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Operación militar en Siria deja más de 230 muertos tras enfrentamientos

Las fuerzas sirias lanzan una operación en el noroeste tras intensos choques con grupos leales a Asad, dejando más de 230 muertos, incluidos civiles ejecutados en represalia.
vie 07 marzo 2025 02:43 PM
Masacre de civiles en Siria: operación militar deja más de 230 muertos
Esta foto difundida por la oficial Agencia Árabe Siria de Noticias (SANA) muestra a sirios que asisten al funeral de las personas muertas en los enfrentamientos del día anterior entre las fuerzas gubernamentales y los militantes leales al depuesto gobernante Bashar al-Assad, el 7 de marzo de 2025.

Las fuerzas de seguridad sirias lanzaron este viernes una operación militar en el noroeste del país tras intensos enfrentamientos con combatientes leales al derrocado presidente Bashar al Asad. La región, en especial las áreas costeras de Latakia y Tartús, ha sido escenario de violencia y caos desde el comienzo de los enfrentamientos que involucraron tanto a milicias de las antiguas fuerzas de Asad como a nuevos grupos armados, lo que ha intensificado aún más la compleja guerra civil que lleva más de una década.

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Un nuevo informe del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) da cuenta de un alto saldo de víctimas, con 185 muertos desde el jueves, entre ellos 50 miembros de las fuerzas de seguridad y 45 combatientes. La cifra total al viernes ha aumentado a más de 250, según el balance más reciente del OSDH.

La ONG también reportó la ejecución de al menos 162 civiles alauitas, la comunidad a la que pertenecía Bashar al Asad, en una serie de operaciones llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad en varias ciudades costeras.

"Masacre de civiles", una ejecución sistemática de alauitas

El OSDH ha calificado los hechos como una "masacre de civiles", señalando que las víctimas, muchas de ellas mujeres y niños, fueron ejecutadas de manera sistemática en áreas como Baniyas, Latakia y Jableh, en lo que parece ser una operación de represalia contra la comunidad alauita por su supuesto apoyo al régimen de Asad. En este contexto, las autoridades sirias enviaron refuerzos militares a la región, llevando a cabo operativos de "peinado" para rastrear y desmantelar las milicias que aún permanecen leales al exmandatario.

Además, las redes sociales y los medios de comunicación han difundido videos que muestran a cuerpos apilados en patios de casas, y en otro clip se observa a hombres con uniforme militar ordenando la ejecución de prisioneros. Aunque la autenticidad de estos videos no ha sido verificada, las imágenes han conmocionado a la opinión pública internacional y alimentan las tensiones ya existentes en la región.

El impacto en la población local y la reacción de la comunidad internacional

En las ciudades afectadas, como Latakia y Tartús, se instauró un toque de queda que se extendió hasta el sábado. Los testimonios de los habitantes recogen un clima de miedo generalizado. "La gente permanece encerrada en sus casas. Todo el mundo tiene miedo. La llegada de vehículos militares y convoyes de refuerzos solo incrementa la angustia", relató Ali, un residente de Jableh. La situación se ha visto empeorada por cortes masivos de electricidad que afectan a gran parte de la provincia.

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El conflicto, que se prolonga desde 2011, ha sumido al país en una guerra civil devastadora, donde más de medio millón de personas han perdido la vida y millones más han sido desplazadas. Tras el derrocamiento de Asad en diciembre de 2024, las nuevas autoridades enfrentan enormes desafíos en su intento de restaurar la paz y el orden, y la región noroeste sigue siendo una de las más problemáticas.

En cuanto a las reacciones internacionales, Arabia Saudita condenó la violencia perpetrada por "grupos ilegales", y Turquía, que comparte frontera con Siria, advirtió contra cualquier acción que pueda poner en riesgo la estabilidad de la región. Rusia, por su parte, pidió el cese inmediato de los enfrentamientos, sugiriendo la posibilidad de coordinar esfuerzos internacionales para detener la "masacre" y buscar una solución a la crisis.

Irán, un aliado clave de Asad durante la guerra, también condenó los asesinatos de "sirios inocentes", pero no ha ofrecido un respaldo explícito a las nuevas autoridades, lo que refleja las complejidades de las alianzas en Siria.

La evolución del conflicto y el futuro incierto

La caída de Bashar al Asad y la posterior toma de poder por parte de facciones rebeldes no ha puesto fin al conflicto en Siria. Por el contrario, ha intensificado las luchas internas y ha creado un vacío de poder que ahora es disputado entre diferentes grupos. Las fuerzas leales a Asad, aunque desplazadas, siguen operando en diversas partes del país, mientras que las nuevas autoridades enfrentan dificultades para consolidar su autoridad y garantizar la seguridad.

La comunidad internacional sigue profundamente dividida en su enfoque hacia Siria. Mientras que algunos países se alinean con los nuevos líderes y las milicias rebeldes, otros, como Rusia e Irán, continúan respaldando a grupos relacionados con el régimen de Asad, lo que hace difícil cualquier tipo de consenso para una resolución pacífica.

Además, la situación humanitaria sigue siendo alarmante, con millones de sirios atrapados en medio del conflicto. La respuesta internacional a la violencia continua siendo insuficiente, y es probable que, a menos que se logre un acuerdo entre las potencias extranjeras, el país siga sumido en el caos durante años.

Con información de AFP

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