En Monterrey no se puede vivir, dice la madre de estudiante asesinada
Supo que su hija Lucila Quintanilla habia muerto, que "la pesadilla era realidad", porque lo vio en televisión. Ella estaba "destrozada", y fue su esposo quien reconoció el cuerpo, "con un solo disparo que le quitó la vida y me arrancó todo".
La balacera registrada este miércoles en Monterrey dejó al menos cinco heridos. Las autoridades informaron este jueves que un grupo "de dos o tres hombres" perseguía a un celador del penal Topo Chico para asesinarlo.
En conferencia de prensa, el gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, condenó los hechos, y afirmó que "no se descansará hasta dar con los reponsables". Además, anunció una recompensa a quien ofrezca información que permita la captura de los responsables.
"Para qué ofrecen dinero, mejor deberían usarlo para armar a su policía y atrapar a todos los delincuentes, no sólo a los que mataron a mi bebé", dice la madre de la joven.
Lucila Ocañas relata a CNNMéxico que fue el novio de su hija quien le avisó que "algo horrible había pasado". Entonces empezó la búsqueda de la estudiante de Artes Visuales en la Universidad Autónoma de Nuevo León.
La familia visitó hospitales y agencias policiales, pero nadie pudo decirles dónde estaba. "Hubo quien me dijo que estaba en la Procuraduría declarando y no era cierto. Yo tenía la esperanza de encontrarla viva. No podía creer lo que estaba pasando. Todavía no lo creo, siento que ella va a volver", dice la mujer.
Lucila, a quien sólo le faltaba unos meses para terminar su carrera, pasaba todos los días frente a la Plaza Morelos, una de las zonas más concurridas de Monterrey, para regresar a casa.
Ésta no era la primera vez que fue víctima del crimen . Meses antes había sufrido un asalto. "Le dije muchas veces que se cuidara, que no fuera sola, porque en esta ciudad ya no se puede vivir en paz", dice su madre.
Este jueves, sus compañeros le hicieron un homenaje dentro de la facultad. La recuerdan como "muy buena estudiante, entusiasta, alegre y valiente".
"Todos sabemos que hay balaceras, crimen y muchos peligros, pero ella nunca creyó que le fuera a pasar. Uno nunca cree que le va a pasar, hasta que nos pasa", dice Nicolás.
El compañero de clase de Lucila, que no quiere proporcionar sus apellidos, recuerda otra balacera que se registró en marzo pasado en las inmediaciones del Tec de monterrey, una de las universidades privadas más importantes de México.
"Cuando vimos que ni los chavos del Tec estaban seguros, nos dimos cuenta de que nadie está seguro. Todos somos víctimas del narcotráfico", concluye.
En abril pasado, estudiantes del Tec y otras instituciones marcharon en silencio para exigir seguridad, además presentaron sus propias propuestas para combatir el crimen.
Sin embargo, apenas este martes se registró otra balacera cerca de esta universidad , por la que cerraron sus puertas durante 15 minutos.
La mamá de Lucila hizo un reclamo a las autoridades "que no le han respondido a la gente". Pidió que éste y todos los asesinatos de "inocentes" sean resueltos y liberen a la capital de Nuevo León de la violencia.
"Ya no tenemos dónde escondernos, por eso la gente tiene miedo. Ellos (las autoridades) no hacen nada. Monterrey ya es un infierno ".
