Subsecretario de Estado de EU considera que violencia en México toca fondo
La violencia del crimen organizado en México "ya tocó fondo", así que en los próximos años se empezarán a ver resultados palpables de la lucha contra el narcotráfico emprendida por el presidente Felipe Calderón, dijo un funcionario de Estados Unidos.
William Brownfield, subsecretario de Estado adjunto para la lucha antinarcóticos, dijo que en dos o tres años se podrá ver el resultado real de las acciones contra el crimen.
"Yo soy optimista (...) creo que probablemente tocamos fondo dentro del último año de esta crisis, y estoy personalmente convencido de que estamos en este momento mejorando la situación".
El funcionario puso de ejemplo el éxito del Plan Colombia, un programa de asistencia estadounidense para el combate contra el narcotráfico, en el que durante "3, 4 ó 5 años todo el mundo nos preguntaba dónde están los resultados. Éste tipo de colaboración toma su tiempo, hay que pensar no en cuestiones de días o semanas o meses, hay que pensar en años".
Esta semana, el secretario de Seguridad Pública mexicano, Génaro García Luna, declaró que el tiempo promedio para controlar a bandas criminales es entre seis y ocho años y que México no sería la excepción para cumplir con ese periodo.
En lo que va del gobierno del presidente mexicano, Felipe Calderón, han muerto 34,610 personas en homicidios relacionados con la acción del crimen organizado en el país, según cifras oficiales.
Organizaciones civiles argumentan que la cifra ya va en 40,000.
México requirió "20, 30 ó 40 años para llegar a esta situación tan complicada y miserable, y vamos a necesitar unos años para salir" de ella, dijo Brownfield.
"El problema es que los ciudadanos de México y Estados Unidos no vamos a ver los resultados concretos por un rato bastante largo", insistió.
Antes, durante los trabajos de una nueva sesión de la Conferencia Internacional para el Control de Drogas (IDEC), Brownfield comparó el panorama actual de Ciudad Juárez, Chihuahua, con el de Chicago, Estados Unidos, en la década de 1920 y el de Medellín, Colombia, en 1980.