Familiares de mujeres asesinadas en Edomex acusan maltrato de autoridades
Han pasado siete años desde que María Antonia encontró a Nadia Alejandra, su hija de 24 años, ahorcada y sin vida. Han pasado siete años también desde que comenzó a visitar oficinas de gobierno y tener encuentros con las autoridades del Estado de México en busca de justicia.
La voz ya no se le quiebra -como en los primeros años-, al narrar lo que sucedió, pero sigue trabajando de noche, bordando vestidos de novia. Durante el día se va a formar a las filas de las dependencias locales en busca de que se reabra el expediente y que se revierta el veredicto en el que dice que su hija se suicidó.
Carlos, Pepe y Fer, los tres hijos de Nadia, fueron testigos de su asesinato a manos de Bernardo, su padre, cuando tenían seis, cuatro y tres años respectivamente. Vieron cómo su tío y su papá tomaban cerveza y cómo comenzaron los insultos y cómo fueron escalando los gritos hasta que se volvieron golpes que terminaron con la vida de su madre. Nadia fue ahorcada y abandonada en el baño de la casa.
Desde ese día, los tres viven con su abuela. Bernardo huyó y nadie lo ha vuelto a ver. Ni siquiera las autoridades que investigaron la muerte de Nadia Alejandra. Su tío fue sentenciado y encarcelado por homicidio doloso, pero meses después, salió libre como resultado de una apelación en la que se determinó que no había pruebas para inculparlo por la muerte de Nadia.
El de María Antonia es uno de los pocos casos que han resultado en denuncias. Muchos otros, únicamente han quedado como un número más en las estadísticas.
El Estado de México, la entidad más poblada del país y que colinda con el Distrito Federal , es la que actualmente registra la mayor tasa de homicidio de mujeres.
El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), que agrupa a siete organizaciones civiles dedicadas a la promoción de los derechos humanos, ha contabilizado alrededor de 1,000 asesinatos de 2005 al 2010 únicamente en el Estado de México.
La Secretaría de Salud federal, por su parte, contabilizó 1,586 homicidios de mujeres en el periodo 2000-2005. Las cifras de las dos organizaciones suman más de 2,500 mujeres asesinadas en 10 años en esa entidad.
La prevalencia de los feminicidios en México comenzó a hacerse visible por el alto número registrado en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde activistas y familiares comenzaron a alertar sobre la situación desde mediados de la década de 1990.
El Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI) reportó recientemente que en más de 80 municipios mexiquenses, la tasa de homicidios dolosos contra mujeres es superior a la media nacional de 3.52 homicidios por cada 100,000 habitantes. Incluso, en Toluca y Naucalpan, municipios del Estado de México, los índices son superiores a los de Ciudad Juárez, Chihuahua.
En Toluca, capital del Estado de México, se cometen en promedio 12.2 homicidios dolosos por cada 100,000 habitantes y en Naucalpan, 7.3 muertes. En el caso de Ciudad Juárez, la cifra es de 4.8 por cada 100,000 .
El temor a denunciar
Organizaciones de defensa y promoción de los derechos humanos coinciden en que, a diferencia de Chihuahua, los familiares de las mujeres mexiquenses aún están poco organizados y hay pocas agrupaciones dedicadas a vigilar los homicidios de mujeres que aquejan a la entidad.
“Hablemos de los municipios que tienen los más altos índices de violencia, como por ejemplo Ecatepec , Tlalnepantla, Netzahualcóyotl. Son lugares enormes donde se dificultan las redes de apoyo y del gobierno no viene nada, no existe ninguna campaña”, dijo en entrevista Verónica Abreu, activista en derechos humanos que trabaja en la organización Visión Mundial, en entrevista con CNNMéxico.
“Los familiares son muy maltratados por la autoridad. Los dejan fuera de la investigación, entonces, nosotras vemos que los familiares ya no siguen los casos. Mucha de la gente es muy pobre y necesitamos a más gente acompañando los procesos de litigio, que fue lo que pasó en Juárez”, agregó María de Luz Estrada, vocera del OCNF.
María Antonia, la madre de Nadia, recuerda que en su caso tardó más de un año en poder interponer una denuncia ante las autoridades.
Recientemente, comenzó a capacitarse en derechos humanos para apoyar a mujeres que, al igual que ella, tienen hijas que fueron asesinadas o que viven en situación de violencia.
Además, trabaja para apelar frente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos los resultados de la investigación sobre la muerte de su hija.
Por la tipificación del feminicidio
A inicios de este año, la Procuraduría de Justicia del Estado de México creó la Subprocuraduría Especializada en Delitos Contra la Mujer y designó a Italy Desiree Ciani Sotomayor como su titular.
En un informe presentado a representantes de los medios de comunicación, Ciani Sotomayor explicó que la mayoría de los casos de asesinatos de mujeres en la entidad se dan como consecuencia de la violencia intrafamiliar.
Sin embargo, Estrada señaló que las organizaciones civiles han detectado que únicamente el 30% de los feminicidios son consecuencia de casos de violencia a manos de un conocido, o sea, su pareja o algún familiar.
La semana pasada, la comisión especial del feminicidio de la Cámara de Diputados, el OCNF y otras organizaciones de la sociedad civil lanzaron la “Campaña Nacional por la Tipificación del Feminicidio que México Necesita”.
“Deben eliminarse de los Códigos Penales conceptos como ‘asesinatos por odio o misoginia’, pues estos quedan a valoración de los servidores públicos”, dijo Patricia Bedolla, de la Academia Morelense de Derechos Humanos.
Han pasado siete años desde que Nadia Alejandra murió a manos de su esposo y su cuñado, pero su madre, María Antonia, espera que su muerte sirva de algo. Que ayude a que la gente se concientice sobre la situación de violencia que viven las mujeres.