Las mujeres migrantes son más vulnerables en su travesía hacia EU
Alejandra es una niña de apenas 15 años, aunque la delgadez de su cuerpo la hace parecer menor. Lleva el cabello suelto, es ondulado y aún tiene restos de tinte de un color poco más claro que su color natural. Sus rasgos son atractivos, lo único que desentona son la falta de algunos dientes frontales. Aún así, llama la atención de las miradas cuando camina.
Cuenta que ha recorrido en varias ocasiones la ruta que va de Chiapas a Ciudad Victoria, Tamaulipas, porque va “a donde el tren me lleve”.
No puede ocultar la experiencia de vida adquirida en sus viajes, y se acerca fuerte y segura a las madres de la caravana que buscan a sus hijas. “Vayan a los prostíbulos y ahí las van a encontrar”, dice, y suelta una risa fuerte. Las mujeres la voltean a ver.
Las mujeres y hombres que llegaron desde el pasado martes a México, como parte de la caravana Paso a Paso hacia la Paz, pide el gobierno mexicano condiciones de seguridad para los migrantes que transitan en esta zona y ayuda para localizar a unas 2,000 personas que han desaparecido en el trayecto, .
La posibilidad de que las jóvenes migrantes estén atrapadas en las redes de trata de personas, y sometidas a la explotación sexual, es una realidad que se puede observar en las cantinas y prostíbulos de toda la región .
“¿Por qué dices eso?”, pregunta una mujer hondureña, y Alejandra, también originaria de Honduras, contesta simplemente: “porque ahí hay muchas mujeres trabajando de prostitutas. Yo he estado ahí”. Luego sale corriendo, abrazando de forma protectora a otra migrante de unos 30 años, quien ha asumido de forma natural el papel de discípula de la menor de edad.
Luego de varios intentos, Alejandra acepta hablar con CNNMéxico. En la entrevista se niega a profundizar en lo dicho un día antes a las mamás de las migrantes desaparecidas, pero explica cómo diferenciar a un mara (integrante de una pandilla de origen centroamericano) o a un zeta, de entre el grupo de migrantes.
Los integrantes de esas bandas criminales se mezclan entre los hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y personas de otras nacionalidades, que usan la ruta del tren para atravesar México, asegura.
Luego de la entrevista, para probar su dicho, le señaló a un joven que se encuentra entre un grupo de migrantes que salieron del albergue de Oaxaca y que parece tener autoridad entre los demás, además de una mejor posición por el tipo de ropa que porta y porque no va cargando ninguna mochila, como el resto de los jóvenes.
-¿Ése que va allá es mara?
-No, ese es coyote (traficante de migrantes)
-¿Cómo sabes?.
Y Alejandra explica que el coyote siempre va acompañado de otros migrantes que lo siguen en el trayecto a donde quiera que va, él es el guía. “Andan en grupos como de 8 o 10”, señala.
Alejandra narra anécdotas de mujeres que han sido abusadas sexualmente a bordo del tren, aun en movimiento, y explica que para ella es mejor viajar sola “porque si vas con un novio a un hermano, pueden matarlo para quitarle a la mujer”.
La menor afirma que ya ha llegado “hasta arriba”, al norteño estado de Tamaulipas, “pero me regresé porque vi cuando abrieron a uno, me dio nervios”, explica mientras traza con su mano una línea de la garganta al estómago, la forma en que fue herido el migrante.
Alejandra no tiene miedo de continuar viajando en tren, “o como se pueda”, e incluso da recomendaciones de cómo mostrarse segura ante los hombres migrantes, o ante grupos como los maras o zetas.
Este día, en la ciudad de Coatzacoalcos, se reunieron los dos grupos de la caravana de migrantes llamada Paso a Paso hacia la Paz. Uno partió de la frontera entre México y Guatemala, en el municipio de Ciudad Hidalgo, y otro recorrió la ruta del tren que sale de Palenque , Chiapas.
Medio millar de personas, entre migrantes, familiares de migrantes, activistas y medios de comunicación participan en la protesta.
La ruta de los migrantes es considerada de alto riesgo por el número de asaltos, muertos y secuestros de migrantes. Según los activistas, es una región con alta presencia del grupo delictivo llamado Los Zetas.
La caravana viaja custodiada por policías federales y algunos elementos del Ejército mexicano. Rubén Figueroa, uno de los organizadores de la marcha, explicó que por la alta peligrosidad de la ruta se pidieron al gobierno mexicano medidas cautelares para proteger la integridad de los manifestantes.
El activista lamentó que la seguridad sea sólo durante la caravana y aseguró que el riesgo de ser asaltado, secuestrado muerto en esta región, es permanente todos los días para los miles de migrantes que transitan por la región.
A medida que la Caravana Paso a Paso hacia la Paz se adentra en la zona que el sacerdote Alejandro Solalinde llama “la capital de los Zetas”, en el norte de Veracruz, policías y elementos del Ejército Mexicano incrementaron los operativos para resguardar al medio millar de migrantes y familiares de migrantes desaparecidos en México.
Esta tarde parten hacia el poblado Tierra Blanca, en este mismo estado, conocida por algunos miembros de la caravana como “la capital” del cártel Los Zetas debido.