Alonso Lujambio, el académico declina a ser aspirante presidencial del PAN
“No soy partidario de este deporte nacional del futurismo que adelantan los tiempos políticos” dijo Alonso Lujambio en enero pasado, más de 500 días antes de la jornada electoral para la renovación de la presidencia de México.
Sin embargo, la declaración pasó casi inadvertida frente al lema El tamaño sí importa y su controvertido trasfondo.
En junio pasado, el equipo de campaña de Alonso Lujambio presentó una fotografía en la que aparece acompañado del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto; el primero sobresale por varios centímetros del gobernador.
Los usuarios de las redes sociales cuestionaron si se trataba de una estrategia para denostar a los contrincantes por sus cualidades físicas. Sin embargo, aclaró después, fue para demostrar que solo importa “el tamaño y la estatura moral; la estatura política y la estatura intelectual”.
Después de siete meses de esta declaración, el secretario de Educación, Alonso Lujambio, abandonó la competencia por la candidatura presidencial del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), menos de dos semanas después de que dijera que "es legal" ser funcionario público y, al mismo tiempo, aspirar a la nominación panista para las elecciones presidenciales de 2012.
Lujambio anunció su declinación este lunes durante una conferencia de prensa en la sede nacional del PAN, en la Ciudad de México, capital del país, y admitió que las encuestas no le daban "una posición competitiva".
Un destape cauteloso
A mediados de febrero pasado, en una gira de trabajo en Yucatán, el secretario de Educación confesó estar “presto” para abanderar al PAN. Dijo que con su candidatura buscaría “darle continuidad a los profundos cambios que los panistas hemos impulsado en los últimos 10 años”.
Es un joven panista, no por edad, sino por trayectoria partidista: apenas se afilió al partido en 2009, sin embargo, entre el titular de Educación y el jefe del Ejecutivo existe una historia personal y profesional histórica.
Sergio Lujambio, padre de Alonso, fue panista y en la década de 1950 diputado federal. Su abuelo, Ricardo, apoyó la fundación de este partido.
Héctor Ortiz, coordinador de la precampaña de Lujambio, relató al diario Sonora presente el primer encuentro entre el funcionario y el presidente, cuando éste ocupaba la dirigencia del Comité Ejecutivo Nacional panista: “¿Tú qué eres de Sergio Lujambio?”, a lo que reviró “¿Y tú qué eres de Luis Calderón?”. La tercera generación hizo clic de inmediato.
Los padres de ambos políticos fueron contemporáneos, amigos y juntos defendieron los ideales del panismo.
Sus aspiraciones presidenciales se formalizaron el 21 de julio pasado, casi un mes después de que otro secretario, Cordero, hiciera lo mismo. A diferencia de su contrincante, que lo hizo desde una de las oficinas que tiene en el Palacio presidencial, Lujambio reunió a 300 militantes en un hotel de la Ciudad de México, a quienes dijo "yo no vine a ver si puedo, sino porque puedo vine", y presentó su proyecto de campaña.
Estuvieron Mariana Gómez del Campo -dirigente local del PAN y prima de Margarita Zavala, esposa del presidente-; Juan José Rodríguez Pratts, exdiputado; y Salvador Abascal, director de la Fundación Rafael Preciado del PAN, entre otros.
Entre los panistas que desean ser ungidos como candidatos presidenciales, Lujambio ocupaba el tercer puesto en las preferencias, según un trabajo de Consulta Mitofsky realizado en julio pasado, es reconocido por 28.7% de los encuestado, aunque sólo 7.5% lo elegiría como el representante albiazul para la candidatura presidencial.
De la academia a la labor pública
Alonso José Ricardo Lujambio Irazábal nació en la Ciudad de México el 2 de septiembre de 1962, y creció en un barrio de clase media donde también cursó sus estudios básicos, en un colegio católico.
Según cuenta, “tras haber cursado cuatro semestres de la licenciatura en Contaduría Pública, sintió la necesidad de conocer de cerca las humanidades; era un humanista, por lo que se entiende el saldo final de su formación académica”, según el texto “El secretario de Educación y la exigencia de su pasado”, de la serie Papeles para la reflexión de la Fundación Rafael Preciado Hernández del PAN, de mayo de 2009. En éste, también habla sobre su relación con Elba Esther Gordillo y las trabas para la aplicación de la alianza educativa.
