Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Benjamín Arellano Félix: de Sinaloa a Tijuana, por el dominio del narco

Desde 1985 inició su vida criminal en Tijuana. Por casi dos décadas controló el tráfico de marihuana y cocaína hacia Estados Unidos
vie 29 abril 2011 10:56 AM
Benjamin Arellano Felix
Cuao_Benjamin_Arellano_Felix_capo Benjamin Arellano Felix

Hace nueve años, en los primeros minutos del 9 de marzo de 2002, un grupo de militares irrumpió en una de las casas residenciales de un elegante barrio de Puebla, en el centro de país, para detener a Manuel Treviño, un presunto empresario quien había llegado al lugar ocho meses atrás.

Horas después, el rostro de ese hombre era mostrado e identificado con los términos “narcotráfico”, “cardenal Posadas Ocampo” y “Tijuana”. Treviño, que vivía con su esposa, su hijo y su nuera, y fue identificado por la Procuraduría General de la República (PGR) como Benjamín Arellano Félix, líder del cártel de Tijuana, el principal introductor de cocaína y marihuana en Estados Unidos.

Benjamín Arellano Félix incursionó en el tráfico de drogas en un barrio popular de su natal Sinaloa, al noroeste de México. Dos décadas después, era el cerebro operativo y financiero de la organización Arellano Félix, acusada de distribuir estupefacientes en Estados Unidos.

 

En la década de 1980, Benjamín —“un hombre brillante, de notable inteligencia y pragmático”, según un reporte de 1997 de la Procuraduría General de la República— conoció a Javier Caro Payán, uno de los principales lugartenientes de Miguel Félix Gallardo, el zar de la cocaína en la época.

Caro Payán simpatizó con él y lo nombró su secretario en la fronteriza ciudad de Tijuana, donde comenzó a instalarse con sus demás hermanos.

Publicidad

En abril de 1989, Félix Gallardo fue capturado, dejando el paso libre a dos de los grandes cárteles: Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, quién fundó el llamado cártel de Sinaloa y el de los hermanos Arrellano Félix, con base en Tijuana, Baja California. Reportes extraoficiales, citados por el semanario local Zeta, señalan que obtenía ganancias de 100 millones de dólares por año.

Una semana más tarde, los capos del narcotráfico "se distribuyeron" el territorio nacional. A Caro Payán le correspondió la plaza de Tijuana; sin embargo, fue detenido más tarde en Canadá, y Benjamín y su tío Jesús Labra Avilés se apoderaron del control total de la ciudad, según un reporta del diario La Jornada, fechado el 10 de marzo de 2002.

También se hicieron enemigos de Joaquín Chapo Guzmán y de Amado Carrillo, El señor de los cielos y líder del cártel de Juárez, lo que desató una batalla por el dominio de territorios.

Un evento que marcó la historia de violencia de la época entre los cárteles ocurrió el 24 de mayo de 1994, cuando integrantes del cártel de Tijuana y el del Sinaloa se enfrentaron cerca del aeropuerto de Guadalajara, donde murieron el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y cinco personas más. La PGR atribuyó el incidente a una confusión entre bandas de narcotraficantes rivales, una comandada por los hermanos Arellano Félix y la otra por El Chapo Guzmán.

El mando varonil del cártel

En los expedientes oficiales, Benjamín Arellano Félix es identificado como El Colores, El Min, El Señor, El Licenciado Sánchez, Alberto Arredondo Zazueta, Manuel Treviño, pero en todos los perfiles es identificado como el último hombre de la familia Arellano en estar al frente de la organización criminal que impuso su ley en el tráfico de drogas en Tijuana, Baja California, desde 1985.

Cinco años después de su captura, en septiembre de 2007, un juez en el Estado de México lo sentenció a 22 años de prisión por los delitos de asociación delictuosa y contra la salud, por los cuales también se le impuso una multa de 365 días de salario mínimo equivalentes a 3,153.60 pesos.

Pero desde el momento en que fue detenido, el gobierno de Estados Unidos solicitó su extradición por los ilícitos de delincuencia organizada , asociación delictuosa, trasiego de cocaína y marihuana, así como por lavado de dinero, solicitud que se formalizó en enero de 2004. Tres meses después, el juicio de extradición fue suspendido gracias a un amparo.

Tres años después ganó nuevamente dos amparos, suerte que se revirtió un año después y que fue confirmada el 24 de abril de 2010, cuando el Primer Tribunal Colegiado con sede en la capital mexiquense Toluca negó al presunto capo sinaloense el amparo que solicitó contra su extradición y situación que permitió que el gobierno mexicano permitiera su entrega a la justicia estadounidense.

El 31 de octubre de 2002 —sólo siete meses después de su captura—, el “más buscado por la DEA” concedió una entrevista al diario estadounidense The Washington Post.

Desde su prisión en el penal de alta seguridad de La Palma, en el Estado de México, dijo que Estados Unidos había perdido su guerra contra las drogas y que las violentas bandas de narcotraficantes continuarían en auge siempre y cuando los estadounidenses continúen adquiriendo marihuana, cocaína y heroína.

"Dejaría de ser negocio si Estados Unidos no quisiera drogas", dijo.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad