Felipe Calderón pide no 'tirar por la borda' lo logrado contra el crimen
El presidente Felipe Calderón Hinojosa pidió este martes que el próximo gobierno de México se comprometa a luchar por la seguridad de los mexicanos “con la determinación que ello requiere”, y afirmó que no se debe “tirar por la borda” lo alcanzado en la materia.
En la conmemoración del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, sostuvo que el próximo gobierno debe actuar, con la misma intensidad, en los ejes que componen la estrategia integral de seguridad, como la depuración y el fortalecimiento de las instituciones de seguridad y justicia.
“No podemos tirar por la borda lo que se ha hecho, porque no podemos simplemente resignarnos y someter al país al poder de la delincuencia, o hacer como si nada pasara, porque solo ese hecho, simular que nada pasa, fortalece a los criminales, debilita a la sociedad y al Estado”, afirmó el presidente.
Calderón insistió en que simular que nada pasa “y en consecuencia hacer nada”, es lo que permitió a los criminales avanzar sin resistencia tantos años; y es de suponer que cuando asaltan la casa lo mejor es hacer nada, ignorar al asaltante y dejarlo que entre libremente.
El discurso sobre seguridad de Calderón ocurre a solo 24 horas de que inicie una veda electoral, conocida como "periodo de reflexión", antes de las elecciones del 1 de julio, donde se elegirá a un nuevo presidente de México.
A solo una semana de conocer el nombre de quien le sucederá, su popularidad aumentó ya que una mayoría expresa una opinión favorable de él y considera la influencia de su gobierno como positiva, según un estudio del Centro de Investigación Pew .
El 58% de los encuestados calificó de positiva la imagen del mandatario mexicano, tres puntos más que el 55% que obtuvo el año pasado.
El 61% de los mexicanos, según el estudio, culpa al gobierno de Estados Unidos y de México de que continúe la violencia relacionada con el narcotráfico, aunque una sólida mayoría expresó que estaría de acuerdo en que los estadounidenses ayuden a México en la lucha contra el crimen organizado a través de estrategias de inteligencia.
A ocho meses de que concluya la administración de Calderón, ocho de cada 10 respaldan el uso del Ejército como parte del combate a los grupos del narcotráfico , según la organización apartidista que realiza encuestas de opinión pública, estudios demográficos, análisis de contenido, entre otros, en Estados Unidos y en otros países.
La ONU pide una respuesta más equilibrada
En el mismo evento, el representante para México, Centroamérica y el Caribe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), Antonio Luigi Mazzitelli, afirmó que para combatir el problema de las drogas deben reconocerse los aspectos de salud pública.
“Es necesario e indispensable reconocer aquellos aspectos de salud pública como la prevención, la detección temprana, el tratamiento, la rehabilitación y la reinserción como elementos primordiales de la estrategia mundial para brindar una respuesta más equilibrada al problema de consumo de drogas”, dijo Mazzitelli durante la conmemoración del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas.
El funcionario de la ONU detalló sobre el panorama del problema de las drogas a nivel mundial. Afirmó que unas 230 millones de personas, el 5% de la población adulta mundial consumieron una droga ilícita al menos una vez en el año 2010.
Mazzitelli dijo que hay 17 millones de consumidores de cocaína en el mundo, y que sus principales mercados siguen siendo América del Norte, Europa y Australia. El consumo de cocaína disminuyó del 3% en 2006 al 2.2% en 2010. En Europa ese consumo permanece estable, pero ha aumentado en Australia y en América del Sur.
Los consumidores de drogas problemáticas, como los dependientes de la heroína y cocaína, suman 27 millones. La marihuana es la droga más consumida y producida: 224 millones de personas la han consumido, de acuerdo con la ONU.
El funcionario advirtió de nuevas sustancias psicoactivas que no están bajo control, y que son fiscalizadas solamente después de las muertes, como en el caso de las sales de baño .