La tragedia del Royale, inevitable pese a medidas de seguridad, dice PGR
La muerte de 52 personas en el incendio que consumió al casino Royale el pasado 25 de agosto, en Nuevo León, no se hubiera evitado pese a que el establecimiento cumpliera de manera cabal con las medidas de seguridad, concluyó el peritaje realizado al establecimiento.
“Al momento de los hechos, (el casino) cumplía parcialmente con mandatos nacionales sobre medidas de seguridad. Aún cuando hubiera cumplido fehacientemente, no hubiera sido posible salvar al lugar del siniestro. La causa determinante fue la gasolina”, dijo el procurador del estado, Adrián de la Garza, en conferencia de prensa.
Las medidas de seguridad en el casino no fueron determinantes para provocar o contribuir a la tragedia, confirmó al dar conocer los peritajes del inmueble, José Cuitláhuac Salinas, titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).
Los dos funcionarios confirmaron que en el casino Royale había ocho salidas de emergencia, 40 extintores, señalamientos iluminados para localizar las rutas de evacuación y se confirmó que sí se contaba con retardantes del fuego.
“Las actividades realizadas por los sujetos imposibilitaron la salida de las personas que se encontraban en el casino ese día. El motivo fundamental, la causa de la muerte fue asfixia por sofocación. El incendio provocado y los elementos utilizados para la realización del incendio fue lo que provocó que la gente se resguardara y encontrara el desenlace fatal”, dijo el titular de la SIEDO, dependiente de la Procuraduría General de la República (PGR).
Los peritajes determinaron que no hay responsabilidad penal para ninguna autoridad civil estatal o municipal ni para los dueños del inmueble. Hasta el momento se concluyó que los únicos causantes de la tragedia son los 18 sujetos identificados previamente.
“El ancho de las puertas del casino es de un metro o un metro y 20 centímetros. Por el tamaño de las salidas podían salir hasta 300 personas por cada cinco minutos. (…) se provocó histeria que causó que la gente se resguardara en el interior”, enfatizó el procurador neolonés.
EL 25 de agosto pasado, un grupo armado irrumpió al casino Royale. Roció gasolina y lo incendió, lo que provocó la muerte de 52 personas.
Las autoridades vincularon los hechos a una represalia de parte del grupo delictivo de Los Zetas a los dueños de la casa de apuestas, que se negaron a pagar la extorsión. Algunos de los detenidos por el ataque declararon que sólo querían darles “un susto”.
Entre los presuntos responsables aprehendidos hay cuatro menores de edad, un policía estatal y Roberto Carlos López Castro, El Toruño , uno de los supuestos autores intelectuales del ataque.