López Obrador dice en su cierre de campaña que no traicionará a México
La última promesa de la campaña de Andrés Manuel López Obrador fue no traicionar ni fallarle al pueblo de México en caso de llegar a la Presidencia de la República.
"Quiero decirles con toda sinceridad que no se preocupen, no les voy a fallar, no voy a traicionar al pueblo de México. Estaré como siempre a la altura de ustedes. Voy a gobernar con rectitud, con entrega y con justicia".
Ante 400,000 personas, según cifras de protección civil local, el candidato del Movimiento Progresista dijo que hay "condiciones inmejorables" para ganar, pero a pesar de ello cerró su campaña política pidiendo a la gente no confiarse e ir a votar el próximo domingo 1 de julio para elegir “el cambio verdadero” que él representa.
El candidato del Movimiento Progresista eligió el Distrito Federal para su último evento proselitista la capital del país, un bastión del perredismo, en donde ese partido ha gobernado desde 1997, incluido un periodo de cinco años de López Obrador.
Después de marchar durante dos horas desde el monumento de El Ángel de la Independencia, el candidato se comprometió a “gobernar para todos, para ricos y para pobres” e implementar políticas para sacar al país “del estancamiento”.
En una Plaza de la Constitución que se llenó desde dos horas antes de la aparición del exjefe de Gobierno, la voz de López Obrador se perdió en más de tres ocasiones por los gritos de “fuera Peña, fuera Peña”, en referencia a su principal adversario, Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a quien criticó por no hablar durante la campaña de combatir la corrupción.
“Siempre he creído que nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes. Aquí, entre otros aspectos, está la diferencia, entre lo que representa el candidato del PRI y lo que nosotros significamos. Él, ni siquiera trató el tema durante su campaña, nunca se comprometió a combatir la corrupción”.
Según López Obrador, el acto de este miércoles en el Zócalo es una muestra más de que su campaña “fue la mejor” porque "las plazas siempre se llenaron y contamos con la participación alrededor de dos millones de ciudadanos. Mantuvimos comunicación directa con la gente más que los otros candidatos. No tuvimos ningún incidente, ni rechazo de ninguna índole. Todo se desenvolvió de acuerdo a lo planeado. No cancelamos ningún acto, a pesar de que nos manejamos en aviones de línea y por carretera, sin utilizar aviones o helicópteros particulares".
Llegó al templete en el Zócalo arropado por líderes de la izquierda en México como los presidentes nacionales de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano, que impulsan su candidatura presidencial; Miguel Ángel Mancera, candidato a jefe de Gobierno y todos a quienes el mismo López Obrador ha nombrado como integrantes de su futuro gabinete.
Al nombrarlos uno a uno, la gente congregada en el Zócalo celebró con aplausos y porras la decisión de nombrar a "gente honesta" para acompañarlo en el gobierno. Marcelo Ebrard, actual jefe de Gobierno y propuesto por Obrador para encabezar la secretaria de Gobernación, fue el más aplaudido junto con la escritora Elena Poniatovska, que estaría a cargo de la Secretaría de Cultura y de Cuauhtémoc Cárdenas, como director general de Petróleos Mexicanos.
"Hemos trabajado con intensidad y hemos hecho bien las cosas para volver a ganar la Presidencia de la República. Hay condiciones inmejorables. Tenemos organización. Contamos con el respaldo de militantes de partidos y, sobre todo, de ciudadanos independientes. También puedo asegurar que vamos a obtener muchos votos de priistas y panistas, inconformes con el régimen de corrupción y con tanta mezquindad".
En un discurso de una hora, en el que fue interrumpido por los gritos de "¡presidente, presidente!" y "es un honor estar con Obrador", el candidato enumeró todas las promesas que realizó durante los 90 días de la campaña presidencial.
"Mi compromiso es que ya no haya guerra, que no siga habiendo más muertes, que se respeten los derechos humanos y que se atienda a deudos y a familiares de víctimas. Que podamos dejar atrás la tragedia y el dolor que produce el flagelo de la violencia", dijo sobre el tema de seguridad.
Habló también del fortalecimiento del sector energético, con la creación de cinco refinerías para la producción nacional de gasolina, de reducir el costo de la electricidad, apoyar la minería e iniciar "la transición" hacia nuevas fuentes de energía.
López Obrador prometió no pertmitir "las prácticas monopólicas” en sectores del cemento, alimentos, bancos, telefonía y medios de comunicación y dijo que durante su gobierno habría aumentos al salario de los trabajadores por encima de la inflación, se eliminaría el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), y se trabajaría bajo un proyecto de austeridad Republicana.
"Vamos a garantizar la libertad de expresión y de manifestación. No habrá censura, nadie va a ser perseguido por su manera de pensar. Vamos a garantizar plenamente el derecho a disentir. Pero al mismo tiempo, vamos a hacer valer el derecho a la información".
