El papa Benedicto XVI rezará en México por las víctimas de la violencia
El papa Benedicto XVI dijo que rezará por todas aquellas personas que sufren por cualquier forma de violencia, durante el discurso de bienvenida a su llegada este viernes a la ciudad de León, en el estado de Guanajuato.
“Rezaré especialmente por quienes más lo precisan, particularmente por los que sufren a causa de antiguas y nuevas rivalidades, resentimientos y formas de violencia”, dijo el Papa junto al presidente mexicano, Felipe Calderón.
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El papa Benedicto XVI hizo hincapié en su discurso en la esperanza, la cual dijo cambia la existencia concreta de cada hombre y cada mujer de manera real y apunta a un “cielo nuevo y una tierra nueva”.
“Como ya dije en Roma, continúen avanzando sin desfallecer en la construcción de una sociedad cimentada en el desarrollo del bien, el triunfo del amor y la difusión de la justicia”, recordó.
El pontífice dijo sentirse feliz por estar en México y dio gracias a Dios por haberle permitido realizar la visita y poder confirmar en “la fe al Pueblo de Dios de esta gran nación en su propia tierra”.
“Es proverbial el fervor del pueblo mexicano con el Sucesor de Pedro, que lo tiene siempre muy presente en su oración”, añadió.
El Papa agradeció a Calderón, a su esposa Margarita Zavala, a miembros del gabinete presidencial y a las autoridades del poder Legislativo y Judicial por el cálido recibimiento.
“Con esta breve visita, deseo estrechar las manos de todos los mexicanos y abarcar a las naciones y pueblos latinoamericanos”, agregó.
“Vengo como peregrino de la fe, de la esperanza y de la caridad. Deseo confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, afianzarlos en ella y animarlos a revitalizarla con la escucha de la Palabra de Dios, los sacramentos y la coherencia de vida”, afirmó.
El Papa dijo que llega a México como “peregrino de la esperanza” y pidió a todos aquellos que sufren que “no se entristezcan (…), la confianza en Dios ofrece la certeza de encontrarlo, de recibir su gracia y en ello se basa la esperanza de quien cree”.
“Ya sé que estoy en un país orgulloso de su hospitalidad y deseoso de que nadie se sienta extraño en su tierra. Lo sé, lo sabía ya, pero ahora lo veo y lo siento muy dentro del corazón. Espero con toda mi alma que lo sientan también tantos mexicanos que viven fuera de su patria natal, pero que nunca la olvidan y desean verla crecer en la concordia y en un auténtico desarrollo integral. Muchas gracias”, finalizó su discurso el Pontífice.
El presidente Calderón, quien precedió en su discurso al Papa, dijo que es una gran alegría recibirlo en tierra mexicana. “Al pueblo mexicano le regocija que haya aceptado la invitación de venir a México”, exclamó.
“A pesar de todo, México está de pie, el pueblo de México somos un pueblo fuerte”, dijo Calderón. “Somos un pueblo que tiene valores y principios que cree en la libertad, justicia y el amor a los demás, valores que son fuertes como la roca”
Benedicto XVI llegó este viernes a la ciudad de León, en Guanajuato, estado ubicado en el centro de México, y fue recibido en la escalinata del avión por el presidente Calderón y Margarita Zavala.
En la ceremonia de recepción de jefe de Estado a Benedicto XVI estuvieron presentes el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Guadalupe Acosta Naranjo; el presidente del Senado, José González Morfín; el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Sergio Aguirre Anguiano.
Además el gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva Ramírez; el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré; la canciller mexicana, Patricia Espinosa; el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, entre otros.
Luego de los discursos, Benedicto XVI saludó a un grupo de fieles que se encontraban entre los asistentes, mientras un mariachi tocaba canciones tradicionales mexicanas, para posteriormente subir al papamóvil y realizar el recorrido de 38 kilómetros hasta el Colegio Miraflores, donde se hospedará hasta el lunes.
En punto de las 16:12 horas (local) el avión de Alitalia aterrizó en el Aeropuerto Internacional del Bajío, en medio los aplausos y gritos de los cientos de fieles que lo esperaban.