La expectativa y la cobertura en medios alternos suben 'rating' al debate
El primer debate entre candidatos "atrapó" a la audiencia pese a que no se transmitió por los canales estelares de televisión. El fenómeno responde, según analistas, a la cobertura en otros medios y a la expectativa sobre la capacidad de debatir de los aspirantes presidenciales con el formato elegido para el encuentro.
"Hubo una cobertura bastante amplia aunque no se hayan utilizado los dos canales de mayor cobertura (…) La respuesta de la audiencia fue importantísima, fue amplia comparada con las expectativas. Fue importante la respuesta del público, hubo atención y hubo interés en un debate que tuvo vida, ataques, respuestas y contraataques y resultó atractivo", dijo José Carreño Carlón, profesor de Comunicación de la Universidad Iberoamericana.
Según el analista político, la quinta parte de los televisores mexicanos sintonizaron en algún momento de la noche del domingo la transmisión y la prueba está en el interés que ha generado en "el día después, lo que ocurrió con cada candidato".
Las dos empresas con concesiones televisivas, Televisa y TvAzteca, anunciaron la semana pasada que no tendrían el debate en sus canales estelares, el 2 y 13, respectivamente. En este último, incluso se programó un partido de futbol.
Sin embargo, según la firma IBOPE, citada por el sitio mediotiempo.com , el debate alcanzó 10.4 puntos de raiting —que representa el porcentaje de hogares viendo el mismo programa de televisión en un momento determinado —, contra 9.0 que logró el partido de futbol en el mismo horario.
"La cantidad de medios que transmitieron el debate fue muy significativa, realmente sí se logró llegar a la gente, creo que no es nada desdeñable la presencia que se tuvo en los canales 5 y 40 —que no tienen cobertura nacional— o en cadenas independientes desde el caso de CNN, medios públicos, o Milenio.
"Se pudo tener mayor cobertura, definitivamente, pero pese a la controversia, el saldo en este primer caso fue positivo y eso va a contribuir a que más gente se dé cuenta que éste puede ser un momento oportuno para ver a los candidatos en una fase diferente, en un debate", dijo Mario Campos, politólogo especializado en medios de comunicación.
En su opinión, este debate no fue "únicamente de unos cuantos o los enterados", y logró llegar a más gente por la cantidad de medios diferentes a la televisión que lo transmitieron, incluido radio o internet.
"Twitter se ha convertido en un espacio de expresión de los ciudadanos pero también en un campo de batalla", pues en esa red social, no sólo se conoce la opinión de los ciudadanos, dijo, sino que se puede estar de cerca de la controversia generada entre los equipos de campaña que aprovecharon la coyuntura para intentar posicionar a su candidato en los temas más comentados.
Formato rígido, pero ¿suficiente?
"Al ser transmitido por canales marginales se redujo el impacto, el formato fue rígido pero aún así logró posicionar a cada uno de los candidatos y demostrar que la clase política está más centrada en lo que son los pleitos y las descalificaciones de los propios contendientes y no en las propuestas que urgen para el país", dijo Javier Esteinou, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Para Esteinou se logró enviar el mensaje de que la clase política y la autoridad electoral todavía "deben aprender a comunicarse" con la audiencia, pues al debate se le dio "un sesgo más mercadológico que un sesgo ciudadano", en dónde las participaciones se convirtieron en un show.
Ana Vásquez, especialista en Marketing Político, consideró que para la gente, "lo mejor de los debates se percibe cuando son un show", porque eso implica mayor nivel de recordación y más tema para comentar.
Durante este primer debate presidencial, los candidatos del Partido Acción Nacional (PAN), Josefina Vázquez Mota y de la coalición Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, enfocaron su participación en señalar errores vinculados al aspirante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto.
El priista se defendió de lo que consideró "ataques" en su contra. Dijo que no tenía tiempo suficiente para responder los señalamientos de "quienes al parecer se pusieron de acuerdo" en referencia a Vázquez Mota y López Obrador.
"No sé si con intervenciones más largas podría mantenerse la atención durante dos horas. Cuando les tocaba hacer réplica aprovechaban para hacer su propia promoción y las contrarréplicas tampoco se utilizaron para lo que están concebidas, pero finalmente el formato tampoco me parece que habría que modificarle mucho", dijo Mario Campos.
El Instituto Federal Electoral (IFE) estableció que cada intervención tendría una duración de dos minutos . Las réplicas y contrarréplicas fueron de minuto y medio, y cada candidato tuvo además un mensaje de cierre. El segundo y último debate entre los candidatos, programado para el próximo 10 de junio, tendrá el mismo formato.
José Carreño Carlón dijo que los partidos deberían optar por un formato más ágil en el que sus candidatos pudieran "arriesgar más, dejando a un lado sus inseguridades" lo que podría, dijo, dar un espectáculo más atractivo para un público mucho más amplío que el conquistado este domingo.
Melva Navarro contribuyó con este reporte