De Oaxaca a Valle de Chalco: 30 años por el reconocimiento del indígena
Juan Martínez Díaz recuerda la Ciudad de México como una metrópoli limpia, tranquila, casi amigable. Así la conoció hace 32 años, cuando llegó de Santa María Tlahuitoltepec, en la zona mixe de Oaxaca. Sin hablar una palabra de castellano, emprendía una nueva vida como jardinero de unos empresarios europeos que vivían en el sur de la capital.
En ese entonces, el municipio mexiquense de Valle de Chalco Solidaridad, al oriente del Distrito Federal (DF) y donde ahora vive, no se había constituido oficialmente. Cuenta que la zona estaba rodeada de llanos, carecía de agua potable, electricidad y transporte público para trasladar a los indígenas oaxaqueños, chiapanecos, guerrerenses, poblanos y de algunos otros lugares que llegaban al lugar atraídos por la posibilidad de una vida mejor.
Juan, de 48 años, es el presidente de la organización civil Fondo Regional Indígena Cualli Otli, "buen camino" en náhuatl, que financia unos 34 negocios de los que viven al menos 260 habitantes de Valle de Chalco Solidaridad y otros municipios mexiquenses aledaños como Ixtapaluca, Chalco, Nezahualcóyotl, y la delegación Iztapalapa en el DF.
Tras trabajar como jardinero, artesano y capataz en un taller mecánico y sufrir la discriminación y el maltrato por su aspecto físico y por hablar mixe, se gana la vida apoyando pequeñas empresas de indígenas de diferentes partes del país financiadas con fondos públicos.
Cuando Juan se instaló en la zona hace tres décadas, Valle de Chalco Solidaridad, el municipio número 122 del Estado de México todavía no se había creado como tal. Su institucionalización fue en 1994. Su nombre se debía a la implantación en ese territorio del Programa Nacional Solidaridad (Pronasol) en 1988.
Se trató del programa social más importante del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, que buscaba disminuir la pobreza y marginación. Dicho programa aún se presenta a nivel internacional como un modelo ejemplar para el combate a la pobreza. Valle de Chalco Solidaridad focalizó la atención en este esfuerzo federal.
Allí se encontraban con ejidos que se utilizaban para el cultivo agrícola, según el Plan de Desarrollo Municipal de Valle de Chalco Solidaridad 2009–2012.
Tras la llegada de pobladores de diferentes entidades en 1978, la población asentada en los ejidos de Ayotla, Ixtapaluca, Santa Catarina, Xico, Chalco y Darío Martínez alcanzó en 1990 los 280,000 habitantes. Actualmente se estima que la cifra ronda los 350,000.
30 años de carencias
Pese a la fama internacional del programa social salinista, al recorrer las calles aledañas al edificio del ayuntamiento, todavía se pueden encontrar caminos sin pavimentar y las inundaciones se han presentado con regularidad.
Una ruptura en el Canal de la Compañía, que forma parte del sistema de desalojo de aguas negras y de lluvia del Valle de México, causó hace unas semanas inundaciones que afectaron al menos a unas 300 viviendas .
El terreno, seco, con poca productividad y vientos que originan polvaredas habituales provocan que la principal actividad económica del municipio sea el comercio.
La diversidad se tradujo en que, en el municipio se hablan 38 de las 60 lenguas y sus respectivas variantes que existen en México. “Con 9,050 personas mayores de cinco años hablantes de una lengua originaria, en términos absolutos es uno de los municipios con mayor número de indígenas del Estado de México”, según el mismo informe.
La política "cuanto todo era un llano"
Los vallechalquenses, como se llaman a sí mismos, han sido centro de atención de políticos y jerarcas religiosos desde hace años. Además del lanzamiento de Pronasol, el papa Juan Pablo II visitó a los habitantes en 1990. Eruviel Ávila, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la gubernatura del estado de México, escogió a este municipio como uno de los primeros en realizar sus actos de campaña.
En un mitin político realizado el pasado 18 de mayo, el candidato priista originario de Ecatepec dijo que, de llegar a ser el gobernador de la entidad, impulsaría políticas públicas relacionadas con la salud materno–infantil, educación y seguridad, algunos de los problemas que más afectan al Valle de Chalco.
Alejo Juárez Cabrera, director de Atención a Población Indígena del gobierno municipal, recuerda que el reconocimiento de la importancia de los migrantes e indígenas tardó por lo menos seis años desde que se constituyó oficialmente Valle de Chalco Solidaridad, pero la lucha había iniciado tiempo atrás. La dirección que encabeza se creó en 2000.
“Yo digo con mucho orgullo que nosotros hemos podido abrir el espacio en Valle de Chalco con el reconocimiento del gobierno municipal”, dijo en entrevista con CNNMéxico.
“Se ha reconocido el rostro del municipio como un rostro indígena. En la legislatura local del gobierno del estado también ya se hizo”, detalló.
La lucha política por la reivindicación de derechos ha supuesto años. Después de que en 1988 Alejo Juárez se instalara tras dejar Oaxaca, se dio cuenta de que las condiciones de vida a las que aspiraba no existían. Ante la falta de líderes que emprendieran acciones para el reconocimiento de los indígenas, decidió emprender su lucha desde la política.
“Las necesidades que había aquí eran porque llegamos cuando esto era un llano, en donde veías puros canales de riego, casita pa’llá y pa’cá sin servicio básico, sin transporte, nada de nada”, dijo.
“A partir de ahí comenzamos nosotros a luchar socialmente. En 1990-1994, cuando ya se dio la creación del nuevo municipio 122, de alguna manera detectamos que habíamos muchos compañeros indígenas hablantes de una lengua comenzamos a luchar para que fuéramos reconocidos”.
Aunque de 2003 al 2009 el ayuntamiento estuvo ocupado por alcaldes perredistas de izquierda, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha gobernado la mayor parte del tiempo, con Alejo Juárez como uno de sus miembros.
Martínez, que lucha por el reconocimiento desde la sociedad civil, y Juárez, que presume de crear espacios tras trabajar con las autoridades locales, coinciden en que no ha sido una labor sencilla integrar políticas de desarrollo para indígenas a las tareas de gobierno.
Cada uno desde su trinchera, buscan que los avances continúen, llegue el partido que llegue, tras las elecciones para gobernador en el Estado de México, que se celebrarán el 3 de julio.