El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca fue una mala noticia para la comunidad LGBTQ en Estados Unidos y en algunos otros países del mundo desde el momento de su elección, en noviembre del año pasado. El día que tomó posesión, dos meses después, el republicano les demostró que este temor no era infundado.
El primer día de su presidencia, el republicano firmó decenas de órdenes en las que una de las poblaciones más afectadas fue la transgénero.
En poco más de cinco meses, Donald Trump eliminó la mayoría de los modestos avances en materia de derechos de las personas trans y las protecciones que había logrado esta pequeña comunidad —aproximadamente 0.3% de la población estadounidense, de acuerdo con un estudio de Human Rights Campaign— en sus lugares de trabajo, el mundo académico y las instituciones federales.
"Ha sido demasiado. Siento que voy a algo cada semana", dice a la AFP Lorelei Crean, de 17 años, mientras enumera la larga lista de mítines y eventos organizados para protestar contra las políticas del mandatario.
Una de las primeras medidas de Trump fue suspender la emisión de documentos con una "X" en la casilla de género neutro. En enero, Trump decretó que "solo hay dos géneros: masculino y femenino".
A Crean le llegó en abril por correo su nuevo certificado de nacimiento y "una 'X' en el pasaporte de género". "Así que ahora todos mis documentos legales tienen una X", señala.
"Mi existencia está, en cierto modo, en contradicción con la declaración de Trump", afirma Crean en un parque cerca de su casa en el barrio de Washington Heights, en Manhattan.
En abril, Trump emitió una orden ejecutiva que exige a las instituciones que reciben subvenciones federales para investigación o educación que pongan fin al tratamiento para cambio de género en menores de 19 años, y ordenó a su secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., que haga todo lo posible para acabar con esta práctica.
El Departamento de Salud del presidente estadounidense publicó el 1 de mayo un extenso informe sobre la atención médica de los menores transgénero, en el que advierte sobre los "riesgos importantes" de los tratamientos hormonales y quirúrgicos que se les proponen.
En el documento de más de 400 páginas no figuran los nombres de los autores del informe.
El gobierno de Trump ha tomado numerosas acciones desde finales de enero en contra de las personas transgénero, a las cuales ha intentado prohibir servir en el ejército.
Los tratamientos hormonales y quirúrgicos destinados a menores que no se sienten en concordancia con el género asignado al nacer son objeto de debate en Estados Unidos y en otros países.
En 2024, un estudio encargado por las autoridades sanitarias británicas pidió una "extrema prudencia" en la prescripción de estos cuidados.
De acuerdo con el informe estadounidense, tales tratamientos presentan riesgos de "infertilidad/esterilidad, disfunción sexual, alteración de la densidad ósea, impactos cognitivos indeseables, enfermedades cardiovasculares y trastornos metabólicos, trastornos psiquiátricos, complicaciones quirúrgicas y arrepentimiento".
"Nuestra obligación es proteger a los niños de nuestro país, y no exponerlos a intervenciones médicas no probadas e irreversibles", insistió Jay Bhattacharya, jefe del NIH, el organismo estadounidense encargado de la investigación médica.
Una conclusión que refuta Aisha Mays, miembro de la organización Physicians for Reproductive Health.
Es "una propaganda destinada a deslegitimar la atención médica perfectamente segura, eficaz y basada en pruebas", asegura en un comunicado.
Según un estudio reciente publicado en la revista JAMA Pediatrics, menos del 0.1% de los menores estadounidenses con seguro privado recibieron tales tratamientos hormonales entre 2018 y 2022.
El presidente Donald Trump firmó un decreto que prohíbe a los atletas transgénero participar en deportes femeninos, en un nuevo ataque a esta comunidad.
"Con esta orden ejecutiva, la guerra contra los deportes femeninos ha terminado", prometió el mandatario republicano durante una ceremonia el miércoles en la Casa Blanca, entre aplausos de decenas de atletas femeninas.
En concreto, el texto prevé recortar los subsidios gubernamentales a los colegios que permitan a estudiantes transgénero ser miembros de equipos deportivos femeninos.
"No habrá financiación federal" para estas instituciones, insistió Trump.
Varias de las medidas de Trump recibieron desafíos judiciales que terminaron en manos de la Corte Suprema. El máximo tribunal estadounidense —de mayoría conservadora desde la primera presidencia de Trump— avaló ya la mayoría de estas políticas.
El 7 de mayo, el tribunal aprobó la entrada en vigor de la prohibición del presidente a militares transgénero, una medida por la que se despidió a miles de efectivos.
"Estoy desconsolada por la pérdida, no solo por mí, si llega el caso, sino por todos nosotros", dijo a la AFP la coronel Bree Fram, con 22 años de experiencia en las Fuerzas Armadas, después de que Trump diera a conocer por primera vez esta política a finales de febrero.
La decisión de la Corte "es un golpe devastador a los servidores transgénero que han demostrado su capacidad y compromiso con la defensa de nuestra nación", expresaron las organizaciones Lambda Legal y la Fundación Human Rights Campaign, que entablaron la demanda que activó al tribunal de primera instancia.
El gobierno de Trump celebró la entrada en vigor de esta medida.
"Hemos liberado a nuestras tropas de enseñanzas políticas degradantes y divisivas", declaró Trump en la ceremonia de graduación en la prestigiosa Academia Militar de West Point, cerca de Nueva York, a finales de mayo. "La teoría crítica de la raza o 'transgénero para todos' ya no se impondrá a nuestros valientes hombres y mujeres en uniforme. Ni, de hecho, a nadie más en este país", afirmó.
En junio, la Suprema Corte dio luz verde a una ley estatal que prohíbe el acceso de menores a tratamientos de transición de género, un tema que genera polémica en el país.
Una veintena de estados gobernados por republicanos han promulgado leyes que restringen la atención médica para los jóvenes transgénero.
Por seis votos contra tres, el máximo tribunal votó a favor de avalar la ley de Tennessee que prohíbe los tratamientos hormonales, los bloqueadores de la pubertad y la cirugía de transición de género para menores de 18 años.
"El papel de la Corte no es 'juzgar la sabiduría, la equidad o la lógica' (de la ley), sino solo asegurar que la ley no viole las garantías de protección igualitaria", escribió el presidente de la Corte, John Roberts.
"No lo hace", porque los temas relacionados con la política "se dejan, por tanto, de manera apropiada, en manos del pueblo, sus representantes elegidos y el proceso democrático", añadió.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) condenó esta medida.
"Este es un golpe para los jóvenes trans que simplemente quieren crecer sanos, apoyados y vistos. Sin embargo, no es donde termina la batalla legal", aseguró en un comunicado.
Con información de AFP
