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El gobierno federal presenta ante cámaras y flashes a los capos del narco

Académicos y senadores critican la estrategia del gobierno federal para difundir las capturas de los presuntos narcotraficantes
mié 22 septiembre 2010 12:14 PM
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La imagen de un hombre corpulento, con las manos esposadas, aparece en las pantallas de televisión. Un grupo de policías fuertemente armados, cubiertos con un pasamontañas, lo escoltan. Y al fondo de la escena destaca una bandera de México.

Es la "presentación" del capo  Édgar Valdez Villarreal La Barbie, del martes 31 de agosto, pero podría ser la de Vicente Zambada Niebla El Vicentillo; José Gerardo Álvarez Vázquez El Indio, o cualquier otro presunto criminal: la estrategia de difusión de las capturas ha sido la misma que utiliza la Secretaría de Seguridad Pública para mostrar sus logros, un hecho que ya levanta críticas por parte de algunos académicos y políticos.

La presentación pública de presuntos delincuentes viola las convenciones internacionales sobre Derechos Humanos firmadas por México, advierte José Luis Cisneros, un investigador de la UAM Xochimilco entrevistado por CNNMéxico.

El Artículo 20 de la Constitución señala que todo mexicano tiene derecho "a que se presuma su inocencia mientras no se declare su responsabilidad mediante sentencia emitida por un juez de la causa". Al exhibir a los detenidos ante los medios, automáticamente se les estigmatiza como culpables de los delitos que se les acusa, abunda Cisneros.

Cada supuesto narcotraficante es mostrado como "el único, el auténtico, el verdadero, el más malvado y al que se le pueden atribuir todos los males", expone el académico que ha estudiado el fenómeno de la violencia y la criminalidad durante 20 años.

El objetivo del gobierno federal al "presentar" a los supuestos criminales es "construir la imagen del enemigo público", explica Cisneros.

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"Presentar a los criminales le imprime una dosis de moral a la lucha contra el narcotráfico, es una forma de imputarlos y castigarlos antes de que haya un juicio; pasamos de una violencia impúdica, que atentaba contra el cuerpo, a una pública, que atenta contra la moral".

Diversos senadores también cuestionaron la estrategia de difusión de las capturas durante la comparecencia ante comisiones del Senado en la glosa del IV Informe de gobierno del presidente Felipe Calderón.

"Los shows que usted organiza, muchos de mis colegas y sectores los repudian, no nos parece la forma en que se demuestre la superioridad del Estado", cuestionó el senador del Partido de la Revolución Democrática, Pablo Gómez, al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.

"Esa guerra de propaganda no funciona, usted lo que hace son narcocorridos y alimenta eso (…) está muy equivocado, a la violencia de los delincuentes se suma la violencia del Estado; quieren acreditar una guerra con: 'miren a los detenidos, miren a los encarcelados", criticó Gómez.

En respuesta, García Luna dijo que exhibir a los supuestos narcotraficantes demuestra que "el Estado tiene capacidad de detener y someter a un delincuente de esa magnitud".

Legitimar la guerra contra el crimen

Presentar a los capos ante las cámaras también es una forma de "legitimar la estrategia del presidente (…) es una forma de decir (que la llamada lucha contra el narcotráfico) va bien", y de seguir adelante con ella, considera el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, Rafael Reséndiz.

Desde su punto de vista, la sociedad ya tiene claro que el narcotráfico es el enemigo público desde hace años, y es el gobierno el que recientemente lo descubrió.

La Secretaría de Marina y la Secretaría de Seguridad Pública se han distinguido en el gobierno de Felipe Calderón por mostrar ante cámaras de medios nacionales e internacionales a los miembros del crimen organizado que detienen antes de que sean consignados por un juez.

La imagen del enemigo

La figura de un enemigo público se construye a través de una estrategia en la que el rival es "ignorado, anulado de la discusión, caricaturizado, ridiculizado". Se trata de desvalorizarlo a los ojos de los demás, explica el psicólogo social, Marco Antonio González Pérez.

Esta imagen contrasta con la que todavía tienen algunas personas, que consideran a los narcos como benefactores, agrega González Pérez, quien también es académico del Tec de Monterrey. "En pueblos de Sinaloa, Coahuila y Michoacán todavía hay poblaciones que saben que han mejorado a partir de la labor ilícita de ciertas personas", indica.

Agrega que el gobierno envía un mensaje de "salvamento" con las presentaciones, mientras los medios de comunicación reportan "masacres, decapitaciones, ajusticiamientos". Entre un mensaje y otro hay incertidumbre. El resultado, dice, es que "se está sembrando el miedo en la gente".

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