Migración y medio ambiente: las similitudes con Alemania
AfD es un partido con tintes xenófobos que se enorgullece de distinguir a los alemanes "ancestrales" y el resto de población, que aunque sea de nacionalidad alemana, no tiene orígenes germanos.
Además, está posicionado claramente contra la inmigración y la acogida de refugiados, algo que en un principio alentó la canciller Angela Merkel pero que ha servido a este partido ultra como excusa para forjar gran parte de su discurso electoral. De hecho, su auge coincide con el momento de las primeras llegadas de refugiados, en 2015.
AfD aseguró más de una vez, a través de su líder, Alexander Gauland, que no cree en la doble nacionalidad y que, por tanto, "hay más de un millón de personas que deberían salir del país".
A estas expulsiones masivas se le une la propuesta de reforzar las fronteras y acabar con la frontera única, de la que gozan todos los países que firmaron el tratado de Schengen, del que forman parte miembros de Unión Europea y países no comunitarios como Suiza, Noruega o Islandia.
La propuesta recuerda al esfuerzo que el presidente Trump hace para tener una frontera blindada.
Al igual que Trump en Estados Unidos, la AfD rechazó desde un principio las políticas medioambientales que promueven el resto de partidos. Apuestan por el carbón como uno de los principales motores energéticos para Alemania, mientras que Trump quiere impulsar la industria petrolera de su país.