La indígena maya Basilia Ucan Nah relata su "injusto" encarcelamiento
Vestida con un sencillo huipil blanco con flores rosas, la indígena maya Basilia Ucan Nah dejó atrás la cárcel del municipio Felipe Carillo Puerto, en Quintana Roo, donde pasó tres años por acusaciones de lenocinio y corrupción de menores.
La Sala Penal del Tribunal de Justicia del Estado de Quintana Roo le otorgó la libertad por falta de pruebas.
Basilia llegó a Cancún acompañada de la menor de sus cinco hijos, Silvia de 10 años. Sus abogados también estuvieron con ella. Jorge Hernández y Jacqueline Sáenz, son representes del Grupo en Derechos humanos Indignación y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (ProDH), respectivamente.
El caso generó indignación en México y a nivel internacional. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos se sumó a los esfuerzos por liberarla.
El martes "le notificaron la resolución (a Basilia) sobre su apelación a la sentencia de 12 años de cárcel por delitos de lenocinio y corrupción de menores, y fue satisfactorio, porque se demostró que éste fue un proceso penal plagado de irregularidades, pues nunca se logró acreditar los delitos que se imputaron”, explicó Jorge Hernández, uno de sus defensores.
Basilia Ucan apareció serena en una conferencia de prensa, aunque con una mirada un poco inquieta ante la cantidad de personas, cámaras de televisión, grabadoras y a los flashes de docenas de fotógrafos. En un momento rompió en llanto cuando intentaba explicar cómo era estar libre luego de tres años, dos meses y una semana de prisión.
"Estoy contenta y molesta por haber estado en la cárcel tres años injustamente. En la subprocuraduría me pidieron que firmara papeles, no sé escribir ni leer, entonces me dijeron que pusiera mi huella", narró la mujer indígena.
"El fiscal me pidió 60,000 pesos, pero no tenía dinero para pagarle, por eso me quedé tres años en la cárcel. Es una injusticia, porque por no tener dinero me quedé ahí aún cuando era inocente", expresó en lengua maya. Asunción Moreno, una mujer Yoactún, vecina de su comunidad de origen, hizo una traducción al español.
Aproximadamente en una hora explicó muchas de las irregularidades que vio y vivió en la cárcel: decenas de casos de indígenas presos por falta de recursos y juicios plagados de irregularidades. Habló particularmente de un mandatario maya que no habla español y que aún no sabe de qué es acusado, pero que ya lleva más de tres años en la cárcel.
Basilia habló con CNNMéxico sobre sus días de cárcel.
"El día que me detuvieron, los judiciales me ofrecieron pagarme para tener sexo con ellos para que así juntara dinero y poder pagar la multa", dijo.
Relató que cuando la detuvieron le dijeron que firmara documentos: "Como no se leer ni escribir, me dijeron que pusiera mi huella en dos hojas en blanco y así lo hice, yo no entendía, estaba asustada", acotó, al tiempo que en un precario, pero claro español, comentó que fue en la cárcel donde aprendió el castellano, pues los presos se burlaban de ella.
Mientras abraza a su hija Silvia, a la que dejó casi sola cuando apenas tenía siete años, Basilia recordó que algunas de las mejores cosas que aprendió durante los 1,162 días que estuvo privada de su libertad fueron la paciencia, la confianza, a creer en Dios, y a tejer. Contó que alguna vez un par de custodios le ofrecieron ayuda para huir de la cárcel, pero ella la rechazó.
"En la cárcel me di cuenta que la paciencia y la fe en que Dios me iba a ayudar fueron lo que me mantuvo bien, porque aunque pedí y lloré por mi liberación, llegué a pensar que nunca llegaría", dijo Basilia.
"Todavía recuerdo que un par de custodios que eran de mi misma comunidad me dijeron que si quería me dejaban la llave para que escapara, pero yo no lo iba a hacer, porque no quería pasar mi vida huyendo cuando sabía que era inocente”, adujo.
De igual manera, Basilia comentó que sólo quiere pasar parte del tiempo perdido con su pequeña hija y su esposo. Para sobrevivir hará bolsos, gorras y mochilas tejidas, oficio que aprendió en la cárcel y que espera enseñar a su pequeña.
Basilia dice que tiene esperanza de dedicar parte de su vida a ayudar a otros indígenas mayas, mayas que como ella estén en prisión por falta de recursos o inconsistencias en sus procesos.
Por su parte, Jorge Hernández y Jacqueline Sáenz, mencionaron que hasta el momento no tienen contemplado interponer alguna demanda contra las autoridades por las inconsistencias del proceso penal contra Ucan Nah, pero no descartaron la posibilidad, así como también la de pedir al gobierno alguna compensación económica para resarcir el daño contra Basilia.
En septiembre de 2007 se consignó el expediente 173/2007 contra Basilia Ucan Nah por corrupción de menores y lenocinio agravado en contra de dos menores de edad. En 2008 fue su primer juicio: la única menor que la acusaba directamente aseguró ante el juez de la Causa que fue coaccionada a realizar dicha declaración. Y en 2009, el abogado defensor de Ucan Nah logró que se repusiera el juicio después de argumentar que existían diversas inconsistencias durante el proceso, pero nuevamente fue sentenciada a 12 años de prisión por el mismo juez de la primera vez.