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Ocho municipios rurales de Nuevo León están amenazadas por el narcotráfico

La disputa por el trasiego de droga ha puesto en un estado de indefensión a municipios rurales que ha llevado a la renuncia de policías
vie 29 octubre 2010 06:36 AM
Al menos 14 personas resultaron heridas al estallar una granada frente a la presidencia municipal de Guadalupe, Nuevo León
Al menos 14 personas resultaron heridas al estallar una gran Al menos 14 personas resultaron heridas al estallar una granada frente a la presidencia municipal de Guadalupe, Nuevo León

Al menos ocho municipios rurales de Nuevo León han quedado a merced del narcotráfico porque sus policías han renunciado, desaparecido o muerto.

El estado padece desde hace ocho meses una ola de crímenes relacionados con la guerra entre los cárteles del narcotráfico.

Además de Los Ramones, en los municipios de Agualeguas, China, Doctor Coss, General Treviño, Los Aldama, Parás y General Bravo, no hay elementos de seguridad pública. Nuevo León tiene 51 municipios en total.

Un conteo realizado por Milenio Monterrey arroja un total de 93 policías que se han dado de baja, han desaparecido o han muerto a manos del crimen organizado en el estado.

La mayoría de estos policías —60, según el diario local— han renunciado por temor ante los altos índices de violencia y por la baja capacidad que tienen para enfrentar a la delincuencia.

La disputa por el trasiego de droga ha puesto en un estado de indefensión a las administraciones locales; mientras, el Congreso del estado aprobó este jueves la Ley de Emergencia Provisional que autoriza al gobernador, Rodrigo Medina, asumir el control policial en todos los municipios en caso de contingencia.

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La noche del lunes 25 de octubre, el municipio rural Los Ramones, ubicado a 120 kilómetros de la capital de Nuevo León, Monterrey, presenció un hecho sin precedente en los casi dos siglos de su fundación.

Alrededor de las 21:30 horas, sujetos armados a bordo de camionetas de lujo abrieron fuego contra la comandancia de la policía municipal: al menos dispararon cerca de mil 200 balas con armas de alto calibre, detonaron tres granadas y otras tres no alcanzaron a explotar.

Adentro del inmueble se encontraban seis policías, quienes se resguardaron en un cuarto al fondo de la corporación y lograron salir ilesos del atentado que duró aproximadamente 20 minutos, según consta el reporte oficial.

El inmueble, ubicado en la colonia Progreso, acababa de ser inaugurado tres días antes del ataque que también dañó las patrullas que quedaron sin vidrios y con las llantas inservibles.

Un día después de los hechos, los 15 elementos de seguridad que quedaban en el municipio presentaron su renuncia ante el alcalde Santos Salinas Garza, quien después del atentado solicitó el apoyo de la policía estatal y el ejército.

"Destruyeron el edificio con mucha saña", dijo el edil al periódico Milenio Monterrey, y aseguró que nunca había recibido amenzas.

El mismo rotativo local informa que en el pueblo ya habían sido asesinados seis policías a causa del antagonismo entre los cárteles del narcotráfico por la disputa del trasiego de droga en el corredor que conecta Nuevo León con el fronterizo estado de Tamaulipas.

En el arranque de 2010, la administración contaba con 25 elementos, pero antes de este atentado habían renunciado diez. Ahora la corporación está desierta.

Esto sucede a raíz de la crisis de seguridad que padece Nuevo León, alertada desde el pasado 18 de marzo por el secretario de Seguridad en el estado, Luis Carlos Treviño Berchelmann.

El funcionario dio a conocer desde entonces la situación de inseguridad que enfrentaban los municipios colindantes con Tamaulipas y que conectan con la autopista a Reynosa.

Así, Los Ramones y otros pueblos han quedado en medio de una ola de crímenes relacionados por la lucha entre los cárteles del narcotráfico.

El municipio, ubicado en la región centro oriental de Nuevo León y con cerca de 6 mil 500 habitantes -según consta el último conteo de población del INEGI- ya había padecido con anterioridad dos ataques que marcarían su situación el resto del año.

El 24 de febrero, un enfrentamiento entre el ejército y sicarios dejó como saldo cuatro personas sin vida después de una balacera que duró aproximadamente 30 minutos.

Y el 18 de agosto, las autoridades locales encontraron los cuerpos de tres hombres decapitados con un narcomensaje a la altura del kilómetro 70 de la autopista a Reynosa.

Los cadáveres tenían señales de tortura y uno de ellos sostenía una cartulina que indicaba: "Para que miren lo que se siente, ojetes".

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