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Los desacuerdos marcan la reunión entre Sicilia y el presidente Calderón

El segundo encuentro del gobierno federal con grupos de víctimas de la violencia terminó sin promesas de trabajo
sáb 15 octubre 2011 07:06 AM
javier sicilia y felipe calderon
javier sicilia y felipe calderon javier sicilia y felipe calderon

El acuerdo no llegó. En seis horas de diálogo, el poeta Javier Sicilia, quien lidera el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, y el presidente Felipe Calderón no coincidieron sobre los resultados que el gobierno federal ha dado a la sociedad civil para atender a las víctimas de la violencia en México, agravada desde que en 2006 inició la Estrategia Nacional de Seguridad.

Sicilia recriminó al mandatario aferrarse a una “guerra sin fin”.

“Como lo ha afirmado usted, señor presidente, México no es un Estado fallido, sino un Estado fracturado. Existe una fractura entre la política de seguridad que se ejerce y las libertades que la Constitución garantiza a los habitantes de este país; una fractura que se profundiza en el entramado político al militarizarse el territorio nacional”, dijo el poeta en la reunión que se llevó a cabo en el Castillo de Chapultepec , en la Ciudad de México.

Para Emilio Álvarez Icaza, expresidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, desde que el gobierno de Calderón se comprometió —hace cuatro meses— a atender necesidades de las víctimas de la violencia en México, los resultados han sido “lastimosamente pobres”.

Una vez más, los afectados contaron sus historias: “mi hija fue desaparecida por militares”; “se llevaron a mi hermano y no sé nada de él”; “estoy buscando a mi esposo y necesito ayuda”; “no he vuelto a saber de mi hijo desde hace 10 meses, tres semanas y dos días”.

Esta vez,  Calderón no pidió perdón . El presidente defendió su estrategia, y señaló errores de los reclamos por parte del Movimiento por la Paz.

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Uno de los oradores del movimiento, Raúl Romero Gallardo, dijo que la recién creada Procuraduría Social de Atención a Víctimas del Delito (ProVíctima) discriminaba a los afectados  por delitos del fuero común, pues sólo atendía casos del fuero federal. El presidente le pidió revisar el decreto de creación de la dependencia, para ver que estaba equivocado.

Lo mismo ocurrió con los activistas de derechos humanos Miguel Concha y Clara Jusidman, a quienes el mandatario dijo que cometían un error al reclamar que el gobierno mancilla la Constitución o que no hay una política de Estado para la inclusión de la ciudadanía en la vida pública.

Al poeta Javier Sicilia también le respondió por la acusación de que su gobierno se había negado a escuchar al sacerdote Alejandro Solalinde, defensor de los derechos de los migrantes ilegales y director del albergue Hermanos en el Camino.

“Por supuesto que hemos defendido migrantes, por supuesto que estamos depurando el Instituto Nacional de Migración, hemos metido a la cárcel a funcionarios de migración. Si esa es la verdad de Solalinde, sí la hemos defendido”, dijo Calderón.

“Hay otras verdades de Solalinde que definitivamente no voy a defender. La que  dijo que le pidiéramos perdón a Los Zetas . Está totalmente equivocado el padre Solalinde, es absurdo ¿De qué le tenemos que pedir perdón a Los Zetas? La verdad es que yo no se los voy a pedir”, dijo Calderón.

El Movimiento liderado por Sicilia pidió nuevamente crear una Comisión de la Verdad. Sin embargo, el presidente explicó por qué la negativa a llevarla a cabo: "(Las comisiones de la verdad) han surgido en el contexto de regímenes autoritarios y represores, donde el Estado es el principal actor que violenta y mata, y desaparece, y donde se oculta la verdad por sistema. Y honestamente, en honor a la verdad, amigas y amigos, este no es un Estado autoritario. Si este fuese un Estado autoritario, créanme que no estaríamos dialogando aquí”.

Tras la reunión, Sicilia dijo que fueron muchos más los disensos que los avances y que “por desgracia, la única forma en que se dinamiza el gobierno es presionando desde la ciudadanía”.

El poeta llamó a los mexicanos a acudir a las plazas públicas de sus comunidades con fotografías de sus muertos, por “esta guerra absurda”, la noche del próximo 31 de octubre.

“Allí donde los señores de la muerte hayan dejado dolor y hayan pretendido destruir la esperanza, para juntar nuestros dolores, recordar a nuestros muertos y manifestar nuestra voluntad de paz, de amor y de justicia. Salgamos esa noche a nombrar a nuestros muertos. Llevemos junto a sus nombres y fechas de nacimiento y muerte fotografías, prendas, todo aquello que los haga de nuevo presentes entre nosotros”.

Javier Sicilia estará en vela esa noche con la fotografía de su hijo  Juan Francisco, asesinado el 27 de marzo  junto con otras seis personas en Cuernavaca, Morelos.

El fallecimiento de su hijo, Juanelo, motivó a Sicilia a exigir un cambio en la estrategia de seguridad lanzada por el presidente Felipe Calderón.

Aún no saben sí habrá otra reunión con el presidente, pero el Movimiento se prepara para homenajear a las miles de personas que han muerto desde 2006, por la violencia. Y han elegido el último día de octubre, la víspera de la celebración del día de muertos en México, para honrar a quienes han perdido la vida.

Los activistas afirman que unas 50,000 personas han fallecido desde que el presidente lanzó la Estrategia Nacional de Seguridad. El último reporte del gobierno federal, en enero de este año, contempla que unas 34,000 personas han perdido la vida por esta causa.

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