Migración acusa a Alejandro Solalinde de "abandonar" a un indocumentado
El Instituto Nacional de Migración (INM) acusó al sacerdote Alejandro Solalinde , dirigente de una casa de migrantes en el sur de México, de “abandonar” a un centroamericano indocumentado que llegó al albergue en semanas anteriores y requería atención médica.
Solalinde, quien el jueves acudió a una comparecencia en la sede de la Procuraduría General de la República (PGR) en el estado de Oaxaca, rechazó este viernes las acusaciones y las atribuyó a una represalia del INM por las críticas que él y otros defensores de derechos humanos han dirigido en su contra.
Migración argumenta que Solalinde incurrió en el delito de “abandono de persona”, explicó el propio sacerdote en entrevista con CNNMéxico. Según la institución, Solalinde maltrató al guatemalteco Juan Francisco Silvestre, al negarse a llevarlo a la Ciudad de México para que médicos le atendieran un problema en los ojos.
El migrante, de unos 50 años, estuvo en el alberge Hermanos del Camino antes de septiembre y viajó a Estados Unidos para trabajar, donde se lastimó los ojos con insecticidas, y después regresó a Oaxaca.
“Nos dijo que le ayudáramos a conseguir atención médica, se la dimos, lo atendió el doctor Ulises (del albergue), pero él es médico general; nos dijo que si lo llevábamos a Oaxaca para que ahí lo viera un especialista, yo mismo lo llevé”, contó Solalinde.
“Juan Francisco consideró que no era suficiente, él quería más y empezó a pedirnos que lo lleváramos a la Ciudad de México. Le dijimos que no lo podíamos hacer porque dentro del estado hay un convenio de salud (que no existe en la capital mexicana). Parece que él se incomodó un poco y decidió seguir su camino solo”, agregó.
En su trayecto al norte de México, Silvestre fue detenido por agentes del INM en el central estado de Puebla. De acuerdo con Solalinde, ahí comenzó el “problema” porque los funcionarios del INM le hicieron “configurar un delito inexistente y decir cosas que él nunca expresó, directamente me acusaba a mí de darle un trato inhumano, lo cual jamás se dio”. Hasta ahora, el sacerdote no ha vuelto a tener comunicación con Silvestre.
Tras la detención del migrante, el INM presentó una denuncia ante la PGR, que inició el proceso legal contra Solalinde. CNNMéxico contactó al INM y a las oficinas de la PGR en la Ciudad de México y a su delegación en Oaxaca para conocer detalles del caso, pero no obtuvo una respuesta inmediata.
Solalinde aseguró que la misma titular de la PGR, Marisela Morales, le llamó este viernes para informarle que no estaba enterada de su caso y le ofreció que ambos se reúnan el 17 de diciembre en la Ciudad de México para aclararlo.
“No es la primera vez que el INM trata de inculparme a mí. (…) Tratan de minar la autoridad moral de los defensores y defensoras (de derechos humanos), porque no soy yo. El INM está enojado porque le hemos señalado una y otra vez que el instituto debe desaparecer”, dijo.
Solalinde, otros activistas y organizaciones civiles afirman que el INM, responsable de la política migratoria en México, tiene funcionarios corruptos que abusan de los migrantes o incluso los entregan a grupos del crimen organizado.
En julio pasado, el sacerdote y las autoridades federales tuvieron un episodio de tensión, luego de que Solalinde pidiera perdón a los integrantes del grupo delictivo de Los Zetas , porque “son víctimas de una sociedad enferma que no supo darles valores”.
La Secretaría de Gobernación (Segob) lo criticó bajo el argumento de que considerar “víctimas” a Los Zetas equivale a exaltar delincuentes.