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El nivel de abstencionismo, "aceptable" pero crece en los últimos comicios

La baja en la participación refleja la indiferencia de los mexicanos, lo que obliga a los candidatos a un nuevo reto, dicen analistas
lun 26 marzo 2012 06:30 AM
Abstencionismo
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La participación ciudadana disminuyó en las tres últimas elecciones presidenciales, lo que refleja indiferencia de los electores mexicanos hacia los comicios y da a los candidatos el reto de presentar propuestas que atraigan a la ciudadanía, de acuerdo con analistas.

Algunos especialisas consideran que la asistencia a las urnas permanece en niveles "aceptables", pero otros creen que es muestra del "desencanto" de los ciudadanos con la política y un obstáculo para la democracia.

En 1994, cuando la lista nominal de electores era de 45 millones 729,057 personas, votó el 77.16% del electorado, según cifras del Instituto Federal Electoral (IFE). Esos comicios fueron los últimos que ganó el Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuyo candidato, Ernesto Zedillo, alcanzó el 48.69% de la votación .

Seis años después, la lista aumentó a 58 millones 782,737 mexicanos, de los cuales votó el 63.97% . Ese proceso fue ganado por Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN), y representó la alternancia en el poder tras siete décadas de gobiernos del PRI.

Para 2006, la lista era ya de 71 millones 374,373 ciudadanos, pero la participación disminuyó al 58.55% . El panista Felipe Calderón venció entonces a Andrés Manuel López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), por apenas el 0.56% de los sufragios emitidos.

Alfredo Figueroa, uno de los nueve consejeros del IFE, dijo este miércoles que el instituto aún no tiene una estimación de cuál será el abstencionismo en las elecciones del próximo 1 de julio, cuando se renovarán la presidencia, el Senado y la Cámara de Diputados, y podrán votar unos 78 millones de personas.

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Los analistas, en tanto, difieren en sus pronósticos sobre cuál será la participación en los comicios.

Héctor López Bello, académico de la Universidad Panamericana (UP), dijo que las cifras serán "similares" a las de hace seis años, mientras Rafael Reyes Arce, del Tecnológico de Monterrey (ITESM), estimó que habrá una votación del 60% del electorado o más.

En las elecciones de este año compiten el priista Enrique Peña Nieto, puntero en las encuestas; la panista Josefina Vázquez Mota; López Obrador por segunda ocasión, por el bloque de izquierda, y Gabriel Quadri, del Partido Nueva Alianza (Panal).

Un fenómeno común

De acuerdo con los especialistas, el abstencionismo es un fenómeno común en países como México donde el voto no es obligatorio. En contraste, la participación tiende a ser superior en aquellos donde no votar implica algún tipo de sanción, como Argentina o Ecuador.

"El abstencionismo en México no creo que sea muy distinto al de otras democracias jóvenes", dijo Javier Aparicio, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

"El nivel de votación está dentro de los rangos más o menos aceptados en muchos países latinoamericanos", comentó Reyes Arce.

Aparicio señaló que entre las causas del abstencionismo están el desinterés hacia la política en general o la indiferencia hacia los candidatos que contienden en una elección particular, factores a su vez relacionados con el nivel de ingresos y de escolaridad de los ciudadanos.

"Mientras más educado eres, tienes más claro que tu voto es mínimo pero forma parte de una decisión colectiva", dijo.

En las presidenciales de 2006, cuatro entidades tuvieron una participación menor al 50% del electorado: Baja California, Chihuahua, Chiapas y Guerrero. Los dos últimos son de los estados con mayor índice de pobreza del país. En contraste, los de mayor asistencia a las urnas fueron Tabasco (68.22%), Ciudad de México (68.05%), Yucatán (66.95%) y Campeche (64.67%).

López Bello señaló que otros factores que contribuyen a aumentar el abstencionismo son el descontento con la situación del país —en especial en materia económica o de seguridad—, así como la incapacidad de los candidatos de presentar propuestas que resulten novedosas para el electorado.

"¿Por qué el elector no acude ante las urnas? Sobre todo porque siente descontento, desasosiego, desconfianza, quizá no con el sistema electoral en su conjunto, sino con los candidatos", dijo.

Elecciones poco representativas

Existe un debate sobre las consecuencias del abstencionismo. Mientras Reyes Arce consideró que no es "alarmante" para el país la disminución de la participación en las elecciones, López Bello afirmó que representa un obstáculo para la "consolidación democrática".

Los tres analistas, sin embargo, coincidieron en que un resultado inmediato de este fenómeno es que cada vez menos gente interviene en la decisión de quién habrá de ocupar el gobierno, lo que provoca que una elección sea menos representativa de la voluntad popular.

"El riesgo del abstencionismo es que los que no van a votar le dejan su decisión a los que sí votan", dijo Reyes Arce.

"No es una mayoría la que está decidiendo. Si vamos a votar estamos ejercitando un derecho. Para exigir (a los gobernantes), también hay que participar", agregó López Bello.

En 2006, Calderón obtuvo el 35.89% de los 41 millones 971,322 votos emitidos. Eso significa que, si únicamente votó el 58.55% de la lista nominal, el presidente fue electo con el respaldo de apenas el 21% del electorado total.

A diferencia de Perú o Colombia, en México no existe una segunda vuelta electoral, por lo que un candidato puede ganar la presidencia con menos de la mitad de los sufragios. La ley tampoco exige un porcentaje mínimo de participación para que unos comicios sean válidos.

"Creo que el abstencionismo afecta no solo en la legitimidad (de un gobierno), sino en la calidad del resultado político", dijo Aparicio.

En 2009, Calderón propuso una iniciativa de reforma política que incluía instaurar la segunda vuelta electoral para contrarrestar las dudas en torno a resultados cerrados, aunque ese punto fue retirado del documento que hasta ahora permanece en el Congreso.

En enero de este año, el diputado priista David Sánchez Guevara planteó hacer el voto obligatorio como una medida para combatir el abstencionismo. La propuesta aún es analizada por el Poder Legislativo.

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