Javier Sicilia convoca a una Caravana por la Paz a Estados Unidos
Con una cajetilla de cigarros en el bolsillo de la camisa y rosarios como collares, el poeta Javier Sicilia habla sobre la nueva odisea que emprenderá junto con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
A partir del 12 de agosto y hasta el 12 de septiembre de este año, una comitiva de alrededor de 60 integrantes de este movimiento recorrerá 6,000 millas desde San Diego, California, hasta Washington D.C. Esto, explica el poeta, “tiene el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía norteamericana de su responsabilidad con esta guerra desatada por (el presidente Felipe) Calderón que ha cobrado 71,000 vidas”.
Ha pasado un año y tres meses desde que fue encontrado el cuerpo de su hijo , Juan Francisco Sicilia Ortega, junto con otras seis personas en una camioneta en Temixco, en el estado de Morelos, el 28 de marzo de 2011.
“El mundo ya no es mundo de la palabra. Nos la ahogaron adentro”. Con estas líneas dedicadas a su hijo, a quien llama Juanelo, Sicilia anunció su retiro de la poesía el 2 de abril del pasado año.
Con los reflectores puestos sobre él, el poeta exigió que se replanteara la estrategia federal de seguridad en México. Esta demanda reunió a otras víctimas de la lucha contra el crimen organizado en el país y conformó el Movimiento por la Paz.
El fundador del movimiento, quien todavía se encuentra en duelo, señaló que en este tiempo “el principal logro ha sido unificar a las víctimas, ponerlas en el centro de la política, no como daños colaterales ni cifras, sino como seres humanos.”
Con este discurso, el movimiento ha recorrido el país recogiendo testimonios de personas afectadas por la lucha contra el narcotráfico. Primero, en una caravana a pie desde la ciudad de Cuernavaca, en el estado de Morelos, hasta el Zócalo capitalino ; después, en camiones, por los estados del norte hasta Ciudad Juárez y luego por el sur hasta la frontera con Guatemala.
Ahora, con la #CaravanaUSA, como la han denominado, viajarán desde la ciudad fronteriza de Tijuana y se reunirán con “víctimas de la guerra” en ciudades como Los Ángeles, Phoenix, Tucson, El Paso, Laredo, Houston, Nueva Orleans, Atlanta, Chicago o Nueva York, hasta llegar a Washington D.C.
Los ejes temáticos serán las alternativas a la prohibición del consumo de droga, frenar el flujo ilegal de armas hacia México y la criminalización de los migrantes en Estados Unidos y la cuestión del lavado de dinero. Sobre este último, Sicilia opinó con la voz grave que lo caracteriza: “Están creando una guerra por una prohibición absurda, nos están matando, pero no han querido tocar el dinero que financia a los cárteles y a la delincuencia”.
Añade: “el problema migrante es muy grave, pero la guerra contra las drogas lo está recrudeciendo. En territorio mexicano están desapareciendo migrantes centroamericanos y en Estados Unidos las cárceles están llenas de latinos y afroamericanos”.
Durante los meses de abril y mayo, Javier Sicilia hizo un primer viaje de reconocimiento para hablar en 12 ciudades estadounidenses de lo que él ha llamado la “emergencia nacional”. Justo ahora lleva una pulsera verde que le dio un huichol en Arizona.
“Estuvimos en California, Texas, Arizona, Chicago, creamos la red que necesitamos para llegar al corazón del ciudadano norteamericano”. Sin embargo, hay una brecha cultural que habrá que sortear: “La mayor parte de la sociedad estadounidense no entiende, es una cosa de idiosincracia, pero yo confío mucho en los migrantes y en las organizaciones para construir esa narrativa y tocar su conciencia”.
Javier Sicilia y Brisa Maya Solís, directora del Centro de Comunicación Social (Cencos), se reunieron con el embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne. “Le dijimos que tenemos gente con escasos recursos a la que le van a negar la Visa y nos va a dar ese apoyo”.
Wayne declaró: “Estados Unidos tiene una larga tradición de apoyar la libertad de expresión, incluyendo las protestas pacíficas. Aprecio mucho la cortesía de los líderes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad por compartir con nosotros sus puntos de vista y sus planes, y fue gratificante escuchar la extensión de sus contactos y cooperación con la sociedad civil en los Estados Unidos”.
El objetivo de la Caravana es incidir en la política binacional en colaboración con organizaciones como Global Exchange, Washington Office on Latin America (Wola), National Alliance of Latin American and Caribbean Communities (NALACC), National Association for the Advancement of Colored People (NAACP), entre otras. “Queremos crear una red de cooperación ciudadana para hacer frente a la ceguera de los intereses de la política tanto en Estados Unidos como en México”, dice Sicilia, quien se rehúsa a ser llamado líder del movimiento.
Para el poeta, el problema en México “es nuestra subordinación a la agenda de seguridad norteamericana que es la guerra contra las drogas que inició Richard Nixon, quien entonces le dio un lapsus de seis años pero que todas las administraciones la han seguido y recrudecido”.
La Caravana se llevará a cabo estratégicamente entre el proceso electoral mexicano y el norteamericano. “Los candidatos han borrado a las víctimas de sus agendas, pero tendrán que enfrentarlo porque las elecciones están agravando la situación”. Y tiene un mensaje también para el gobierno estadounidense: “Son cuatro o cinco cosas que el presidente Obama puede hacer, y debió haber hecho ya, sin pasar por el Congreso para controlar el paso ilegal y la venta de armas largas y de alto poder hacia territorio mexicano”.
Le preguntamos qué le depara al Movimiento por la Paz después de este extenso recorrido: “Esperamos que los candidatos tomen la agenda, que el presidente Felipe Calderón firme la Ley de Víctimas, tenemos varias cosas que todavía no están concluidas y en este proceso se irán afinando las líneas del movimiento”.