Unión entre medios: la lección de Colombia en el secuestro de periodistas

Los medios de comunicación mexicanos deben unirse ante el caso de los cuatro periodistas secuestrados en el estado de Durango, y ante cualquier amenaza a la libertad de expresión, coincidieron especialistas en medios latinoamericanos.
Un grupo del crimen organizado, "inconforme con la cobertura informativa" sobre denuncias de corrupción en un penal local -según publicó Milenio Diario-, "levantó" este lunes a los periodistas.
Los periodistas trabajan en la televisora local Multimedios Laguna (del mismo grupo mediático que Milenio Diario), Televisa Torreón, Televisa México y del periódico El Vespertino.
De acuerdo con Milenio, el grupo amenazó con matarlos si esos medios no emitían tres videos en sus noticieros.
Milenio aceptó transmitir dichos videos -una de las condiciones para liberar a su camarógrafo, según el mismo diario-, y lo hizo "sin ninguna edición".
Los otros medios involucrados no han hecho ningún pronunciamiento al respecto.
"Si yo estuviera en los zapatos de ellos (las empresas de comunicación) lo primero que haría sería convocar a una reunión de medios de México y tratar de buscar una salida, una respuesta que no ponga en riesgo a los periodistas, pero que dé el mensaje de que esto (el chantaje) no es aceptable", dijo la periodista María Teresa Ronderos desde Colombia a CNNMéxico.
Ronderos opina que debe haber "un tipo de negociación transparente (con los grupos criminales) clara, de cara a la sociedad, para proteger la libertad de expresión, pero también para proteger la vida de los periodistas".
El problema, señala, es que "si cedes (al chantaje), ¿cómo te aseguras que dentro de un mes no te secuestran a otros cuatro (comunicadores)?".
"Lo que más ha ayudado en el caso colombiano para la protección de los periodistas, en general, ha sido la unión”, apuntó Ronderos.
La periodista recordó que en 1990, el narcotraficante Pablo Escobar secuestró a Francisco Santos, jefe de redacción del diario El Tiempo, para exigir al gobierno "que cambiara la política de Estado para permitirle entregarse en condiciones favorables".
La respuesta de los medios colombianos fue "mucha unión, estrategias conjuntas", movilización y creación de asociaciones de protección, como la Fundación para la Libertad de Prensa.
El asesinato del periodista colombiano Guillermo Cano, en 1986, también "fue un punto de inflexión para que la prensa colombiana decidiese que mientras no estuviesen unidos, evidentemente los ataques y la vulnerabilidad de los medios de comunicación iba a ser más alta", recordó Darío Ramírez, director de Artículo 19, organización internacional con sede en Londres que protege los derechos de los periodistas.
Tras la muerte de Cano (por órdenes de Pablo Escobar) hubo "muestras de solidaridad poniendo páginas en blanco que reflejaban la ausencia de contenido producido por periodistas que habían sido asesinados", dijo Ramírez a CNNMéxico.
En Filipinas también hubo una reacción en conjunto de la prensa frente al asesinato de una veintena de periodistas en 2009, agregó el presidente de Artículo 19. Los medios coordinaron sus líneas editoriales y formaron un frente para exigir al gobierno que investigara la masacre, y para que los asesinos supieran que cada vez iban a dar mayor cobertura al tema.
En México "tiene que haber una política en conjunto de todos los medios (…). No se puede trabajar de manera aislada en la respuesta que tiene que haber ante el ataque del narcotráfico, cuando el Ejército impide el trabajo de los periodistas o cuando algún funcionario los agrede", asegura el argentino Darío Fritz, periodista independiente y colaborador de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Fritz coincide en que Colombia es "el ejemplo más claro" de cómo deberían reaccionar los medios ante secuestros y chantajes, pero dice también que debe prestarse atención a lo que sucedió en la época de las dictaduras militares en América Latina durante los años 70 y 80.
En esos años "la respuesta social fue lo que permitió echar atrás estas agresiones (contra periodistas) que eran terrorismo de Estado".
Sin embargo, apuntó: "Si tú no ves a los medios de comunicación y a los periodistas unidos en adoptar políticas en conjunto ante el tema de la violencia, no vas a esperar que la sociedad (lo haga)".
En México no se ha hecho trabajo en conjunto en los medios, insistió. "Esto no se puede tomar de manera individual y olvidarse de lo que le pasa a los demás", agregó el coordinador del diplomado de la UNAM Los alcances del crimen organizado y el ejercicio del periodismo frente a la violencia.
Para Fritz está claro lo que debe hacerse: "Tiene que haber una respuesta unificada y contundente en medios escritos, radiales, audiovisuales, (se tiene que) adoptar una medida en común".