Eslovaquia (61%).

Una dependencia distinta

A pesar de los esfuerzos de la Unión Europea, aún tienen una gran dependencia de las importaciones de energía de otros países. “Para su propio consumo, la UE también necesita energía importada de terceros países”, indica el reporte de la Comisión Europea.

La dependencia del petróleo supera el 90% y la del gas natural es mayor del 80%. Sin embargo, logró eliminar la influencia de Rusia como un socio estratégico preferente, al pasar, desde febrero de 2022, de ser el origen del 31% de las importaciones de hidrocarburos al 3%.

El mayor beneficiado de la crisis rusa ha sido Estados Unidos, que ha pasado a ser el principal proveedor de petróleo de la UE (17% del total importado) y de gas natural licuado (49% del total importado).

“¿Por qué Estados Unidos? Porque en Estados Unidos tienen un exceso de producción de gas”, indica Labardini-Deveaux.

Sin embargo, en un momento en el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cambiado su posición sobre la guerra en Ucrania y se ha acercado a Rusia, esto puede significar un riesgo para Europa.

“Esto lo sabe el presidente Trump y sabe que tiene una carta de negociación con Europa porque digamos que Europa tiene que elegir entre Rusia y Estados Unidos”, dice el analista.

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