'Psicosis', 'miedo' y confusión en el regreso al trabajo en Pemex
Pese a haber perdido a su hijo Daniel en la explosión del jueves pasado, Gloria García se presentó este miércoles en el centro administrativo de Petróleos Mexicanos para llevar a cabo su jornada laboral de manera normal y retomar actividades como otros 8,300 trabajadores de la paraestatal que este miércoles volvieron al trabajo tras la explosión del 31 de enero.
Ni una semana había pasado desde que enterró a Daniel, cuando sintió que perdería a su hijo Isaac en un siniestro similar en el complejo de Pemex, pues se enteró que los empleados estaban siendo desalojados por un olor a gas en la Torre Ejecutiva.
"Fui a comprar comida para mi hijo Isaac y regreso y no me dejan pasar. Le marqué para preguntarle qué estaba pasando y me dijo claro 'mamá, huele a gas, nos están desalojando'. Le dije que se saliera", dice Gloria entre lágrimas mientras espera parada a mitad de una calle aledaña al complejo de Pemex.
Una mujer se desmaya en medio de una crisis nerviosa tras haber gritado que uno de sus hijos no ha salido del centro administrativo tras la emisión de lo que minutos después será una falsa alarma.
"Fue una bolsa de comida podrida y la gente se asustó, no pasó absolutamente nada, las instalaciones fueron revisadas", dijo el director de Pemex, Emilio Lozoya, después de 10 minutos de confusión en los que las calles cercanas al complejo de Pemex en el centro poniente de la Ciudad de México fueron cerradas y la Torre Ejecutiva y los edificios A y C desalojados.
Según las autoridades, en el piso 24 de la torre principal del centro administrativo se encontró comida en descomposición que permaneció en el lugar desde el jueves pasado, cuando con la emergencia de la explosión se abandonaron las instalaciones. Esto provocó un fuerte olor que fue confundido por la gente que alertó de que olía a gas y dispersó el rumor de que era necesario desalojar.
"No debimos regresar hoy, entre nosotros hemos comentado que se debieron esperar aunque sea al lunes o que pasara una semana al menos. Hoy todos estamos nerviosos y nos queremos ir. Hay psicosis, algo se mueve o algo suena y sentimos que estamos en peligro", cuenta una mujer tras haber recibido un correo electrónico de una compañera de trabajo con la frase "que no hay nada, que volvamos".
Casi a las 13:00 horas los empleados de Pemex comenzaron a regresar a sus puestos de trabajo tras la falsa alarma.
"Tenemos mucho miedo, en espera de que vaya a pasar otra vez. Y luego acabamos de llegar a laborar e informan que desalojaron por sospechas de gas, pues ¿cómo estar tranquila? Debemos reconocer que es la psicosis, el estado de shock de todos nosotros, pero si hay mucho miedo", dice Irene, quien labora en el área de Finanzas ubicada en la Torre Ejecutiva, justo donde inició la alerta de este miércoles.
Según las autoridades, la explosión del pasado jueves fue provocada por acumulación de gas .
"Hasta la psicosis debemos respetar en este momento"
Los trabajadores que dejaron sus puestos de trabajo por la confusión dijeron sentirse asustados e impactados por el "clima de miedo" entre sus compañeros.
"Yo no olí nada ni sé qué pasó, yo escuché que dijeron que había que salir por una emergencia y no lo pensé. Ahora resulta que fue una comida que olía mal, pero fue tan fuerte lo que vivimos la familia petrolera que hasta la psicosis que traen debemos respetar en este momento", dice un trabajador del edificio C al concluir su jornada laboral.
El director general de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya, no informó en persona sobre lo ocurrido ni se acercó a las "zonas seguras" a las que acudieron los empleados desalojados.
"A mí casi después de las 12:00 me llegaron los correos electrónicos de compañeros que decían que me fuera porque en la Torre olía a gas. Varios amigos me informaron y me salí, ya después me dijeron que no había pasado nada y me regresé. Pero ahorita voy a ir a ver las noticias para enterarme de qué pasó o qué encontraron porque nadie nos dijo nada allá en el (edificio) D", cuenta un empleado del área de recursos humanos que tiene 27 años trabajando en Pemex.
Además de la del correo electrónico, las versiones sobre cómo corrió el rumor son diversas. Tres mujeres del Edificio A dicen que un jefe de piso les pidió que conservaran la calma pero que salieran de inmediato, otro obrero del mismo lugar dice que sonó una chicharra de alerta, un empleado del C asegura que todo fue por llamadas internas entre compañeros. Ninguna versión fue confirmada o rechazada por las autoridades de Pemex.
"En la Gerencia de Recursos Materiales me enteré porque vi al movilización pero no bajé porque nadie me dijo que lo hiciera. Fue muy rápido que nos dimos cuenta de que fue la psicosis", cuenta David Jiménez, quien se dice tranquilo y sobre todo agradecido con Pemex porque este miércoles su hija Mitzi fue dada de alta del hospital tras haber resultado herida en la explosión.
Regresar con miedo
Previo a la falsa alarma, Pemex confirmó que de las 10,700 personas que laboran en el complejo, 8,300 regresaron a trabajar. Fueron recibidas por el mismo Lozoya y el líder del sindicato petroleo, Carlos Romero Deschamps, quienes aseguraban que los empleados estaban con ánimo y la seguridad garantizada.
Antes de cruzar la puerta de entrada, entre las 6:00 y las 9:00 horas, varios empleados dijeron sentirse con miedo y reconocer que regresaron a sus actividades porque estaban obligados a retomar labores.
La jornada termina después de las 16:00 horas, cuando los primeros empleados comenzaron a abandonar las instalaciones del complejo administrativo. Todos recibieron un panfleto firmado por Romero Deschamps y el sindicato en el que expresa un "público y amplio agradecimiento a la actitud sensible y cálida" del presidente Enrique Peña Nieto por mostrar "vocación de auxilio a las víctimas y decidido interés en el esclarecimiento de los hechos".
Este jueves, cuando se cumple una semana de la explosión que causó, además de los 37 muertos, más de 100 heridos, permanece la ofrenda que compañeros y familiares han levantado para las víctimas.
Antes de irse a casa tras esta primer jornada laboral tras el incidente, Martha hizo una pausa para dar una oración por sus compañeros. "Por los que ya no están y por nosotros que tenemos que ser fuertes y soportar sustos como los de hoy".