El fotógrafo de la 'capital mundial del asesinato': Ciudad Juárez
Julián Cardona es un fotógrafo que trabaja en la capital mundial del asesinato, Ciudad Juárez, México.
Retrata cadáveres y sobrevivientes, migrantes y campesinos, violencia y vigilias.
El fotógrafo de 51 años pone en juego su vida por tomar tales fotografías, ya que él quiere que el mundo conozca un lugar del planeta que muchos periodistas estadounidenses —incluso también los mexicanos— tienen miedo de pisar y que a menudo evitan.
Eso se debe a la violencia de los cárteles mexicanos y otros criminales que controlan franjas de las zonas fronterizas y que se han vuelto conocidos por su atroz violencia y asesinatos, incluyendo contra aquellos que se atreven a hacer la crónica del número de muertos.
Para capturar la resistencia y el sufrimiento humano a través de la poderosa imagen en blanco y negro de las fotografías, Cardona ya no se aventura a salir solo. Colabora con otros fotógrafos —quienes habrían sido competidores en épocas menos difíciles— debido a que piensan que existe mayor seguridad si salen en grupo.
“Cuando se trabaja como periodista local, es más frecuente que se enfrenten más riesgos”, dijo en una entrevista en Northridge, de la Universidad Estatal de California, en donde habló ante estudiantes sobre la violencia de los cárteles y sobre dónde están en estos meses expuestas sus fotografías.
Cardona ha observado cómo ha cambiado la parte mexicana de la frontera, a partir del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, a principios de la década de 1990 y del movimiento masivo de mexicanos hacia Estados Unidos y otros países.
Muchas partes de Juárez ahora son un “pueblo fantasma”, dice.
Juárez registró el año pasado la cifra de 1,933 muertes violentas, según la procuraduría del estado de Chihuahua. Esta cifra se considera exorbitante, sobre todo cuando se le compara con los 209 homicidios cometidos el año pasado en Nueva York, pese a que el número de habitantes de esa ciudad estadounidense es seis veces más grande que el de Juárez.
A pesar de ello, esa cifra representó una disminución del 38% en las muertes violentas respecto al año anterior, cuando la ciudad registró 3,117 asesinatos. El número de muertes violentas fue de 2,643 en el 2009 y de 1,607 en el 2008. Solamente fueron reportados 300 asesinatos en el 2007.
Juárez también es conocida por su alta tasa de “feminicidios”, cientos de asesinatos de niñas y mujeres sin resolver.
“Durante mi infancia, Juárez era un lugar muy tranquilo y muy seguro”, dijo Cardona a CNN.
“Ha cambiado para convertirse en un lugar muy inseguro y desde hace cuatro años se ha vuelto la ciudad más violenta del planeta”, agregó.
“Mientras se cubre una masacre otra ocurre en otra zona de la ciudad”, dijo Cardona. “Tenemos desaparición de mujeres, tenemos desaparición de hombres, tenemos ejecuciones de mujeres, ejecuciones de hombres, cuerpos de mujeres abandonados en el desierto. Las personas que no pagan la extorsión son asesinadas. También las personas que son secuestradas. La gente que se niega a entregar su automóvil también es asesinada. Es un amplio espectro por el cual uno puede ser asesinado en Juárez.
“Según algunos de mis colegas”, continuó, “no se investigan el 90% de los casos. Eso puede darles una idea del papel que desempeña el Estado y de esta terrible situación”.
Antes de que Juárez se convirtiera en sinónimo de homicidio, la ciudad solía ser un poblado de fiesta, con una fuerte vida nocturna .
Sin embargo, un estudio de la Universidad de Ciudad Juárez muestra que el derramamiento de sangre desde principios de la década de 1990 ha desplazado a 250,000 personas, dijo Cardona.
“En muchos lugares parece un pueblo fantasma, una zona fantasma”, dijo.
Cardona se atreve a entrar en estos lugares tenebrosos, así como en los barrios habitados.
“La gente que conozco la mayoría de las veces transita por puntos de inflexión en su vida. Es muy frecuente que sea testigo de estos cambios en sus vidas”.
“Bajo estas circunstancias, es impresionante ver como la gente todavía está dispuesta a hablar con un periodista y contarle sus historias, y cómo sus comunidades han sido devastadas por la economía, y cómo no pueden sostener sus vidas y la educación de sus familias —tienen que emigrar hacia Estados Unidos— y también como la gente lucha por sobrevivir y ganarse la vida en EU realizando trabajos muy peligrosos".
Cardona vive en Juárez, pero sus padres y hermanos viven cruzando la frontera, en El Paso, Texas, y no lo visitan debido a la violencia, dijo.
Jane Biesboer, de CNN, contribuyó a este reporte.