La Marina transformó su preparación para combatir al crimen organizado
La Secretaría de Marina (Semar) tuvo que aprender estrategias de combate urbano y modificar la preparación de sus elementos para enfrentar a la delincuencia organizada, como parte de la Estrategia Nacional de Seguridad implementada por el presidente Felipe Calderón desde el inicio de su gobierno.
El respeto al principio de la “proporcionalidad de la fuerza” y la preservación del lugar de los hechos tras los enfrentamientos fueron aspectos que los marinos —entrenados para la guerra— tuvieron que incorporar a su preparación.
Al principio no tenían claro a qué se enfrentaban, de acuerdo con el jefe de la tercera sección del Estado Mayor General de la Marina Armada, Sergio Antonio Islas Sánchez.
El contralmirante es responsable de traducir las órdenes del secretario de Marina, Francisco Saynez Mendoza, en directivas que tienen que cumplirse, así como de verificar la realización de las operaciones.
En seis años, la Semar ha realizado en promedio unos 8,000 operativos contra la delincuencia, y de octubre de 2011 a octubre de 2012, más de 9,000.
"Para nuestras unidades operativas en el lugar de los hechos significó un reto el saber medir la intensidad con que se responde”, explicó.
“No podemos tratar de la misma manera a un civil, aún cuando sea delincuente que nos está atacando, que si estuviéramos en una situación de guerra", dijo.
En este sentido, Islas Sánchez indicó que el personal militar ha recibido “instrucciones” en derechos humanos.
Cada infante de Marina enviado a una operación tiene la obligación de portar dentro de su ropa un documento donde se enlistan los derechos humanos de sus oponentes. Además, se estableció un protocolo para enviar a cada operación a un marino encargado de verificar que no se hayan incurrido en excesos.
Una de las principales dificultades de los enfrentamientos era el riesgo de afectar a los ciudadanos que no estuvieran involucrados en los hechos delictivos. Así que una vez analizados esos riesgos, se modificaron los procedimientos, dijo.
Los marinos fueron entrenados para preservar los escenarios una vez que terminaban los enfrentamientos, para no entorpecer el trabajo de los agentes del Ministerio Público encargados de las investigaciones.
Desde 2011, las fuerzas armadas implementaron operativos especiales en Guerrero, Veracruz (al este de México) Tamaulipas y la región de La Laguna, formada por los estados de Coahuila y Durango, en el norte del país.
Pero la presencia permanente del Ejército y la Marina no ha terminado con la delincuencia organizada. "La prueba es que seguimos ahí", dijo Islas.
Sin embargo, reconoció, se ha recuperado el control de algunas zonas urbanas que eran controladas por el crimen.
De acuerdo con el mando militar, en el caso de Veracruz encontraron secuestros, extorsiones, un alto índice de asesinatos y cobros de derecho de piso; en Guerrero ocurrían enfrentamientos en plena luz del día con una violencia superior a la de otros estados y en La Laguna, una zona industrial, era frecuente el acoso a los empresarios.
"No se puede hablar de que se haya eliminado al 100% la delincuencia organizada, la prueba es que seguimos ahí, pero se han logrado despejar grandes áreas urbanas y lugares que habían caído en manos de la delincuencia".