Corte Interamericana: México deberá indemnizar a campesinos ecologistas

Por lo que consideró como tratos "crueles, inhumanos y degradantes", la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sentenció al estado mexicano a indemnizar a Teodoro Cabrera García y Rodolfo Montiel Flores, campesinos ecologistas que fueron detenidos por elementos del Ejército en mayo de 1999.
La CIDH, con sede en Costa Rica, indicó en la sentencia publicada en su página web que México es culpable por violaciones a los derechos a la libertad e integridad personales, así como a las garantías judiciales de Cabrera García y Montiel Flores.
Agregó que el Estado incumplió su obligación de investigar las denuncias de tortura formuladas por los campesinos, y además lo señala por tratar en fuero militar delitos que no tienen relación con esa instancia.
El pago de 7,500 dólares a cada uno de los campesinos por concepto de medicamentos, tratamiento médico y psicológico, así como la entrega de 25,500 dólares a cada una de las víctimas por daños materiales e inmateriales, deberán de llevarse a cabo por parte de las autoridades federales mexicanas, según la institución internacional.
"La Corte resalta que, de la prueba aportada en el caso, es posible concluir que se verificaron tratos crueles, inhumanos y degradantes en contra de los señores Cabrera y Montiel", indica la sentencia.
Sin embargo, la CIDH, que es parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) consideró que el Estado no violó los derechos a la defensa y a la presunción de inocencia.
Los jueces ordenaron a México "conducir eficazmente la investigación penal de los hechos, en particular por los alegados actos de tortura, para determinar las eventuales responsabilidades penales y, en su caso, aplicar efectivamente las sanciones y consecuencias que la ley prevea".
México también debe adoptar reformas legislativas para permitir que las personas que se vean afectadas por la intervención del fuero militar cuenten con un recurso efectivo para impugnar su competencia, agregó la sentencia.
Cabrera y Montiel denunciaron que fueron detenidos por militares en un pueblo rural del estado sureño de Guerrero, donde eran activistas campesinos opuestos a las actividades de deforestación en la zona.
Montiel, que actualmente vive asilado en Estados Unidos, denunció que el día de su detención se encontraba repartiendo volantes cuando unos 40 soldados llegaron armados a arrestarlos sin orden judicial, y luego lo torturaron por cinco días, mientras le interrogaban sobre supuestos vínculos con grupos armados.
Añadió que, a pesar de no saber escribir, él y Cabrera fueron forzados a firmar confesiones escritas que se utilizaron como pruebas en su contra en un juicio posterior, en el cual fueron hallados culpables de porte ilegal de armas y siembra de marihuana.
Rodolfo Montiel, declarado preso de conciencia por Amnistía Internacional, pasó dos años en prisión hasta que fue liberado en noviembre de 2001, por orden del gobierno mexicano.