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La Cocopa acusa "falta de sensibilidad" de Felipe Calderón sobre el EZLN

Al declarar que se socavó la resistencia y negativa de los indígenas de aceptar ayuda, Calderón mostró "un panorama falso"
mié 01 agosto 2012 11:18 AM
Cuartoscuro
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La reciente presentación del libro Corazón Indígena, Lucha y Esperanza de los Pueblos Originarios de México, de Luis H. Álvarez, ha despertado una nueva polémica, luego de comentarios hechos por el presidente Felipe Calderón durante ese acto realizado el pasado 16 de julio.

El presidente de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), el diputado Juan Carlos Regis Adame, señaló este martes a través de una carta pública que el presidente Calderón utilizó la presentación del libro para “descalificar al EZLN mostrando un panorama falso del proceso histórico y de la realidad de las comunidades indígenas de Chiapas”.

Al participar en la presentación del libro, el mandatario aseguró que con la intermediación de Luis H Álvarez, su gobierno logró socavar la resistencia y negativa de las comunidades bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), para beneficiarse de programas públicos.

Dijo que desde 2010 los zapatistas habrían aceptado ser beneficiarios de proyectos oficiales como el Oportunidades y el Seguro Popular.

Al comentar Corazón indígena, escrito por Luis H. Álvarez, militante del Partido Acción Nacional (PAN) y ex integrante de la Cocopa, Calderón escogió para leer dos pasajes de la publicación.

El primero es sobre el obispo Samuel Ruiz García, cuando en 1994 el religioso era intermediador en el diálogo entre el gobierno federal y el EZLN. El autor  describe —a quien a la fecha es considerado por las comunidades indígenas como su j’tatik (padre, en tzeltal)— como un hombre “protagonista”, “ostentoso” y “poco modesto”.

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En seguida, el presidente Calderón resaltó que el autor del libro, que fue comisionado para el Desarrollo de los Pueblo indígenas entre el 2006 y el 2009, y luego consejero para la atención a grupos vulnerables, “fue a abrir el corazón de los indígenas para que aceptaran lo que era suyo”.

También hizo referencia a la determinación de las comunidades para no aceptar ningún apoyo gubernamental, luego que el Congreso de la Unión se negara a hacer ley los Acuerdos de San Andrés sobre derechos y cultura indígena, firmados en febrero de 1996, pese a que el gobierno federal se había comprometido a ello específicamente en los planteamientos que tratan sobre la autonomía de las comunidades indígenas.

Con la negativa, el EZLN dio por terminado el diálogo con el gobierno federal e inició un proceso de construcción de autonomías de facto, que incluyó la llamada “resistencia” o negativa a aceptar proyectos y programas gubernamentales en el territorio donde las comunidades militan en el grupo insurgente.

Este proceso de resistencia terminó en 2010, dijo el presidente Calderón, cuando supuestamente con la ayuda de Luis H. Álvarez, a quien llama “constructor y apóstol de la transformación democrática en México”, el gobierno federal proporcionó ayuda al subcomandante insurgente Marcos , líder del EZLN, para que recuperara la salud.

“A partir de ese momento, por la tenacidad de Don Luis, hubo un cambio en las comunidades zapatistas que se decidieron a aceptar masivamente, o muchas de ellas, las acciones de gobierno”, señaló.

Enumeró programas asistencialistas como Oportunidades, Seguro Popular, Piso Firme, 70 y Más, que estarían recibiendo las comunidades bases de apoyo del EZLN y a través de los cuales “se logró superar los índices de la pobreza en Chiapas”.

Para reforzar su dicho, el presidente Calderón dio lectura a una carta que en 2010 habría sido leída por “Porfirio, excombatiente de Ocosingo, cercano a Marcos”, en una reunión que según relata el libro, tuvo lugar en la sede de una de las Juntas de Buen Gobierno u órganos de gobierno de las comunidades del EZLN.

“No hemos claudicado en nuestra lucha (…) pero también somos conscientes que llevamos más de 16 años de resistencia pacífica, donde los hombres y mujeres indígenas de los municipios autónomos, han demostrado con gran valentía y entusiasmo que sabemos cómo gobernarnos y poner en marcha la autonomía de los pueblos. Los comités de las Juntas de Buen Gobierno nos han pedido que acudamos con ustedes para que puedan recibir apoyos de proyectos, que no son dádivas, sino derecho de todos los mexicanos. Y respetando el mandar obedeciendo hemos accedido a establecer un vínculo de comunicación con ustedes para hacer llegar esos apoyos a la población en resistencia”.

El diputado Regis Adame afirmó a través de una carta publicada este martes que durante los casi seis años de su mandato, el presidente nunca se reunió con los integrantes de la Cocopa para buscar una salida al conflicto con el EZLN, lo que consideran fue debido a su “falta de sensibilidad política y social, impensable en un primer mandatario, pudiera interpretarse como una agresión, una falta de respeto y un desconocimiento profundo de la lucha histórica de los pueblos indígenas mexicanos”.

“Un asunto delicado y que el presidente Felipe Calderón trata con frivolidad y clara intencionalidad, es el relativo a los diversos  programas gubernamentales en comunidades indígenas. Asunto que, en lugar de ser usado para intentar dañar la autoridad moral del zapatismo, debiera revisarse en sus métodos y convertirse en una contribución a la paz”.

En su carta, el presidente de la Cocopa señaló que los dichos del presidente son “un claro e imprudente intento de provocar o distraer la atención de la sociedad ante otros problemas nacionales, y una estrategia para intentar eludir la responsabilidad y la obligación del Estado mexicano para cumplir lo pactado en San Andrés Larráinzar el 16 de febrero de 1995”.

La Cocopa es una comisión legislativa integrada por diputados de distintos partidos, creada desde 1995 para ayudar al proceso de diálogo con el movimiento zapatista en Chiapas; sin embargo, hasta ahora el problema sigue latente.

El diputado Regis advirtió que las declaraciones del presidente pueden ser una provocación para el EZLN, quien mantiene abierta una declaración de guerra contra el gobierno mexicano.

Los gobiernos panistas, reiteró, no han cumplido con los acuerdos de en San Andrés Larráinzar firmados el 16 de febrero de 1995, entre el gobierno federal y el EZLN sobre la autonomía y determinación de los pueblos indígenas.

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