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El 11-S cambió las prioridades en la relación de México y EU

Los atentados afectaron acuerdos migratorios y comerciales que aún no se han concretado, señalaron analistas en ‘México Opina’
dom 11 septiembre 2011 09:00 PM
Mexico Opina Especial 11-S
Mexico Opina Especial 11-S Mexico Opina Especial 11-S

Los atentados del 11 de septiembre de 2001 marcaron un antes y un después en la relación entre Estados Unidos y México, un hecho que afectó los acuerdos migratorios y comerciales que aún no se han concretado, consideraron analistas en el programa de debate México Opina.

Cinco días antes de los ataques, el entonces presidente George W. Bush y su homólogo mexicano, Vicente Fox , mantuvieron una reunión, para hablar sobre asuntos de migración y los asuntos comerciales como temas principales y con relevancia para México.

“Para Fox en ese momento realmente, bien o mal, influido por su canciller Castañeda, era lograr un acuerdo migratorio” dijo Rafael Fernández de Castro, especialista de estudios internacionales del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

Pero debido a los atentados del 11-S, México no logró celebrar acuerdos que ayudaran a frenar la inmigración ilegal a través de programas de trabajadores invitados, mejorar los lazos comerciales y mantener una cooperación más solida en el combate al narcotráfico.

Ningún país del mundo por su cercanía con Estados Unidos tuvo más impacto en la región por los hechos que sucedieron aquella mañana del 11 de septiembre, sobre todo por su relación económica y los problemas migratorios. 

Fernández de Castro aseguró que a México le costó trabajo entender los cambios que hubo en Estados Unidos después del 11-S. “Él –el expresidente Vicente Fox-- no llegó a Nueva York hasta dos semanas después de los atentados, titubeó y ahí perdimos una gran oportunidad”, y agregó que cuándo la mayor parte del mundo intentó apoyar a Estados Unidos, México lo hizo ya muy tarde.

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“Cuando a tu vecino, aunque no te lleves bien con él, se le muere un hijo, o un familiar, tú le das un abrazo fraternal, y en ese momento no te pones a pensar qué tipo de vecino es. Ahí me parece que México falló”, dijo  José Luis Valdés, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El especialista Fernández de Castro indicó que “no podíamos darle el apoyo (a Estados Unidos) para entrar a Iraq”. Al referirse al voto que México dio en contra en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) para invadir al país por supuesto nexos con los ataques del 11 de septiembre. 

La posición de México después de los atentados fue criticada por algunos sectores de la sociedad mexicana y sobre todo por la estadounidense. En el país vecino se acusó al gobierno mexicano de no haberse manifestado más a favor de ese país y de haberlo hecho tarde.

En 2003, una coalición liderada por Estados Unidos invadió Iraq con los argumentos de que en el país existían armas de destrucción masivas y la posible vinculación de Saddam Hussein con el terrorismo, que tiempo después, nunca pudo ser comprobado.

“Encabezó dos guerras carísimas (Estados Unidos), la intervención en Iraq y en Afganistán, sin capacidad justamente para construir un estado, eso es muy caro”, indicó Fernández de Castro.

“Estamos hablando de 250,000 muertos, cuatro billones de dólares en gastos, casi lo que gastó Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, es una monstruosidad, es delirante lo que pasó” agregó el investigador de la UNAM, José Luis Valdés. 

Después de los ataques de 2001, las prioridades de la mayoría de las naciones cambiaron. “Hubo un mayor aumento de los recursos económicos destinados a la lucha contra el terrorismo”, dijo Patricia Olamendi, experta en Derechos Humanos

Esto sumó otra de las inquietudes que el gobierno estadounidense ha tenido en los últimos años,  la posible vinculación de grupos terroristas con integrantes del crimen organizado . “La preocupación está en la mesa” recordó Olamendi.

La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Janet Napolitano, ha dado a conocer medidas a lo largo de la franja fronteriza para desmantelar y romper posibles alianzas entre los cárteles de la droga y grupos terroristas.

La construcción de túneles es una preocupación en cuanto a la seguridad. Legisladores republicanos han reiterado la posibilidad de que terroristas busquen una alianza con cárteles y aprovechen las vías de trasiego para atentar contra Estados Unidos. 

Los especialistas en la mesa de México Opina concluyeron que el país debe tener más claro y de manera más objetiva la nueva relación con Estados Unidos, en un momento donde se está luchando por mantener la cooperación en temas de seguridad y relaciones económicas. 

“Evidentemente va ser muy poco paciente (Estados Unidos) con México”, dijo Fernández de Castro. “Debemos tener una relación bilateral eficiente, discreta, ir claramente a temas que afectan y que pueden ayudar a muchos mexicanos y a muchos estadounidenses”. 

La política exterior mexicana debe estar basada en una estrategia bien planeada ante lo que calificó Fernández de Castro, “un declive de la hegemonía” de Estados Unidos. 

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