"Ojalá nos acompañaran todo el camino": migrantes que viajan en caravana
Unos 200 migrantes de Centroamérica han recorrido en calma 28 kilómetros mexicanos que van desde Arriaga, una ciudad del sureño estado de Chiapas, hasta Chauites, en Oaxaca. El único alboroto lo provocaron ellos mismos al celebrar la compañía de los activistas defensores de derechos humanos que participan en la Caravana Paso a Paso hacia la Paz .
"Migrante vive, la lucha sigue", gritaron jubilosos mientras eran custodiados por policías, periodistas, fotógrafos, camarógrafos, activistas, sacerdotes y los activistas y familiares de migrantes que organizaron el recorrido para protestar por los maltratos, los secuestros y las extorsiones que han padecido en su trayecto por México, de camino hacia Estados Unidos.
Autoridades de Chiapas y Oaxaca, así como del gobierno de México, también aparecieron en escena y enviaron a decenas de policías y funcionarios para garantizar "la seguridad" del recorrido.
Los migrantes avanzaron este tramo en una especie de estado de excepción, custodiados por las autoridades que tradicionalmente los amenazan y detienen para deportarlos a sus países de origen.
La consiga era no detener ni molestar a los migrantes. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) pidió medidas de seguridad a su favor mientras está la caravana.
"Este es mi día de suerte. Ojalá nos acompañaran todo el camino", comentó Donaldo Mendoza, un hondureño de 35 años, quien desde el 2 de enero intentó cruzar este tramo, pero no lo había logrado por los operativos de vigilancia que realiza el Instituto Nacional de Migración (INM).
El recorrido estaba programado para realizarse en el tren de carga que suelen abordar de forma clandestina los migrantes para recorrer el tramo Arriaga-Ixtepec, Oaxaca, donde según las denuncias de sacerdotes católicos integrantes de la Pastoral de la Movilidad, y de activistas, actúan grupos de delincuentes que secuestran, extorsionan y asesinan a los migrantes.
Un primer tramo de ocho kilómetros lo recorrieron los migrantes a bordo de camionetas, porque el tren, coloquialmente conocido como La Bestia, suspendió la salida desde Arriaga. El segundo tramo, que va de la frontera entre Oaxaca y Chiapas, fue transitado a pie en un primer momento, y otro en vehículos proporcionados por el gobierno de Oaxaca.
Fueron tres horas de una caminata jubilosa, donde los migrantes cantaban, reían, y compartían con sus acompañantes el agua y galletas que portaban en sus mochilas o bolsas de plástico donde transportan sus pertenencias.
En uno de los cruces del camino, la caravana de migrantes se encontró con el retén del Ejército Mexicano instalado a la altura del lugar conocido como Las Ventanas. Algunos no resistieron el impulso de gritarles "avanzamos, avanzamos", mientras los oficiales se replegaban.
"Cuando pasamos por acá tenemos que rodear el retén porque si los guachos (militares) nos ven, nos detienen", explicó Mendoza.
"Cuando los guachos, los agentes de migración o algún policía nos ve que vamos por el camino, nosotros tenemos que correr hacia los matorrales y escondernos ahí algunas horas. Por eso sólo caminamos de noche, para que no nos miren cuando pasamos", narró el migrante.
Rubén, otro de los migrantes, quien asegura ha recorrido al menos cinco veces el camino entre Chiapas y Oaxaca, explicó cuál es el mayor riesgo que corren: "Si nos ven los Maras o Los Zetas ahí es cuando nos disparan o nos tablean (golpean con tablas) para que les digamos los teléfonos de nuestros familiares y les pidan dinero", comentó.
"Esta marcha es un sueño que ojalá se extendiera hasta que lleguemos a Estados Unidos", comentaban otros migrantes.
Este sábado los migrantes tienen previsto hacer una recorrido por Chauites, Oaxaca, y más tarde seguir su camino hasta Ixtepec, en el mismo estado.
El gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, acudió la mañana del sábado al Casino Municipal para saludar a los migrantes, reportaron medios locales.