La exalcaldesa de Michoacán dijo que se iba con la "consciencia tranquila"
María de los Santos Gorrostieta Salazar, exalcaldesa de Tiquicheo, cuyo asesinato se registró el 15 de noviembre, siempre dijo desconocer el motivo de los ataques que la dejaron viuda y marcaron su cuerpo.
Antes de dejar su cargo mencionó que, sin importar lo que ocurriera, se iba con "la consciencia tranquila".
La exfuncionaria tenía 36 años y dejó tres hijos en la orfandad. Se consideraba a sí misma una luchadora social y decía tener el firme deseo de ayudar a los más necesitados.
“Tengo mi consciencia tranquila, mi corazón (…) cada una de las acciones, propósitos, metas siempre han ido enfocadas el desarrollo, sobre todo de los más vulnerables. De las comunidades más abandonadas, represento un municipio pobre de muy alta marginación y siempre van encaminadas a allá”, señaló en entrevista para CNNMéxico, el 14 de febrero de 2011, durante el último informe de gobierno de Leonel Godoy Rangel, y el último de su gestión como alcaldesa.
Para ese entonces, María de los Santos era alcaldesa de un municipio en el que, según los datos de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), el homicidio había crecido en un 350% durante su gestión. Una de las víctimas era su marido, José Sánchez Chávez, a quien junto con ella le dispararon en la comunidad El Limón, de Papatzindán, el 16 de octubre de 2009.
En esa ocasión, la principal línea de investigación indicó que el posible objetivo de los agresores era Sánchez Chávez. El 20 de enero de ese mismo año, un grupo de desconocidos lo hirió a tiros, en el mismo lugar.
El 23 de enero de 2010, en Ciudad Altamirano, Guerrero, Gorrostieta Salazar, quien se dirigía a un evento a favor de los derechos de la mujer, fue atacada por un grupo armado que la dejó herida, al igual que a uno de sus hermanos, su encargado de prensa y a una reportera que la acompañaba.
Ese fue el último ataque que se perpetró contra la Gorrostieta Salazar, mientras mantuvo el puesto. A partir de entonces contó con una escolta de la Policía Estatal.
En agosto de 2011, la alcaldesa de extracción priista decidió unirse a las filas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), debido a que consideraba que no recibió el apoyo que necesitaba por parte de sus excorreligionarios.
Para ese entonces se había ganado el sobrenombre de La Alcaldesa de Hierro , dado que decidió continuar en el puesto a pesar de que ya existía el antecedente de que en diciembre de 2009 el cabildo entero del municipio de Tancítaro había renunciado por amenazas de grupos del narcotráfico.
Ninguno de los ataques anteriores fue esclarecido por los ministerios públicos de Michoacán ni de Guerrero. Al acercarse la fecha en que dejaría el cargo, y ante la expectativa de quedarse sin escolta, la mujer que era médico de profesión señaló que continuaría con sus labores a favor de las personas más necesitadas.
“Yo creo que (lo que sigue es) definitivamente seguir al frente luchando por los que más me necesitan, que son muchos, seguir al frente desde cualquier trinchera desde cualquier sector”, contestó en aquella visita a Morelia, a donde acudió para escuchar el informe de gobierno.
“Yo creo que ninguno de nosotros, jamás pronosticamos ni imaginamos, simplemente nos confiamos para ir a desarrollar trabajo y devolverles esa confianza a todos los habitantes”, señaló con respecto a si pensaba que sería víctima de los atentados a los que sobrevivió.
Tras dejar el ayuntamiento de Tiquicheo, no se supo más de su vida pública en Morelia, salvo que había contraído segundas nupcias.
El Ejército instaló la base del 25 Regimiento de Caballería Motorizada, pero la violencia siguió en la localidad. De hecho el viernes 16 de octubre, cuando su familia reconoció sus restos en la morgue de Morelia, el Ejército reportaba el fallecimiento de dos presuntos criminales en un tiroteo.
Horas después, la Procuraduría General de Justicia de Michoacán informó que la exalcaldesa murió por un traumatismo craneoencefálico severo , mientras continúaban las investigaciones sobre la posible participación del crimen organizado en el asesinato.