A seis meses de que el consejo ejecutivo de la Unesco vote por el próximo director general del organismo, la contienda se intensificó. Las tres candidaturas en juego —la mexicana Gabriela Ramos, el egipcio Khaled El Enany y el congoleño Firmin Edouard Matoko— desataron tensiones diplomáticas, maniobras entre bastidores y una ola de rumores que anticipa una elección marcada por la confrontación.
Una mexicana busca liderar la Unesco, en medio de caos antes de las elecciones

La Unesco, cuyo nombre completo es la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, fue fundada en 1945 con el objetivo de promover la paz y el desarrollo sostenible a través de la cooperación internacional en sus tres áreas clave. Sus decisiones y liderazgo tienen un impacto global, desde la protección del patrimonio cultural hasta las políticas educativas y científicas.
El cargo de director general de esta agencia multilateral con sede en París es estratégico y simbólico. En 2017, la francesa Audrey Azoulay asumió el puesto tras un proceso de votación cerrado. Su liderazgo termina este año, y la lucha por su sucesión ya provocó fracturas diplomáticas y acusaciones públicas.
Candidaturas de último minuto alteran los cálculos
Khaled El Enany, exministro de Turismo y Antigüedades de Egipto (2016–2022), fue el primero en postularse en abril de 2023. Desde entonces, inició una intensa gira internacional para consolidar apoyos. Hasta diciembre pasado, su única competencia era el gabonés Noël Nelson Messone, quien se retiró para evitar una división africana y citó la necesidad de mantener una "África unida".
El Enany, de 54 años, contaba con el respaldo formal de la Unión Africana, la Liga Árabe, Francia, España, Turquía, Alemania y Brasil. Sin embargo, el 13 de marzo, dos días antes del cierre oficial de candidaturas, el escenario cambió drásticamente. Gabriela Ramos, actual subdirectora general de la Unesco para Ciencias Sociales y Humanas, y Firmin Edouard Matoko, subdirector general para África, presentaron sus candidaturas de forma sorpresiva.
Ambos aspirantes forman parte de la estructura de alto nivel dentro de la Unesco. Ramos, de 61 años, representa a México en organismos internacionales y encabeza iniciativas globales sobre justicia social. Matoko, de 69 años, trabaja desde hace tres décadas dentro de la Unesco y es uno de los funcionarios más experimentados en el organismo.
La candidatura de Matoko generó desconcierto, especialmente en el equipo de El Enany, quien se perfila como el representante africano con mayor legitimidad. Una fuente cercana al egiptólogo comentó a AFP: "El Congo debe tener sus motivos para presentar esta candidatura (...) Pero no es bueno para África, que se arriesga a perder el puesto".
Matoko defendió su decisión en declaraciones a la agencia AFP: “Tomé la decisión apoyado por mi país y muchos colegas”. Añadió que “postularse con tres años de antelación no debe impedir a otro Estado presentar candidatos”.
Una denuncia sacude la campaña
El miércoles 10 de abril, apenas unas horas antes de las audiciones oficiales de los tres candidatos en la sede de la Unesco en París, una filtración tensó aún más el ambiente.
El sitio Africa Intelligence reveló la existencia de una carta enviada por el grupo de países árabes ante la Unesco a la presidenta del consejo ejecutivo. En el documento, fechado el 7 de abril y consultado también por AFP, se solicitaban "aclaraciones" sobre "informaciones preocupantes" relacionadas con uno de los aspirantes, sin mencionar su nombre.
Fuentes dentro de la Unesco confirmaron a AFP que la denuncia señalaba a Gabriela Ramos. La acusación interna, presentada en enero de 2024, aludía a un supuesto caso de acoso. Aunque la división de control interno del organismo investigó el señalamiento, los resultados no fueron divulgados y hasta ahora no se impuso ninguna sanción.
Investigaciones similares en la Unesco tuvieron consecuencias en el pasado. En 2023, una denuncia similar derivó en la salida de la sudafricana Shamila Nair-Bedouelle, quien ocupaba el cargo de subdirectora para Ciencias Naturales.
El equipo de campaña de Gabriela Ramos respondió a la AFP con una declaración en la que afirma: “A la fecha, el gobierno de México no ha sido notificado oficialmente de ninguna imputación cuestionando la integridad de su candidata”. En el mismo comunicado, se critica el momento en el que surgieron las acusaciones y se reafirma el respaldo de México a la funcionaria. De resultar electa, Ramos sería la segunda persona mexicana en liderar la Unesco, después de Jaime Torres Bodet, quien ocupó el cargo de 1948 a 1952.
Una fuente cercana a una delegación nacional ante la Unesco consideró el incidente como parte de las dinámicas electorales internas: “Es el primer juego sucio de la campaña. Habrá otros. Lanzar rumores, ataques es bastante habitual en una campaña”.
Octubre definirá el futuro de la Unesco
La batalla por dirigir el organismo continuará en los márgenes de cumbres y reuniones multilaterales en los próximos meses. Los candidatos intentarán asegurar el mayor número de promesas de voto posible antes de la votación secreta que el consejo ejecutivo de la Unesco —formado por 58 países— celebrará en octubre.
La persona elegida será propuesta ante la Conferencia General, que reúne a los 194 Estados miembros de la organización y sesionará en noviembre en Bakú, Azerbaiyán.
Aunque El Enany parte con ventaja en apoyos iniciales, su camino no está garantizado.
“Entre la promesa y el voto final, siempre hay una pequeña diferencia”, advirtió a AFP una fuente con experiencia en procesos anteriores. Matoko, por su parte, recordó que el resultado solo se sabrá en el último momento: “Nada está decidido hasta el día de la elección”.
Cita como precedentes las sorpresivas designaciones de Irina Bokova en 2009 y Audrey Azoulay en 2017, quienes alcanzaron la dirección del organismo tras procesos inciertos hasta el último día.