Humberto Moreira asume al cargo como presidente del opositor PRI
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) tendrá, a partir de este viernes (4 de marzo), nuevo presidente. Humberto Moreira, ex gobernador de Coahuila, asumirá el cargo y será el responsable de conducir la elección del candidato presidencial del partido.
Según las encuestas, el PRI —que gobernó México durante 71 años hasta el arribo a la presidencia del panista Vicente Fox, en 2000— es el partido con mayores posibilidades de ganar la presidencia de la República, en las elecciones de 2012.
Moreira Valdés es maestro de profesión. Fue Secretario de Educación de Coahuila y gobernador del mismo estado. El pasado 3 de enero solicitó al Congreso de su estado licencia para separarse del cargo de gobernador y contender por la presidencia de su partido.
Emilio Gamboa Patrón, líder de la Confederación Nacional de Organización Populares (CNOP), sector perteneciente al PRI, también había externado su intención de buscar el cargo.
El 14 de diciembre de 2010, Gamboa declinó y con ello Moreira Valdés se convirtió en candidato único para la presidencia del principal partido de oposición en el país. El pasado 8 de enero, la Comisión de Procesos Internos del PRI le entregó la constancia que lo acreditaba como presidente electo del tricolor.
Humberto Moreira rendirá protesta este viernes como presidente del PRI por un periodo de cuatro años ante el Consejo Político Nacional del partido. Cristina Díaz Salazar hará lo propio como secretaria general del partido, priista de Nuevo León y diputada federal con licencia.
La llegada de una nueva generación
Para los analistas Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda, no están claros los ejes de acción que implementará Moreira como presidente del PRI para lograr que el partido recupere el cargo político más importante del país.
Castañeda recuerda que en sus primeros días como presidente electo del PRI, Moreira fue criticado por iniciar la confrontación contra el gobierno federal , particularmente contra el secretario de Educación, Alonso Lujambio, uno de los aspirantes panistas a la presidencia de la República.
"El estilo que mostró después de que fue electo no pegó, no funcionó, porque debe haber algo atrás. En el caso de Vicente Fox ese estilo funcionaba porque detrás de él había la idea de cambio, de alternancia en el gobierno. En Moreira no vemos cuál pueda ser la sustancia de su estilo", concluyó Jorge Castañeda, canciller durante el gobierno del ex presidente Fox y analista político.
Luego de las críticas, Humberto Moreira bajó el perfil, anunció que realizaría una gira por todo el país para diagnosticar el estado de la estructura priista, pero nunca profundizó sobre otros temas.
"Desconocemos cuál es realmente su agenda específica respecto de lo que quiere hacer para México", indica Héctor Aguilar Camín, director de la revista mexicana Nexos.
Hasta ahora, indica Aguilar Camín, lo único claro es que la llegada de Humberto Moreira a la presidencia del PRI trae a una nueva generación de políticos a los puestos directivos del partido.
"Estamos hablando de una nueva generación, fundamentalmente de gobernadores, que sucede a la de Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes (presidenta saliente del partido). Es un PRI que viene de la periferia al centro, cosa que no habíamos visto en mucho tiempo en ese partido", explicó.
No obstante, rechazó que la presidencia de Moreira represente un liderato compartido entre el coordinador de los senadores priistas, Manlio Fabio Beltrones y del gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, dos de los líderes más importantes del partido. Esta versión fue difundida por el diario mexicano Reforma, en enero pasado.
"Más bien, me parece que la presidencia de Moreira será la presidencia de los gobernadores emergentes, cuyo jefe nato y neto, es Enrique Peña Nieto", puntualizó Aguilar Camín.
La diputada priista María Esther Sherman, cercana a Beltrones, negó la existencia de tal acuerdo.
"La llegada de Moreira al cargo va más allá de la consulta a dos o tres personajes. Es más bien una demostración de que los priistas no queremos dividirnos. La candidatura de Moreira dio tranquilidad al priismo", concluyó.
Humberto Benítez Treviño, cercano a Peña Nieto, reconoció que Moreira forma parte de la misma generación de gobernadores a la que pertenece el gobernador mexiquense, puntero en todas las encuestas sobre preferencias electorales.
No obstante, negó que esta cercanía signifique que, llegado el momento, incline la balanza a favor del mandatario del Estado de México.
"Sería una visión muy corta pensarlo así. La obligación de Moreira será armonizar las expresiones políticas, las ideologías y hasta las ambiciones personales con el objetivo de recuperar la presidencia de la República en 2012", puntualizó.
El reto de formar equipo para tiempos difíciles
Para María Esther Sherman, los retos de Moreira como nuevo presidente del PRI van más allá de conducir los esfuerzos de su partido para recuperar la presidencia de la República .
Moreira debe, dijo, integrar un Comité Ejecutivo Nacional, cuyos integrantes tengan visión estratégica, preparación, experiencia y capacidad de entrega "porque no serán tiempos fáciles".
Además, añadió, debe generar consensos para integrar las listas de diputados y senadores que buscarán ocupar una posición en el Congreso de la Unión, en 2012.
Humberto Benítez Trevino coincidió en que el reto principal de Moreira es mantener la unidad del partido si aspira su regreso al poder. "En 2006, perdimos por habernos dividido. Dividirnos sería una torpeza política del partido", indicó.
El regreso de Elba Esther
Elba Esther Gordillo , líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el más poderoso de Latinoamérica, fue expulsada del PRI en julio de 2006, acusada de apoyar la formación del partido político Nueva Alianza y a candidatos postulados por fuerzas políticas distintas al PRI.
La buena relación entre Humberto Moreira y Gordillo Morales ha provocado que algunos analistas y políticos mexicanos esgriman la posibilidad de su regreso a las filas del Revolucionario Institucional.
Jorge Castañeda, cercano a Elba Esther Gordillo, rechazó esta posibilidad. "Sería ilógico que volviera a un partido que la maltrató", concluyó.