Un libro con intención de 'hacer visibles' a las víctimas del narcotráfico
Los titulares de la prensa anunciando la violenta lucha contra el narcotráfico salpican las portadas de los periódicos en México. La lista de muertos, un recuento del gobierno federal, contabiliza más de 34,600 personas desde que el presidente Felipe Calderón inició una ofensiva contra los cárteles de la droga en diciembre de 2006.
Sin embargo, muchas historias detrás de las estadísticas nunca se han contado, asegura la periodista mexicana Marcela Turati Muñoz, en entrevista con CNN en Español.
"Se ha dado más de una voz a los violentos, se ha dado más de una voz a los traficantes de drogas, y las víctimas verdaderas jamás han hablado", señala Turati.
A través de historias en su nuevo libro, Fuego cruzado, Turati espera que las víctimas que han sido pasadas por alto, finalmente sean escuchadas.
La periodista realizó entrevistas en 10 estados mexicanos mientras preparaba la investigación para el libro, que estará a la venta a partir de este martes.
En un capítulo, se describe a una madre, Nicole Polito Málaga, quien puso un altar en el interior de su choza de madera en honor a sus tres hijos caídos. Ellos estaban entre los 24 trabajadores de la construcción, cuyos cuerpos fueron encontrados en un bosque en el estado de Veracruz en 2008.
"No queremos que su memoria sea manchada. Ellos no estaban involucrados con las drogas. Eran gente pobre, humilde" asegura Polito.
En otra historia, una mujer describe el colapso de su familia después de que su marido desapareció. Un patólogo explica lo que pasa por su mente cuando analiza una cabeza decapitada.
Otros relatos se cuentan en voz Turati, como la de 10 niños muertos por una explosión en el estado de Durango, mientras viajaban para recibir las becas del programa federal Oportunidades. Sus familias, imposibilitadas para pagar los ataúdes, los envolvieron en mantas, escribe la periodista.
En otro capítulo, No hay lugar para los niños, Turati traslada a los lectores a una sala de interrogatorio en una comisaría de policía de Laredo, Texas, donde un adolescente le dice a las autoridades mexicanas sobre la primera vez que mató, cuando tenía 13 años de edad.
"Pensé que era Superman", cuenta Rosalío Reta. "Me encantó hacerlo, matar a esa persona. Luego trató de tomar mi arma, pero era como quitarle un caramelo a un niño".
Turati señala que espera que las historias en el libro no sólo "hagan visibles a las víctimas", sino que animen a otros a actuar.
"Aún tenemos tiempo para ver lo que está sucediendo, reflexionar sobre lo que sucedió antes y pensar en qué tipo de sociedad estamos formando, con tanto sufrimiento, tanto dolor y tantas pérdidas", dijo.
Mario González contribuyó con este reporte.