El partido de la "dictadura perfecta" vuelve al poder en México
De la mano de Enrique Peña Nieto, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) regresa este sábado a la presidencia de México. Calificado por sus críticos de autoritario e incluso descrito como una "dictadura perfecta", el priismo vuelve con una promesa: ser un "nuevo PRI".
Peña Nieto, de 46 años, asume el cargo de presidente para el periodo 2012-2018 luego de unas elecciones en las que obtuvo más de 19 millones 200,000 votos, equivalentes al 38.21% de los sufragios emitidos.
Durante la contienda electoral, tanto Peña Nieto como otros líderes priistas aseguraron que México requiere un cambio en el gobierno que ha encabezado el Partido Acción Nacional (PAN) los últimos 12 años, y que el PRI es el partido más capacitado para enfrentar los problemas del país.
"México está ansioso de una nueva alternancia. (...) México quiere un liderazgo cercano a la gente, que atienda sus demandas y ofrezca, sobre todo, soluciones reales", dijo Peña Nieto el 30 de marzo en su arranque de campaña.
Los críticos del PRI, sin embargo, afirman que durante 71 años —de 1929 al 2000— el partido estableció un régimen autoritario que cometió supuestos fraudes electorales y censuró e incluso reprimió a sus detractores.
Uno de los señalamientos más polémicos contra el PRI lo hizo el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa en 1990.
"México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo, no es la Unión Soviética, no es Fidel Castro. Es México, porque es la dictadura camuflada de tal modo que puede pasar por no ser una dictadura, pero tiene, de hecho, si uno escarba, todas las características de la dictadura: la permanencia no de un hombre pero sí de un partido, un partido que es inamovible, un partido que concede suficiente espacio para la crítica en la medida que esa crítica le sirva, le sirve para confirmar que es un partido democrático, pero suprime por todos los medios, incluso los peores, aquella crítica que de alguna manera pone en peligro su permanencia", dijo.
Los priistas, sin embargo, niegan que eso vaya a ocurrir porque —afirman— el partido es diferente.
"Los escépticos apuestan por que retornaremos al pasado como si eso fuera posible. No lo es porque este es otro país y otro partido con la mira puesta en el futuro", dijo a mediados de noviembre el entonces dirigente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell.
Una toma de posesión bajo acusaciones
Los partidos de izquierda y un sector de la ciudadanía desconocen el triunfo de Peña Nieto y lo acusan de haber comprado votos y rebasado el tope de gastos de campaña. En respuesta, el priista ha señalado que su victoria fue validada por todas las instancias legales y ha llamado a las otras fuerzas políticas a trabajar "en unidad" por las reformas que necesita el país.
"Es momento de iniciar una nueva etapa: la del trabajo corresponsable y de unidad en torno a México. Demostremos al mundo que en democracia, sí es posible realizar transformaciones de fondo", dijo el priista el 31 de agosto, luego de que el Tribunal Electoral Federal lo declarara presidente electo .
El priista recibirá la banda presidencial este sábado en una breve ceremonia ante el Congreso, en la que no emitirá un mensaje ni escuchará los posicionamientos de los partidos, según el acuerdo avalado por cinco de los siete grupos parlamentarios.
Hasta el cambio de poder de 2006, los presidentes entrantes solían dar un discurso ante los legisladores después de asumir el poder. El actual mandatario, Felipe Calderón, no lo hizo debido a las tensiones que había entre los partidos. Integrantes de la izquierda, que lo acusaban de haber hecho fraude, lo abuchearon durante los minutos que permaneció en el recinto.
Las bancadas de los partidos del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano, dos de las tres fuerzas de izquierda que postularon este año a Andrés Manuel López Obrador, manifestaron su molestia con el formato establecido porque consideran que Peña Nieto debe conocer las posturas de la oposición hacia su gobierno. En conjunto, ambos partidos suman el 5.8% de los asientos de las dos cámaras del Poder Legislativo.
Después de su toma de protesta, Peña Nieto prevé llegar a las 11:00 horas (local) a Palacio Nacional, en el Zócalo de la Ciudad de México, para emitir su primer mensaje como mandatario. Palacio Nacional alberga oficinas del Poder Ejecutivo y de la Secretaría de Hacienda (SHCP), y los presidentes suelen utilizarlo para dar algunos anuncios o encabezar ceremonias oficiales como el aniversario del inicio de la Independencia o desfiles cívicos y militares.
El nuevo mandatario
Peña Nieto, abogado, es originario del Estado de México, fue diputado local, funcionario en el gobierno estatal y gobernador de 2005 a 2011.
Tras concluir su mandato — en el que captó la atención de los medios de comunicación por su presencia cotidiana en espacios informativos, haber gobernado la entidad más poblada del país y después casarse con una conocida actriz—, fue designado candidato del PRI a la presidencia y pactó una alianza electoral con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), la cuarta fuerza política del país y aliado tradicional del PRI.
El sello distintivo de su campaña fue la firma de compromisos en los lugares que visitaba, estrategia que usó también en su contienda por el gobierno del Estado de México.
En los comicios —en los que participaron más de 50 millones de ciudadanos, esto es, 63% del electorado—, Peña Nieto consiguió el mayor porcentaje de votos, seguido de Andrés Manuel López Obrador, la panista Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri, del Partido Nueva Alianza (Panal).
López Obrador, sin embargo, acusó al priista de cometer fraude y no reconoce el fallo del Tribual Electoral que lo declaró presidente electo. El excandidato, que compitió por la presidencia por segunda ocasión, convocó este sábado a una protesta contra el gobierno de Peña Nieto en la emblemática columna del Ángel de la Independencia, ubicada a pocos kilómetros de Palacio Nacional.
Otras agrupaciones, entre ellas el movimiento estudiantil #YoSoy132 , también planean manifestarse en contra de Peña Nieto en el centro de la capital del país. #YoSoy132 se formó a mediados de mayo y desde entonces protesta contra lo que considera la "imposición" de Peña Nieto en la presidencia.
En respuesta a sus detractores, el priista afirma que ejercerá una "presidencia democrática" que llamará al diálogo a todos los sectores, respetará las libertades de expresión y manifestación, y promoverá los derechos humanos.
"Somos una nueva generación, no hay regreso al pasado, mi gobierno tendrá puesta su visión en el futuro", dijo exactamente hace cinco meses, la noche del 1 de julio en que celebró la victoria en las urnas que ahora lo lleva al poder.