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Derechos Humanos pide indagar si periodistas fueron asesinadas por trabajo

La Relatoría para la Libertad de Expresión del organismo condenó el asesinato de Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga, en el DF
mié 07 septiembre 2011 07:57 PM
Periodistas muertas
Periodistas muertas Periodistas muertas

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) exigió a las autoridades mexicanas indagar si el asesinato de dos periodistas, ocurrido la semana pasada en la Ciudad de México, tiene relación o no con el trabajo que ambas comunicadoras habían realizado.

Hasta ahora, las autoridades de la capital del país no han determinado el móvil del crimen de Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga, quienes fueron estranguladas, y cuyos cadáveres fueron localizados el jueves en un terreno de la delegación Iztapapala, al oriente de la ciudad.

“(La CIDH) considera indispensable investigar de manera exhaustiva la hipótesis según la cual estos asesinatos podrían haber sido motivados por el ejercicio del periodismo y urge a las autoridades a esclarecer las circunstancias de las muertes, identificar y sancionar a los responsables y reparar de manera justa a los familiares de las víctimas”, señaló en un comunicado.

A través de su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, el organismo continental condenó el hecho y exigió al gobierno de México a tomar medidas para frenar las agresiones contra comunicadores. En lo que va de 2011, ocho periodistas han sido asesinados en el país, mientras 74 han muerto desde el 2000.

Yarce Viveros era reportera y fundadora de la revista semanal Contralínea; hasta la semana pasada se desempeñaba en el área de relaciones públicas. González Trápaga fue reportera de la cadena Televisa y ejercía el periodismo de forma independiente.

Contralínea, fundada en 2002, se ha distinguido por un periodismo crítico acerca de temas políticos y especialmente por formular importantes denuncias en materia de corrupción. La revista y sus periodistas han sido objeto de diversos actos de intimidación y hostigamiento, como ataques armados, amenazas, robos de equipos e información y restricciones judiciales”, señala la CIDH.

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La noche del jueves, luego de que se diera a conocer el hallazgo de los cadáveres, el procurador de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, dijo que los primeros indicios del crimen apuntaban a que se trató de un feminicidio , el homicidio de una mujer solo por el hecho de serlo.

Un día después, el funcionario indicó que entre las líneas de investigación también se contempla que el delito fuera motivado por un robo .

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