La policía busca al presunto autor, quien se hizo pasar por un agente del orden y escapó durante un enfrentamiento con oficiales. Según reportes locales, se trata de un hombre blanco, de cabello castaño, que portaba un chaleco antibalas negro y ropa azul.
El presidente Donald Trump calificó el ataque como un “terrible tiroteo” dirigido contra congresistas estatales y aseguró que la violencia no será tolerada. La fiscal general, Pam Bondi, afirmó que los responsables enfrentarán el peso de la ley.
Las autoridades señalaron que el ataque ocurre en un contexto de alta polarización política y protestas contra las políticas del gobierno federal. Walz llamó a resolver las diferencias por medios pacíficos y recordó que el debate institucional es la base de la democracia.
Mientras ocurría el ataque, Trump se preparaba para encabezar un desfile militar en Washington por su cumpleaños 79 y por el Día de la Bandera. El evento incluye 7,000 militares, 150 vehículos y 50 aeronaves, con presencia de paracaidistas y sobrevuelos en la explanada frente al Lincoln Memorial.
Organizaciones opositoras convocaron protestas en más de 1,500 ciudades. En Los Ángeles, un globo con la figura de Trump vestido con uniforme militar ruso encabeza las manifestaciones. Los organizadores acusan al presidente de militarizar la democracia y actuar con autoritarismo.