De tuiteros y debates: crónica de un debate presidencial
Nota del editor: Genaro Lozano es politólogo, profesor universitario y columnista para distintos medios de comunicación. Miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales y coautor de los libros Same Sex Marriage in the Americas, ¿Qué es Estados Unidos? y Ciudadanos.Mx: Twitter y cambio político en México. Su twitter es @genarolozano
(CNNMéxico)— Son las 19:45 y la glorieta de La Cibeles, en la céntrica colonia Roma, está llena. Hay luces, dos pantallas que transmitirán el debate, batucada y cientos de personas con la playera del Partido Nueva Alianza, que tiene entre el 1 y 2% de preferencias electorales. Cruzan jóvenes y no tan jóvenes, algunos llevan los lentes y la nariz que han popularizado los seguidores de Gabriel Quadri, su candidato presidencial. Por un momento me dan ganas de incorporarme a la reunión, pero prefiero seguir de largo a mi cita con un numeroso grupo de twitter@s para ver el debate en un restaurante que convocó a ver el debate en lugar del futbol.
La convocatoria funcionó. Contra los pronósticos, un grupo de unos 60 twitter@s llegó a cenar, a convivir y a seguir el debate.
Algunos de los convocados también pasaron por La Cibeles, así que a modo de ironía llegaron con los lentes y la nariz del candidato. Empezó el debate . Se presentaron los candidatos. Josefina parecía excesivamente maquillada, algunos lo mencionaron. Andrés Manuel López Obrador (AMLO) arrancó con el rostro adusto y Enrique Peña Nieto con más gel que de costumbre. Terminadas las primeras intervenciones, Gabriel Quadri fue el que logró más porras por parte de los twitteros (espero que a modo de ironía), después AMLO, seguido por Vázquez Mota y luego algunos abucheos para Peña. No tengo forma de medir el ruido, no tenía un sonómetro a mano, pero así me pareció.
Llegó el momento de las imágenes. López Obrador sonrió, quizá pensando que estaba a punto de lograr un gran golpe. Sacó una imagen de Peña Nieto junto a Salinas de Gortari y habló nuevamente de “la mafia en el poder”, de “los de arriba”, con los mismos tonos discursivos de hace 12 años, y sin embargo se oyeron risas y exclamaciones de decepción: el candidato no se da cuenta, pero la foto está al revés. Casi un minuto en pantalla, “el arma atómica” visual estuvo al revés. De repente, se dio cuenta y puso la imagen en sentido correcto. Los twitteros gritaron de emoción, pero parece que fue una bala perdida.
Unos momentos después, AMLO dijo la frase que muchos esperaban oír: acusó a Peña Nieto de ser “el candidato de las televisoras.” Lo que nadie se esperaba era la que tal vez fue una de las frases de la noche, pero a cargo de Peña Nieto: “Si las televisoras impusieran a un presidente, usted, López Obrador, lo sería”. El candidato del PRI le habla del gasto en Comunicación Social durante su gobierno en el Distrito Federal. Se oyen unos “auch” y algunos aplausos… Minutos después, López Obrador tiene derecho a réplica, parece enojado y le dice a su contrincante que tiene pruebas de que su gobierno le dio 691 millones a Televisa en su primer año (¿de pesos? ¿de dólares?).
El debate prosigue. Josefina Vázquez Mota saca a colación el tema de Paulette, la niña muerta en su propia casa, una, dos, tres veces. La candidata del PAN se ve finalmente firme y disciplinada en sus ataques. Ignora a López Obrador, va contra Peña, pero éste también le revira con otra frase fuerte: acusa a la panista de “querer revivir su campaña con la lamentable muerte de una niña”. Se vuelven a oír expresiones de “auch”. Vázquez Mota no baja la guardia y sigue atacando al puntero, tal vez con más éxito que López Obrador, con cifras, en lugar de con frases de un pasado que muchos de los jóvenes presentes desconocen. Para muchos Lucas Alamán y Santa Anna (sí, lleva doble n) no son referentes, pero sí el caso de Paulette y sí los compromisos que el PAN asegura que Peña Nieto no cumplió en el Estado de México.
Más adelante, casi al final del debate, Vázquez Mota llama a votar por ella, por su partido y por la continuidad de la “paz” en México. A la panista se le olvidaron las más de 60,000 muertes registradas en el gobierno de Felipe Calderón.
A casi dos horas de iniciado el debate, en Twitter surge un nuevo personaje: @laedecandelIFE. La bella joven que lucía un vestido blanco muy escotado y que algunos twitteros daban como la ganadora del debate…
Confieso que no me dio curiosidad ver qué más se estaba transmitiendo en otros canales televisivos a esa hora. El debate me atrapó porque vi que los candidatos se prepararon para él. Podremos estar no de acuerdo con lo que dijeron, pero sí me pareció que estaban listos para argumentar defensas ante ataques. El formato de los dos minutos fue tal vez el peor enemigo de las respuestas. No daba tiempo, a Josefina la cortaron en tres o cuatro ocasiones. Peña Nieto se excusaba y excusaba con ello. A López Obrador apenas si le daba tiempo de responder tres palabras.
Al final, me sorprendió oír a algunos de los lopezobradoristas más duros que conozco reconocer que el candidato empezó mal, con errores, y que tuvo dos momentos buenos, pero insuficientes. Al final, escucho a algunos entusiastas de Quadri, pero que lamentan que Elba Esther Gordillo, la lideresa magisterial, esté detrás de él. Al final escucho a otros pocos decir que Vázquez Mota ganó el debate (sí, algun@s lo dijeron). Al final, me emociona que un debate presidencial haya convocado a más gente que una pelea de box, me emociona ver a jóvenes de todas las opiniones políticas reunid@s para seguir el debate, pero al final mi impresión también es que Peña Nieto terminó sin despeinarse…