Mexicana en Japón: No había sentido un temblor tan fuerte después de 1985
Cuando el suelo comenzó a moverse y las lámparas oscilaban sin parar, el reloj de la oficina en la que trabaja Atsumi Valle marcaba las 14:46. Era casi imposible mantenerse en pie y algunos de sus compañeros se metieron inmediatamente debajo de los escritorios, como les habían enseñado en los simulacros. Otros, esperaban sentados que el suelo dejara de moverse.
Un terremoto de 8.9 grados había sacudido el centro y norte de Japón . El epicentro se localizó a unos 373 kilómetros de distancia de Tokio y como consecuencia un tsunami de 10 metros de altura arrasó con campos agrícolas e infraestructura pública y privada.
Valle Uoyama, mexicana de 32 años, hija de madre japonesa, llegó a Tokio hace un par de años para emplearse en una compañía dedicada a hacer estudios de mercado.
No fue su primer temblor fuerte. También estuvo presente en el terremoto de 1985 en la ciudad de México. Sin embargo, dice que éste fue el más fuerte de su vida y el más intenso que hayan presenciado los japoneses en los últimos 100 años.
"En la oficina estaban todos freakeados. Muchos en mi oficina se quedaron dentro porque pensaron que era más seguro porque es un edificio nuevo. Pero afuera había también mucha gente", contó a través del chat de Facebook, la única vía de comunicación que funcionaba sin problemas pasada la una de la madrugada del 12 de marzo, hora local.
En un día normal, Valle Uoyama llega alrededor de las 21:00 a su casa. Este sábado llegó hasta la 1:30 am, a consecuencia de la suspensión de los servicios de tren y las largas filas para tomar autobuses y taxis. Cuando finalmente llegó a su departamento, encontró todos sus libros y adornos tirados sobre el piso.
La cadena pública de televisión NHK no ha parado de transmitir noticias sobre las consecuencias del terremoto que sacudió al centro y norte del país.
Alrededor de las tres de la madrugada, hora de Japón, los locutores comenzaron a leer la lista con los nombres de las primeras personas que habían fallecido en la prefectura de Fukushima, aproximadamente 240 kilómetros de la capital. Entre los ahogados, aplastados y quemados, había desde niños de cinco años hasta ancianos de 86.
En su transmisión por internet, comentarios de los usuarios no dejaban de llegar.
"Está temblando de nuevo. Que ya se deje de mover el piso", dijo el usuario small_Ma.
"En todo el mundo hay gente que nos está enviando sus mejores vibras. #prayforjapan", comentó Mt_s.
En Japón el ciclo escolar concluye en primavera y según Valle Uoyama, las calles estaban llenas de alumnos de primaria, secundaria y preparatoria que se habían ataviado con vestimenta tradicional para asistir a sus graduaciones.
Para Javier Linares, de 32 años, originario de Barcelona, ésta fue su primera experiencia en un terremoto. El académico en neuropsicología cuenta que fue de los pocos que pudo volver a casa en autobús.
"Los trenes se están empezando a normalizar ahora pero un montón de gente que conozco pasara la noche en la empresa", contó a través del chat de gmail.
"En cuanto pasó llamé a mi casa para decirles que estaba bien la verdad que fue muy fuerte se movía todo, una pasada".
Hasta las cuatro de la madrugada hora local, se seguían anunciando fuertes réplicas al centro y norte de Japón.
Hasta la publicación de esta nota, la embajada de México en Japón no había reportado a ningún mexicano entre las víctimas del terremoto .