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La violencia 'cierra las puertas' de centros nocturnos en Monterrey

La invasión de 'Los Zetas' en un barrio de Monterrey desplazó a dueños de bares, algunos obligados a distribuir droga en sus locales
mar 27 septiembre 2011 12:55 PM

La violencia en Monterrey, capital del norteño estado de Nuevo León, silenció la vida nocturna del Barrio Antiguo, una zona tradicional en el centro de la ciudad donde abundaban bares y centros nocturnos, ahora en declive ante la presencia de grupos criminales que extorsionan y atacan a empresarios del sector y sus clientes.

“Se convirtió en un barrio fantasma”, cuenta Jorge, gerente de un bar en el barrio, cuyas calles coloniales, antes bulliciosas y donde los regiomontanos disfrutaban de música y bebidas, ahora están semivacías, con locales a la venta o renta, según constató CNNMéxico en un recorrido.

Jorge relata que hombres desconocidos que decían ser integrantes del grupo criminal Los Zetas invadieron paulatinamente el barrio a partir de 2010, cuando comenzaron las extorsiones a dueños de bares, centros nocturnos y restaurantes a cambio de “protección”.

“En su mayoría, los extorsionadores no pedían una cuota monetaria, sino que obligaban a los dueños a que sus establecimientos se convirtieran en puntos de distribución de droga, principalmente de marihuana y cocaína”, detalla.

Alejados por la creciente inseguridad en la zona, los clientes en el bar de Jorge disminuyeron y las ventas cayeron un 90% los sábados, el día con mayor afluencia, lo que representa unos 90,000 pesos en pérdidas, estimó.

Antes de 2010, su bar albergaba hasta 1,000 personas los fines de semana; ahora, dice, asisten apenas 200. También se modificaron los hábitos de sus consumidores: ahora llegan en grupos más grandes y se retiran del lugar alrededor de las 2 de la mañana, cuando antes lo hacían hasta las 5 de la mañana.

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Antros tradicionales de música rock, como el Ibex, Antrópolis y Café Iguana, cerraron sus puertas este año, casi de manera simultánea. El último fue atacado en mayo pasado; cuatro personas murieron, entre ellas, el jefe de seguridad del lugar, Pablo César Martínez, cuyo cuerpo fue robado por presuntos delincuentes ante la presencia de ocho policías de Monterrey.

Este hecho generó el repudio de músicos, clientes y miembros de asociaciones civiles, que convocaron a dos manifestaciones a través de las redes sociales, en las que reclamaron un cese a la violencia en la capital.

Jorge dice que quienes alquilan los locales también “están desesperados”. La renta de su establecimiento bajó de 40,000 pesos mensuales a 12,000.

Algunos empresarios se trasladaron a la inmediaciones del Tecnológico de Monterrey, al sur de la ciudad, una zona más segura, para reiniciar sus negocios, ya no como antros, sino como restaurantes-bares, detalla Jorge Noé Guerrero Martínez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en Nuevo León.

En Monterrey existen 6,964 establecimientos que venden bebidas alcohólicas, donde los principales giros son los restaurantes (37%), tiendas de conveniencia (21%) y depósitos de cerveza (19%); los bares y los llamados antros (centros nocturnos) representan 2% y casi 1%, respectivamente, según un reporte de la Dirección de Inspección y Vigilancia municipal, proporcionado a CNNMéxico.

Los Zetas, de invasores a empresarios

El éxodo de dueños de bares y antros en el barrio abrió un nicho de oportunidades para Los Zetas, que desde 2010 empezaron a invertir en la apertura de negocios, aseguran empresarios consultados.

La omisión o comisión de las autoridades locales , en especial la policía municipal y la Dirección de Inspección y Vigilancia del municipio, que otorga licencias para vender bebidas alcohólicas sin una investigación exhaustiva han ayudado a este grupo delictivo.

Los Zetas llegaron bien protegidos por la policía municipal. De otra forma no hubieran proliferado aquí”, opina Jorge, quien asegura que sólo permanecen cuatro de la veintena de antros que antes existían en el barrio.

El regidor y presidente de la Comisión de Alcoholes y Espectáculos del ayuntamiento, Wilbur Jarím Villarreal Barbarín, asegura a CNNMéxico que la administración del alcalde Fernando Larrazabal hizo una limpia del 100% del personal de la Dirección de Inspección y Vigilancia municipal, para combatir la corrupción y hacer más selectivo la expedición de licencias.

Se realizaron exámenes de control de confianza al nuevo personal, como pruebas antidoping, y se le dio preferencia a “profesionistas con conocimientos en leyes y criminología, abogados principalmente”, dijo el funcionario.

La administración también creó el Sistema Georreferencial de Alcoholes, una base de datos de los establecimientos que distribuyen bebidas alcohólicas en Monterrey, disponible en la página web del municipio, informó Villareal.

“Había una falta de congruencia entre los datos que había en un área de la administración y los (negocios) que en realidad operaban. Esta ciudad está viva, entonces ha habido establecimientos que cierran, que cambian de domicilio, hay otros que abren”, dice Villarreal Barbarín.

El ayuntamiento ha revocado 1,179 licencias para vender bebidas alcohólicas expedidas durante la administración pasada y sólo ha aprobado 79, de acuerdo con un reporte oficial de octubre de 2009 a septiembre de 2011. En abril pasado, el Congreso de Nuevo León aprobó una ley con la que el estado absorvió la mayoría de las facultades que tenían los municipios para otorgar este tipo de permisos.

El incendio del casino Royale , que el pasado 25 de agosto dejó 52 muertos, fue iniciado por una célula de Los Zetas que buscaba asustar a los dueños del establecimiento, luego de que éstos se negaran a pagar extorsiones, de acuerdo con el gobernador Rodrigo Medina.

Los restauranteros se recuperan y protegen más

El giro restaurantero no está exento de la violencia en Monterrey, pero a diferencia del declive de los bares y antros en el Barrio Antiguo, el sector se recupera lentamente en el estado, después de un largo periodo de pérdidas.

El 2010 cerró con un 3.8% de crecimiento en ventas y, a diferencia de lo que se podría creer, la oferta en el sector creció un 4.5%, asegura a CNNMéxico Guerrero Martínez.

El presidente de la Canirac en Nuevo León explica que la principal causa de la disminución de las ventas fue la inseguridad , y aunque espera que este año el sector capte ingresos de 1,600 millones de pesos, en circunstancias normales —sin índices altos de violencia— estima que sería del doble.

El crecimiento promedio anual de la industria llegaba a un 11%; la Canirac estima que el 2011 cerrará con un 4.5% en Nuevo León, donde operan cerca de 10,500 restaurantes.

La violencia también modificó los hábitos de consumo. En 2010 la afluencia de clientes disminuyó y los establecimientos cerraban más temprano; sin embargo, desde agosto pasado, los comensales han empezado a regresar y los negocios cierran más tarde, asegura el presidente del organismo.

Por otro lado, el empresario explica que los restauranteros invierten más en seguridad. Cerca del 50% de los establecimientos cuentan con cámaras de vigilancia, iluminación y alarmas conectadas a las policías municipales.

La instalación de una alarma común cuesta en promedio 1,000 pesos, más una renta mensual de 300, mientras que el precio por una cámara de seguridad va de 6,000 hasta los 100,000 si se adquiere un circuito cerrado, detalla Guerrero Martínez.

Ante la creciente violencia en Nuevo León, los dueños de bares, antros y restaurantes no sólo se preocupan por satisfacer los gustos y necesidades de sus clientes, sino de brindarles mayor seguridad a ellos y a sus trabajadores.

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