El ex presidente Salinas de Gortari se desinteresa por la sucesión federal
El ex presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) dice que no le interesa la sucesión presidencial de 2012. Incluso minimiza las aspiraciones de algunos de sus más férreos críticos.
"A mí, más que estar atento a la próxima elección, lo que me interesa es la próxima generación", dice el ex mandatario en una entrevista con el diario de circulación nacional Milenio.
Salinas de Gortari se ha fotografiado en diferentes ocasiones con el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, quien ha sido señalado como uno de los posibles candidatos a la Presidencia en 2012.
Datos de la encuestadora Consulta Mitofsky, del 5 de diciembre, sobre los preliminares rumbo al 2012 indican que del 40% de los encuestados prefirirían votar por el PRI, por encima del Partido de Acción Nacional (PAN), con un 16%. En la misma encuesta, se identifica un aumento de la popularidad de Peña Nieto para convertirse en el próximo abanderado del PRI, por encima del aún gobernador de Veracruz, Fidel Herrera.
Consejos para López Obrador
El político, miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó al país por más de siete décadas, habla del perredista Andrés Manuel López Obrador, ex candidato presidencial y que se ha convertido en un severo detractor de Salinas de Gortari.
Rechaza profundizar los comentarios sobre López Obrador y de sus posibles aspiraciones presidenciales, pero le aconseja "presentar propuestas y alternativas de manera seria".
Salinas de Gortari está en México para presentar su más reciente libro Democracia Republicana, ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana, y concedió una entrevista a Milenio para comentar la situación política en México a menos de dos años de la sucesión presidencial.
En referencia a otro perredista, Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno de la Ciudad de México y recientemente nombrado Alcalde del Mundo, una distinción que otorga la Fundación City Mayors. Sobre el premio, el ex presidente asegura que los resultados de su quehacer "están a la vista, es un servidor público profesional, dedicado a cumplir su responsabilidad".
También rechaza hablar sobre la posibilidad de que sea un próximo aspirante presidencial y dice que "estará al pendiente de los resultados".
El tercer texto en su carrera
En su nuevo ensayo, Salinas de Gortari elabora un análisis de los grandes riesgos que enfrenta México y enfatiza la "década perdida" de oportunidades en materia económica y social.
En más de 900 páginas, destaca los efectos nocivos del "neoliberalismo", y la falta de ciudadanos participativos. También expone, según su texto, el dominio de la delincuencia organizada desde que el Partido Acción Nacional y dos de sus militantes ocuparon la presidencia.
En otra entrevista con el periódico nacional Reforma, asegura que durante su mandato se luchó contra el narcotráfico "contra este acto delictivo se dio contra todos los cárteles, sin excepción. (...) El mayor decomiso de cocaína en la historia se hizo en el año de 1990". Recordó que fue durante su sexenio cuando se realizó el mayor número de detenciones de delincuentes, entre los que estuvieron líderes del narcotráfico mexicano. Sin embargo, dijo, "parece que alguno se fugó después".
Salinas de Gortari se refería a Joaquín El Chapo Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, detenido en 1989, un año después de la llegada de Salinas a la silla presidencial. El capo escapó de una prisión federal en enero de 2001, apenas a un mes del primer gobierno federal panista, encabezado por Vicente Fox.
Carlos Salinas de Gortari fue el penúltimo presidente de militancia priista en México. Junto con los gobiernos de Canadá y Estados Unidos, negoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), a fin de facilitar el comercio entre estas naciones. El acuerdo entró en vigor en 1994.
En febrero de 2009, una grabación atribuida al entonces secretario de Comunicaciones y Transportes y ex subsecretario de Agricultura durante el gobierno de Salinas, Luis Téllez, éste aseguró que el ex mandatario usó la "partida secreta", es decir, una partida presupuestal de uso irrestricto del presidente. Téllez aclaró después que él no contaba con información válida de que esto fuera cierto.
Ha sido uno de los pocos presidentes que concluyó su sexenio con la popularidad más alta: el 83%. A su sucesor, Ernesto Zedillo, le entregó un gobierno con el dólar a 3.50 pesos, una inflación del 8% anual, pero la fuga de capitales provocó el llamado efecto tequila.