El cardenal mexicano Juan Sandoval culpa al gobierno de la violencia
El cardenal Juan Sandoval Iñiguez culpa al gobierno, empresarios y sindicatos por el clima de agresión y muerte en México. Al menos así lo señala en un texto titulado Violencia en todas partes y de muchos modos.
El arzobispo de Guadalajara advierte que el remedio a la violencia en el país no está en las protestas en la calle ni en exigir la fuerza del Estado para aplastar a los maleantes, sino en terminar la corrupción que genera pobreza y candidatos a las filas del narcotráfico.
"...Tantos mexicanos, que al no ver posibilidad alguna de progreso, son presa fácil para engrosar los cárteles de la droga, las agrupaciones criminales, cuyos miembros enfrentados entre sí, se disputan las plazas y el dinero fácil y abundante, dejando una estela de violencia, sangre, crueldad, atentados, muertes cada días más abundantes, tanto de narcos y sicarios como de personas inocentes", se lee en su columna La palabra del pastor, que publica en el Semanario, órgano de difusión de la arquidiócesis.
Guadalajara, capital de Jalisco, atraviesa por una escalada del crimen en las últimas semanas. Tan sólo el sábado pasado, al menos seis personas murieron y 37 quedaron heridas cuando una granada de uso exclusivo del Ejército fue lanzada a un bar de una zona céntrica y turística de la ciudad.
Es la tercera ocasión que en menos de tres meses, el cardenal mexicano, se refiere en su columna a la violencia en el país.
En diciembre y enero pasado, dedicó un par de columnas a pedir "tregua" a los delincuentes para detener le derramamiento de sangre y el sacrificio de inocentes.
El purpurado insiste en un alto a la violencia manifestada en cierre de avenidas, balaceras, explosiones, muertos y heridos.
"Es por ello que pedimos a las autoridades que se organicen, que extremen sus cuidados del orden y la seguridad, porque la violencia de la sangre es ya, por desgracia, un mal presente en nuestra ciudad y en caso todo México", pide en el texto.
Insiste en que la violencia institucional, de efectos pocos visibles, pero profundamente sensibles y permanentes, es la que ha llevado a los mexicanos en la miseria a engrosara las filas del narcotráfico.
"... Es la violencia de las instituciones y de muchos que han estado o están al frente de ellas, quienes han sido los culpables del empobrecimiento de la mayor parte de este pueblo, al que han sumido en la ignorancia y en la miseria, propiciando así un clima ideal y un magnífico caldo de cultivo para la generación y acrecentamiento de esta plaga del crimen organizado que nos está asfixiando", escribe.
El cardenal tapatío precisa que la violencia en el gobierno es generada a través de las cargas impositivas a los gobiernos, el mismo que además deja sin castigo los fraudes que cometen impunemente funcionarios y servidores públicos.
Cuestiona también la actuación de los instituciones financieras, la mayoría de capital extranjeros, que imponen altas tasas de interés y cargos desmedidos en las transacciones.
"También esa violencia la generan los empresarios que pagan sueldo bajísimos a sus empleados", refiere.
El purpurado incluye en esta lista de responsables a los sindicatos, "esos enormes cotos de poder político y económico que se crearon hace muchos años como soporte del régimen, y que ahora obstruyen, con sus 'conquistas' inamovibles, el desarrollo de México; al sistema educativo, Petróleos Mexicanos y el Seguro Social.