Licenciado en Ciencias y candidato a Doctor en Ciencia Política por Yale, fue asistente de profesor en esa universidad y académico en el ITAM, en la UNAM y en la Universidad Iberoamericana; ha escrito libros —el último sobre un pariente espiritista—, prólogos de libros, artículos de investigación y ensayos sobre el México histórico y político.
A su regreso de Estados Unidos asumió la dirección de la licenciatura en Ciencia Política de su alma mater, hasta 1996, cuando el IFE se convirtió en un órgano autónomo y requirió de integrantes no afiliados a partidos políticos. El entonces dirigente del PAN, Felipe Calderón lo propuso como consejero, al lado de José Woldenberg, cargo que asumió de 1997 a 2003, un sexenio en el que se concretaría el llamado cambio democrático, con el relevo presidencial de Vicente Fox.
Pero fue justo en esta institución declarada como la autoridad electoral donde comenzaron los cuestionamientos a su labor.
Como consejero del IFE presidió la Comisión de Fiscalización. Ahí le tocó dictaminar casos como el llamado Pemexgate —el fondo de los sindicalizados fue utilizado para financiar la campaña del priista Francisco Labastida— y el de Amigos de Fox —financiamiento privado para la campaña del primer expresidente de la oposición en siete décadas. El 3 de diciembre de 2005, el diario Reforma publicó que el extesorero de la campaña de Fox, Lino Korrodi, acusó a Lujambio de haber "cuadrado" las cuentas del grupo, con el objeto de exculpar al PAN del escándalo financiero, y responsabilizar al propio Korrodi.
Dos años después de que salió del IFE, en una entrevista con la periodista Carmen Aristegui, señaló que los consejeros hicieron una investigación, no una auditoría de esos recursos, y que incluso el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) había apoyado ese fallo.
“Lujambio siempre fue en realidad un operador panista en el IFE. Una vez concluido su periodo, en 2003, el PAN lo premia y Fox lo incluye en la nómina”, dijo el exmilitante panista Jesús González Schmal, en entrevista con la revista Proceso en abril pasado. El consejero electoral Jaime Cárdenas también acusó a Lujambio, más a Mauricio Merino, Gastón Luken y Jacqueline Peschard de no investigar a fondo los recursos que presuntamente recibió el Partido Acción Nacional (PAN) del extranjero.
El IFAI fue creado en 2002 durante la gestión de Fox, como la dependencia encarga de garantizar el derecho de acceso a la información pública gubernamental; luego de la segunda victoria presidencial panista, el pleno del instituto nombra a Lujambio comisionado presidente.
Para la Libertad de Información-México (Limac) -asociación civil que promueve el derecho de las personas a las libertades informativas y en especial a la información pública- difundió en un informe en enero de 2008 que con la llegada de Lujambio al IFAI se inició una tendencia a confirmar la reserva o la inexistencia de la información pública.
Dentro del IFAI, señaló en entrevista al semanario Proceso Juan Pablo Guerrero -uno de los consejeros fundadores-, Lujambio “cuidó de su jefe (Felipe Calderón) y de su gobierno, así fuera a costa del derecho a la información”.
Su relación con La maestra
El 6 de abril de 2009 el presidente Calderón designó a Lujambio secretario de Educación Pública, en sustitución de Josefina Vázquez Mota, quien buscaba una curul en la Cámara de Diputados.
Entonces, el mandatario ordenó la “instrucción prioritaria” de cumplir los compromisos en la Alianza por la Calidad de la Educación, un proyecto impulsado por el gobierno federal y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
El apoyo magisterial que puediera dar la lideresa es algo que no le preocupaba a Lujambio, o al menos así intentó mostrarlo en abril pasado en Aguascalientes. "Somos capaces de refrendar el triunfo por nosotros mismos. En principio no nos es imprescindible, pero es algo que la propia política y la contingencia de la política va definiendo, mi partido definirá su política de alianzas, abiertamente, en el futuro cercano y yo estaré a lo que defina mi partido”.