Una agrupación pide a los ciudadanos exigirse tanto como a los políticos
Hace tres años, un grupo de 14 personas residentes de la Ciudad de México inició una protesta contra los diputados federales de la pasada Legislatura, luego de que los medios revelaron que no pagaron los impuestos correspondientes a su aguinaldo, la compensación económica que los trabajadores mexicanos reciben en diciembre.
Bajo el argumento de que los políticos incurren en "excesos" porque la gente se los permite con su inacción, comenzaron la campaña Diputados coludos, ciudadanos rabones, a fin de recabar apoyo y exigir a la Cámara baja que se les aclarara por qué se tomó la medida y, en caso de no tener justificación, que los legisladores realizaran el pago.
Los promotores de la protesta —que aseguraron entonces haber reunido más de 3,500 firmas— no tuvieron éxito, pero sus actos llevaron a crear un proyecto que busca tener mayor alcance: la agrupación DHP, siglas que representan la frase "Dejemos de Hacernos Pendejos" .
"El nombre es tal cual un llamado a la acción", dijo Maite Azuela, una de las activistas fundadoras. "México está mal, pero no solo está mal porque tengamos malos políticos, sino porque también tenemos malos ciudadanos".
Tras la experiencia de la primera campaña, DHP empezó a buscar más adeptos a través de las redes sociales y, según Azuela, hasta la fecha tienen "grupos pequeñitos" trabajando en ocho entidades del país, como la Ciudad de México, Querétaro, Puebla, Tlaxcala y Yucatán.
La mayor parte de las tareas han sido financiadas por los propios activistas, que hace un año consiguieron el registro como asociación civil, lo que les permite buscar más fuentes de recursos.
En su segundo año de vida, la organización decidió mantener su vigilancia sobre el Congreso e inició la operación 500 sobre 500, que tenía el propósito de que 500 personas se comprometieran a "adoptar" a cada uno de los diputados federales para analizar su desempeño: asistencia, trabajo en comisiones, votación de iniciativas de ley.
Pero a diferencia de la primera ocasión, cuando la falta de respuesta provino de las instituciones, en este segundo proyecto los problemas surgieron de los mismos ciudadanos involucrados.
Aunque al principio se registraron unas 3,000 personas para "adoptar" a los legisladores, había diputados que tenían a más de una persona vigilándolos y otros que no tenían a ninguna, de acuerdo con Azuela, maestra en Políticas Públicas.
Conforme llegaron las fechas para presentar los reportes de actividad legislativa, más de la mitad de los ciudadanos inscritos incumplió, lo que en opinión de la activista demuestra que los mexicanos aún están "en pañales" en cuanto a cómo exigir que las autoridades rindan cuentas.
Con las experiencias anteriores, DHP decidió este año reorientar su labor. Por un lado, determinó mantener su escrutinio sobre el Congreso poniéndolo no en manos de voluntarios, sino de estudiantes con cierta capacitación que trabajan como becarios. Por otro, optó por que su nueva campaña, Mi trabajo es México, genere conciencia entre las personas de que sus acciones cotidianas repercuten en lo que sucede en la vida pública.
"Nuestras propias acciones no las vemos reflejadas en el país", dijo Azuela el jueves tras la presentación del proyecto, que invita a las personas a registrar compromisos concretos en la página de la organización.
El objetivo es que cada ciudadano dé seguimiento a su propio avance y, en unos meses, vea su nombre impreso en carteles que DHP colocará en algunas ciudades.
"¿Hoy qué haces y qué no haces, qué crees que podrías mejorar?", dijo Azuela. "(Hay que) decir: Oye, si yo le estoy pidiendo al político que cambie, le estoy pidiendo que asista, le estoy pidiendo al contratista que no le entre a una licitación transona (ilegal), ¿yo qué voy a hacer?".
Los miembros de DHP sostienen que una de sus reglas es mantener un carácter apartidista, por lo que este año permanecerán al margen de discusiones en torno a las elecciones del 1 de julio, cuando se renovarán la presidencia y el Congreso y habrá comicios locales en 15 entidades.
Jorge Dávila, otro de los fundadores de la organización, considera que su nueva campaña sí transmite un mensaje para los electores que desean cambios en el país: "El voto tiene mucho más valor cuando tú también empiezas a hacer algo".