En el Zócalo capitalino, grupos de jóvenes con pancartas y camisetas del movimiento #YoSoy132 dijeron apoyar a López Obrador por "honesto, capaz de sacar a las ratas del gobierno y pensar en los jóvenes".
En ese sentido, el candidato dijo que durante esta campaña presidencial, fueron los jóvenes quienes sacudieron conciencias, "ellos nos están dando un gran ejemplo. Han dicho no a la simulación, no a la mentira, no al engaño. Ellos han despertado a muchos ciudadanos, y así lo he constatado en todo el país, al grado que en nuestros días, ser joven es un gran orgullo, es un honor", dijo Andrés Manuel entre gritos y aplausos de universitarios y estudiantes que se congregaron en la Plaza de la Constitución.
Para ese sector, tampoco faltaron promesas, pues les dijo que no habría rechazados de las universidades, se fortalecería el programa de becas y se encargaría de conectar al país con Internet.
Finalmente, López Obrador agradeció el apoyo durante esta campaña presidencial, la segunda consecutiva para él, en la que decidió contender tras su derrota en 2006 ante Felipe Calderón por el 0.56% de los sufragios.
No dudo en pedir a cada uno de sus seguidores que el próximo domingo se mantengan "pendientes y vigilantes hasta tener en nuestro poder los resultados, casilla por casilla y terminar de consumar, con la participación de todos, la gesta histórica de iniciar la transformación de México, por el bien del pueblo y para gloria de nuestra patria".
Una marcha para el fin de la campaña
López Obrador inició su último evento en campaña, cuarenta minutos después de la hora en la que su equipo citó a sus simpatizantes.
Cuando el candidato, acompañado del líder moral del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, su esposa e hijos, comenzó a marchar desde el monumento del Ángel de la Independencia, a las 16:40, varios ya habían recorrido el Paseo de la Reforma hasta el primer cuadro de la capital mexicana.
La mayoría de los que llenaron el Zócalo no quisieron arriesgarse a no encontrar un lugar en la plancha y perderse el discurso de su candidato.
Entre los simpatizantes, la mayoría eran jóvenes, muchos con pancartas del movimiento estudiantil #YoSoy132, que se unieron a adultos mayores, menores de edad —algunos en brazos y carriolas—, personas con discapacidad, trabajadores y académicos que dijeron estar con López Obrador.
El grito de “presidente” fue la constante durante el trayecto que duró casi una hora y media. Aunque por momentos, los simpatizantes del candidato de izquierda eligieron cantar estrofas de la canción popular mexicana Cielito lindo y la consigna “olé olé olé, Andrés, Andrés”.
El abanderado de la coalición Movimiento Progresista avanzó por la avenida más importante de la capital, en medio de un círculo formado por brigadistas que impedían el paso de personas ajenas al equipo del candidato. Dentro del círculo solo pudieron permanecer representantes de la prensa, familiares y candidatos que acompañaron a este cierre a López Obrador, entre los que estuvieron Alejandro Encinas, aspirante al Senado; Graco Ramírez, que busca la gubernatura de Morelos o Jesús Zambrano, líder del PRD nacional.
López Obrador no pudo llegar caminando al centro de la Ciudad de México, las calles atiborradas impidieron que siguiera la marcha y para evitar llegar más tarde al templete, en el palacio de Bellas Artes, el candidato entró al metro para recorrer dos estaciones y bajar en el Zócalo, en donde se encontró con una multitud que esperó horas por verlo.
Betzy Herrera, de 19 años, acumuló más de seis horas parada para escuchar a su candidato, "Aalgunos vinieron en camión que se contrató, otros por sus propios medios, pero todos queríamos estar aquí y no importa la espera, nuestro candidato nos habla con la verdad y venimos a escucharlo", dijo la joven que llegó desde la delegación Gustavo A. Madero en un contiengente de 200 personas.
Como ella, hubo 50,000 personas, según el equipo de logística de López Obrador, que comenzó a apartar su lugar frente al templete desde el mediodía de este miércoles.
Miguel, estudiante de Biología en la UAM, dijo estar "cansado de tanta mentira y corrupción", por lo que decidió venir desde el pueblo de Tlalpan, al sur de la ciudad, a escuchar la propuesta del candidato de los partidos de izquierda.
Ambos se sintieron satisfechos por el mensaje de López Obrador, "habló de libertad, de justicia, de trabajar por los pobres, de las oportunidades para los jóvenes y él sabe porque lo dijo, vamos a ganar", dijo el universitario antes de abandonar el recinto en el que su candidato cerró con 90 días de actividades proselitistas antes de los comicios del 1 de julio.
Juan Pablo Mayorga contribuyó con este reporte